Con el aumento de tasas y controles más estrictos, el Banco Central quiere dejar de perder dólares en el segundo semestre

El objetivo sería por lo menos equilibrar la plaza cambiaria y no tener que vender divisas. El FMI exige más acumulación para reducir la vulnerabilidad de la economía en medio de un contexto internacional muy desfavorable

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Daniel Scioli junto a Martin
Daniel Scioli junto a Martin Guzman y Miguel Pesce

En sólo tres días el Banco Central tuvo que vender USD 400 millones para equilibrar el mercado oficial de cambios. La mayor parte de la demanda de divisas se destinó a la compra de energía, tanto gas licuado de petróleo como gasoil, con lo cual prácticamente no logró retener la liquidación de las cerealeras. Todo esto en un contexto en el que la soja se mantiene cómodamente por encima de los USD 600 y se registra un pico del volumen de exportaciones.

En las últimas horas circularon rumores de todo tipo respecto a nuevas restricciones para acceder al mercado cambiario, pero por ahora ninguna fue confirmada. Lo único que parece firme es que entre el Banco Central, la AFIP y el ministerio de Economía seguirán evaluando cómo reducir el volumen de importaciones sin afectar considerablemente la actividad. El flamante ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, dio una pista, al indicar que las divisas deben utilizarse exclusivamente para “la energía y la producción”.

Según se confirmó días atrás, se mantendrá la meta de acumulación de reservas netas por USD 5.800 millones para el 2022.Sin embargo, el FMI no exigirá que se cumpla con el objetivo del segundo trimestre, que quedó muy lejos del compromiso asumido.

Las elevadas compras de energía (gas licuado y gasoil) complicaron la tarea de acumular reservas en junio. El segundo semestre es históricamente más complejo por la reducción de las liquidaciones del cerealeras, lo que aumentará la vulnerabilidad del Banco Central

Cuesta pensar que el BCRA logrará su objetivo de comprar dólares en la segunda parte del año, al menos en la magnitud que le obliga el acuerdo. En el equipo económico creen, quizás con demasiado optimismo, que hay un par de factores que podrían ayudar.

La agresiva suba de cinco puntos de la tasa de interés para inversores al 53% anual, creen en el Gobierno, debería servir como incentivo para que los exportadores se apuren a liquidar. Pero la brecha cambiaria que volvió a superar el 90% conspira contra ese objetivo y mucho más a medida que se vaya acercando el calendario electoral. Con cada vez menos dólares en las reservas, no será fácil mantener el ritmo de suba del dólar oficial cercano al 4%, que se mantiene por debajo de la inflación desde que arrancó el año.

Más allá de las distintas versiones que circularon, la idea del equipo económico sería volver más “eficiente” el cepo cambiario privilegiando exclusivamente los insumos para el sector productivo y poniéndole un freno a las importaciones meramente especulativas.

Lo único que parece firme es que entre el Banco Central, la AFIP y el ministerio de Economía seguirán evaluando cómo reducir el volumen de importaciones sin afectar considerablemente la actividad

El actual esquema de acceso al mercado cambiario dispuesto por el Central tomo como parámetro el volumen importado en 2021 y se autoriza a las empresas a ingresar hasta 5% adicional este año. Así se buscó reducir la discrecionalidad a la hora de aprobar el acceso al mercado cambiario, pero claramente se trata de un esquema que tiene fuertes imperfecciones. Además, las distorsiones cambiarias también alientan al uso de la tarjeta al viajar al exterior.

El Central anunció ayer un nuevo esquema para el ingreso de autopartes, que busca reducir la demanda de dólares pero sin desabastecer de productos al mercado local. “Las terminales, con mayor facilidad de acceso a líneas de financiamiento, podrán aplicarlo a las importaciones de sus proveedores directos y estos a la vez reasignar en parte a uno o más de sus propios proveedores”, explicaron a través de un comunicado.

El objetivo del BCRA es lograr que las grandes compañías o multinacionales obtengan líneas de sus casas matrices para conseguir financiamiento en dólares. Está por verse, sin embargo, hasta qué punto lo lograrán en un mundo de tasas más altas y en el que la mayoría de las compañías procura evitar opciones de inversión riesgosas. Por supuesto este tipo de esquemas es de imposible aplicación para las PYMES.

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