Fuerte crítica de un ex secretario de Energía a la nueva segmentación tarifaria: “Es un engendro del populismo energético”

El economista y consultor Daniel Montamat aseguró que no hay antecedentes de un esquema similar por categorías de ingresos para establecer el precio de un bien económico fungible como el gas o la electricidad

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Los subsidios energéticos que el
Los subsidios energéticos que el año pasado fueron de 12.000 millones de dólares (incluyen transferencias de capital) este año subirían a 17.000 millones de dólares (Adrián Escandar)

Luego de la suba de tarifas de gas y electricidad, el Gobierno anunció ayer un nuevo esquema por medio del cual los usuarios pasarán a dividirse en tres grupos según su nivel de ingresos, niveles que determinan cuánto deberá pagar cada uno por esos servicios básicos. La medida fue dispuesta por el Gobierno el jueves por medio del Decreto 332/2022, donde se detallaron los distintos porcentajes de aumentos y quienes se quedarán sin subsidios del Estado.

El ex secretario de Energía y ex presidente de YPF, Daniel Montamat, aseguró, en diálogo con este medio que no hay antecedentes comparados de una segmentación tarifaria por categorías de ingresos para establecer el precio de un bien económico fungible como el gas o la electricidad. Lo calificó como “engendro del populismo energético”.

“Las convocatorias del populismo energético son inconsistentes con sus discursos de energía barata y subsidios regalados que los paga Dios”

“En los países normales las tarifas de gas y electricidad deben recuperar los costos económicos del servicio y existe una tarifa social (que garantiza ciertos volúmenes de consumo) para proteger a aquellos usuarios que por indicadores socio-económicos no puedan afrontar los costos. Eso ya existía entre nosotros. La tarifa social la implementó la administración anterior, detalló.

El especialista cree que con el mismo criterio podría segmentarse el corte de asado por categoría de ingresos: asado con precio pleno, asado medio subsidiado y asado social. Lo mimos para cualquier alimento.

Daniel Montamat
Daniel Montamat

“Los narcotraficantes y los gerentes de la pobreza que viven en negro van a pagar la tarifa social. Mientras que una familia donde trabajan ambos: profesionales, profesores, maestros, médicos, policías, enfermeros, y la clase media en general, tendrá que afrontar la tarifa plena. Basta que el grupo familiar gane más de 330.000 pesos por mes, y además con la carga de demostrar lo contrario anotándose en un nuevo registro para empadronar a quienes quieren seguir recibiendo el subsidio. Todo un eufemismo para seguir aumentando las tarifas con argumentos de justicia social trucha”, expresó.

Montamat aseguró que las tarifas van a seguir aumentando. Según los cálculo de su consultora, los subsidios energéticos que el año pasado fueron de 12.000 millones de dólares (incluyen transferencias de capital) este año subirían a 17.000 millones de dólares. Esto implica un impacto en las cuentas públicas de alrededor de 3% del PBI, cuando con el compromiso asumido para el año es de un déficit primario de 2,5% del producto.

“Los aumentos anunciados apenas serán conducentes para morigerar el nivel de subsidios energéticos sin evitar que sigan creciendo”

“Que el costo de la energía lo paguen los ricos, suena bien, pero no les cierran los números ni el padrón del supuesto 10% que deberá afrontar la tarifa plena. Por eso la presunción de que son todos ricos los que superen tal ingreso o cuenten con tales propiedades, salvo prueba en contrario de quienes se registren para seguir recibiendo la electricidad y el gas con subsidio. Julio De Vido ya había probado un método más amigable en la gestión anterior de CFK, con renuncias voluntarias al subsidio, y con publicitadas invitaciones de actores militantes a seguir su ejemplo. La iniciativa fracasó, no hubo voluntarios. Es que las convocatorias del populismo energético son inconsistentes con sus discursos de energía barata y subsidios regalados que los paga Dios”, aseguró.

Segmentos

Montamat y Asociados realizó un análisis, con la información que hay hasta el momento, sobre los tres segmentos en los que se dividirá a los usuarios usando el coeficiente de variación salarial (CVS) para determinar los futuros aumentos en el valor de sus boletas:

- “Grupo 1 (sin subsidio): los usuarios que estén dentro de esta segmentación deberán deducir de sus facturas el concepto de subsidio para poder determinar el incremento. De acuerdo con un informe de la Secretaría de Energía, los usuarios residenciales tan solo pagan (en promedio) 35% del costo. Los aumentos en la tarifa final podrían rondar entre 92% y 130%, tanto en luz como en gas. Habría 1.178.248 usuarios residenciales de gas en esta categoría (un 12.9% del total). A su vez, estarían alcanzados 1.631.846 usuarios eléctricos (el 10.1%) No está bien explicitado con qué información y datos se han elaborado estas bases. A su vez en el sector eléctrico, la jurisdicción del ENRE para trasladar aumentos involucra las empresas Edenor y Ededur, el resto de las provincias tendrán que controlar los datos de los usuarios que se registren y aspiren a mantener el subsidio”.

“Que el costo de la energía lo paguen los ricos, suena bien, pero no les cierran los números ni el padrón del supuesto 10% que deberá afrontar la tarifa plena”

- “Grupo 2 (80% del CVS): ya que el coeficiente fue de 53,4% el año pasado, tendrían un aumento total del 42,72% en el año. Con el ajuste del mes pasado ya no tendrían nuevos reajustes”.

- “Grupo 3 (40% del CVS): tendrían un aumento total del 21,36%, siendo este núcleo el que actualmente percibe una tarifa social y ya no fue alcanzado por los últimos aumentos. Tampoco tendrá nuevos reajustes este año”.

Con esos criterios explican que los aumentos pendientes alcanzarían al Grupo 1, aunque no hay mayores detalles al respecto. Con un universo residencial de usuarios de gas de 9,1 millones, menos 12% de tarifa social y 10% dentro del perfil de consumidores “ricos”’, “los aumentos anunciados apenas serán conducentes para morigerar el nivel de subsidios energéticos sin evitar que sigan creciendo”, se explicó.

“Vale aclarar, que se estimó un consumo residencial promedio país, del orden de los 1.061 metros cúbicos por año, y los precios fueron tomados en promedio. Por ende, los valores podrían oscilar en función de una Categoría Residencial en particular. No obstante, el cálculo demuestra que los anuncios que se han presentado como compromiso, apenas modificarán la condición macroeconómica de partida, máxime considerando el actual contexto internacional”, cerró Montamat.

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