Javier Madanes Quintilla, presidente de Aluar y Fate, criticó duramente al Estado por no controlar de forma efectiva las importaciones, y expresó su preocupación por la disponibilidad de divisas en el segundo semestre del año.
El empresario líder de la empresa productora de aluminio primario, y de la compañía argentina líder en producción y exportación de neumáticos, calificó en una entrevista con Jorge Lanata en Radio Mitre al primer cuatrimestre de problemático, ya que es cuando habitualmente el país “toma un respiro y genera reservas”, situación que no se produjo, lo que complicará la segunda mitad del año.
“Hay una cantidad de situaciones extrañas en cuanto a los ingresos de todo tipo, sobre todo cuando se quiere importar bienes intermedios o finales, donde hay problemas muy serios para conseguir permisos”, dijo Madanes Quintilla.
El representante de dos importantes empresas nacionales, se refirió a la calificación de “festival de importaciones” que utilizó el día de ayer la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, en su discurso por el Día de la Bandera.
Madanes Quintilla dijo que ve con preocupación el segundo semestre de 2022, porque no sabe de dónde se podrán conseguir las divisas necesarias “para remarlo”.
Ante las consultas sobre qué se puede hacer para mejorar la situación, El empresario respondió que una medida sería empezar a aplicar procedimientos en cada área señalada. “En la AFIP, pasando por el Ministerio de Producción, por la Justicia que amablemente larga medidas cautelares que representan importaciones al margen de las licencias”, dijo.
“Hay que empezar de nuevo en cuanto al control de gestión de estos desfasajes”, dijo y remarcó que la situación está generando un panorama novedoso para la economía argentina que deberá afrontar durante el segundo semestre del año.
El empresario insistió en que el problema radica en el mal manejo de las instituciones nacionales. “Los papeles mal manejados, de poco sirven -dijo Madanes Quintilla-, ahora la AFIP comenzó a implementar calificaciones, es decir la capacidad económica financiera de las empresas para ir a solicitar las licencias para importar. Pero la calificación se termina definiendo con un alto nivel de discrecionalidad”.
“Hay una cantidad de situaciones extrañas en cuanto a los ingresos de todo tipo, sobre todo cuando se quiere importar bienes intermedios o finales, donde hay problemas muy serios para conseguir permisos” (Madanes Quintilla)
“Después pasan otras cosas, aparece un juzgado que otorga una medida cautelar, ahorra todo ese recorrido administrativo y burocrático”, dijo el empresario y continuó subrayando que lo importante es trabajar con precisión, “que las normativas se cumplan y que no haya pícaros de ninguno de los dos lados: ni del Estado ni del sector privado, que es lo que termina ocurriendo”.
En cuanto a este problema, el representante del sector dijo que considera que se da por varias causas, por una parte la situación cambiaria hace que los empresarios y comerciantes desconfíen del cambio oficial y fijen sus precios respecto a los valores del mercado paralelo; por otra marte, marcó que se ven ciertos gastos públicos en inversiones que luego no están y ni siquiera se exhiben a la vista. “Es un fenómeno progresivo, enfermizo, que va a costar mucho sacarlos de nuestra modalidad cultural”, aseveró.
“Un operario de Fate que en condiciones normales podría recibir una remuneración bruta de 330.000 pesos, hoy por hoy recibirá un sobre (con el pago) de 200.000 pesos. Cada mes el poder adquisitivo de ese sobre merma. No tenemos la producción necesaria, ni el empelado tiene su remuneración de supervivencia”, dijo el empresario.
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