Hace pocos días salió a la venta una joya de la arquitectura que sólo Buenos Aires puede ofrecer. Se trata del Petit Hotel más angosto que se comercializa en la ciudad catalogado de Patrimonio Histórico muy original por su fachada de estilo Liberty milanés, con toques de Art Noveau francés.
Fue edificado en 1908 por el arquitecto italiano Bernardo Milli y remata en una cúpula estilo Segundo Imperio (también llamado estilo Napoleón III porque nació en Francia bajo el reinado de este monarca), con una aplicación de hierro forjado que sobresale aun estando entre medianeras (se aprecia al pasar por la calle) y un edificio de oficinas vecino concluido en curtain wall que marcan un contraste urbanístico entre lo antiguo y moderno.
El inmueble está en Suipacha al 900, en el barrio de Retiro, próximo con la Plaza San Martín y tiene un frente de sólo 6,23 metros y un fondo profundo de casi 27 metros, que también lo convierten en único.
Actualmente, allí funciona un Centro de Neurociencias cuyo propietario es el licenciado Javier Barros quien adquirió la propiedad en 2018 y recicló su interior de acuerdo con las necesidades de esta entidad, pero respetando, valorizando y restaurando en algunos casos las características originales de la propiedad. La refacción fue realizada con mucho cuidado preservando materiales originales del inmueble que desde afuera parece como una “casa de muñecas” de principios del siglo XX.
La propiedad cuenta con cuatro niveles y posee dos accesos para ingresar. “Según se sabe y por los datos que están en la escritura del inmueble fue la familia Meneguzzi quien mandó a construir esta obra como vivienda particular.
Se realizó a la manera de los Petit Hoteles europeos de los siglos XVIII y XIX, como residencia urbanas que respondían a una demanda de familias de alto poder adquisitivo de la época. Fue habitada por ellos hasta 1990, y luego vendida a Osvaldo Victorino Filipponi quien instaló un centro odontológico hasta que finalmente la adquirió Barros”, contó a Infobae Mariluz Suibourn, personal bróker de Bresson Realty, que lo comercializa.
A canto se vende y cómo es
El Petit Hotel fue cotizado en USD 1.900.000, y se ingresa por enormes puertas de roble de hierro a una recepción similar a la de un palacio. Tiene un subsuelo con la numeración donde funcionaban las dependencias de las empleadas domésticas que trabajaban en la vivienda de la familia que hizo levantar el inmueble.
Allí se encuentra una imponente escalera de roble, ascensor jaula de época puesto en funcionamiento y conservado tal cual su inauguración en 1908, y espacios de doble circulación.
Cuenta con 2 auditorios para 50 personas, 8 consultorios (que se utilizaban como dormitorios cuando fue una residencia), 3 baños, 4 toilettes, cocina, comedor, living comedor, que totalizan 14 ambientes.
“La construcción es luminosa, parte del ingreso de luz proviene de un un patio interno y la terraza, además, en uno de los pisos hay una gran claraboya de vitrales que estaba oculta y fue restaurada” (Suibourn)
Suibourn, dijo que “la construcción es muy luminosa, parte del ingreso de luz proviene de un un patio interno y la terraza donde está la cúpula de hierro negro, además, en uno de los pisos hay una gran claraboya de vitrales que estaba oculta y fue restaurada. Por estar declarado de Patrimonio Histórico de la ciudad, sólo puede refaccionarse el interior y debe conservarse la fachada del edificio”.
Entre los materiales que se aprecian, los ambientes están hechos con pisos de roble de Eslavonia, boiserie en las paredes y molduras decorativas en los techos, todos en perfecto estado de conservación. Aberturas en su estado natural, sin tintes ni pinturas esmaltadas.
Con vitraux en algunos de sus techos y paredes que le otorgan un estilo único que remite a otros tiempos donde eran más usuales para agregarle deco de buen gusto al inmueble.
La amplia cantidad de elementos decorativos de la fachada junto a la balconería en hierro negro transforman la construcción en una pieza de arte donde también está presente el granito rosa de su base. Con figuras femeninas, animales y plantas como parte de la propuesta.
Está dentro de la corriente Liberty, asociada con la primera vanguardia de la arquitectura del Siglo XX. Esta denominación tiene su origen de los almacenes londinenses Liberty & Co que suministraban objetos pertenecientes de este movimiento a Italia (telas, ornamentos y objetos de decoración que Liberty importaba de Oriente, en una época en la que el arte de Japón invadía Europa a fines del siglo XIX).
Por su parte, el arquitecto Bernardo Milli, diseñador del inmueble ahora en venta tiene otras 20 obras en Buenos Aires, distribuidas entre el Centro porteño y otros barrios como Flores, Recoleta y Belgrano.
Mercado
Por cómo está el inmueble “es una propiedad única en nuestra ciudad, su funcionamiento es impecable, lo cual le permite atraer Centros de Salud, Embajadas, entidades Gubernamentales o inclusive puede volver a ser utilizada como lo fue en su inicio: como una casa de familia, en especial formada para varios integrantes”, dijo Suibourn.
Desde el segmento destacan que la situación del Real Estate está compleja en un ámbito con sobre stock de propiedades en venta y poco acceso al crédito hipotecario.
Suibourn, concluyó: “la situación del mercado inmobiliario es muy difícil en estos momentos, pero por las características del Petit Hotel y quien esté interesado en un edificio antiguo y muy bien conservado, debe evaluar las opciones por fuera del contexto, ya que este tipo de inmuebles seducen a clientes muy específicos o empresas que desean invertir para determinados proyectos y cuentan con el capital para destinarlo”.
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