La caída de las criptomonedas no se detiene. Hacia el mediodía de la Argentina, bitcoin, por lejos la más popular y de mayor capitalización de mercado, caía por debajo de los USD 19.000, hito que podría activar una nueva ola de ventas y profundizar la cripto-crisis. A fines de 2021 la capitalización de las más de 10.000 criptomonedas existentes había superado los 3,2 billones (millones de millones) de dólares. Esta mañana, el valor total caía por debajo de los USD 840.000 millones, habiendo perdido más de cinco veces el PBI anual de la Argentina.
Temprano en la mañana boreal del sábado el bitcoin llegó a caer por debajo de los USD 19.000, una pérdida de 9%, lo recortó en la horas posteriores. A las 8 de la mañana de la Argentina cotizaba a USD 19.380, y hacia el mediodía volvía a caer por debajo de 19.000 dólares, aunque por momentos volvía a asomar sobre ese umbral.
En tanto, ethereum, la segunda criptomoneda por capitalización, creada por el ruso-canadiense Vitalik Buterin, cotizaba a USD 1.006 temprano en la mañana, y hacia el mediodía finalmente perforó el piso de los USD 1.000 (a USD 992), otro hito que podría profundizar el pesimismo de quienes aún se aferran a la tenencia de criptomonedas.
Birtcoin retrocedió así a niveles inferiores al pico que había alcanzado en 2017. En las últimas 24 horas tanto bitcoin como ethereum perdieron más de 8% de su valor, y en las últimas 7 jornadas más de 33 y más de 36% de su valor, respectivamente.
Cripto-invierno
La crisis de las criptomonedas, que algunos denominaron “cripto-invierno”, fue disparada por varios eventos, principalmente por el aumento de las tasas de interés internacionales para combatir la inflación. Al retirar del mercado gran parte del crédito y dinero fácil con que entre 2020 y 2021 los bancos centrales y las tesorerías de las principales economías del mundo combatieron los efectos depresivos de la pandemia de coronavirus sobre la actividad económica, dejaron sin combustible financiero las apuestas a sectores como las empresas “tecnológicas”, vehículos de inversión como las Spac (para la adquisición y creación de empresas) y las criptomonedas.
La acción más potente de ese tipo fue la reciente decisión de la Reserva Federal (Banco Central) de EEUU de aumentar en una sola sesión la tasa de interés de referencia en 75 puntos básicos (0,75%), algo que no sucedía hace 28 años.
Esa medida, además, fue gatillada por la difusión de la tasa de inflación en EEUU más alta de los últimos 41 años, lo que señaló a los mercados que habrá nuevas subas (para lograr una reducción de la inflación), lo que probablemente provocará una recesión en EEUU, fenómeno que al sumarse a la marcada desaceleración económica de China sumiría a la economía global en un período más o menos prolongado de estanflación.
En el caso del criptomercado, además, influyeron la reciente decisión de Celsius y Babel Financial, dos prestamistas del criptomercado, de limitar retiro de fondos, y la negativa de Three Arrows, de proveer cobertura a algunas apuestas en criptomonedas.
El golpe interno previo había sido el colapso de Terra y Luna, dos criptomonedas algorímicas relacionadas que en 48 horas perdieron prácticamente el 100 % de su valor (unos USD 40.000 millones) y provocaron una cascada de pérdidas de USD 300.000 millones. Desde entonces, hace 40 días, el universo cripto se arrastra penosamente, con breves impulsos de recuperación que se agotan para reiniciar el ciclo de caída. Desde su pico en noviembre pasado, bitcoin perdió más del 70% de su valor.
Criptominería en crisis
Otro fenómeno, estrechamente relacionado, es la pérdida de rentabilidad de los mineros de bitcoin, apretados por una suerte de efecto-tijera. De un lado, el aumento de los costos de la energía, que usan intensamente para resolver los complicados algoritmos requeridos para “acuñar” nuevas unidades cripto, y del otro la pérdida del valor de éstas, que son su recompensa.
En el caso del bitcoin debe tenerse en cuenta el halving, el proceso por el cual cada 300.000 “bloques”, aproximadamente cada cuatro años, la recompensa al minado de bitcoins se reduce a la mitad. Actualmente esa recompensa es de 6,25 nuevos bitcoins por operación resuelta, mientas hace dos años era de 12,5 bitcoins.
Entre el aumento del costo de la energía, que consumen intensamente, y la caída de la recompensa, tanto en unidades como en el valor de cada una, la rentabilidad de la minería de bitcoin se desplomó. El fenómeno no tardó en reflejarse en el hashrate, medida de consumo de energía en la acuñación de nuevas unidades, que en la última semana se redujo un 4 por ciento. Y el valor de las acciones de grandes empresas de criptominado, como Marathon Digital y Hut 8, cayó 40% en el último mes.
Según la revista británica The Economist, “la infraestructura cripto está quebrada”. Como frutilla del postre, son cada vez más numerosos los llamados e iniciativas para regular y controlar el mundo cripto, en particular por su relacionamiento con la fuga de dinero y otras actividades ilícitas.
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