El ministro de Economía, Martín Guzmán, citó a las dos principales cámaras de bancos del país para discutir las condiciones de las próximas licitaciones de deuda que el Tesoro necesita para financiar su déficit y cumplir con compromisos adquiridos con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los principales instrumentos que utiliza el Gobierno para financiarse, los títulos de deuda ajustados por el índice CER, fueron el epicentro de una corrida durante la semana pasada que puso en duda la capacidad de financiamiento oficial.
El Tesoro enfrentará el 28 de junio uno de los vencimientos de deuda más grandes del año, por $595.000 millones
Desde el derrumbe de los precios de los bonos CER, el Gobierno ya logró concretar una licitación de deuda pero pequeña. Consiguió $28.000 millones este martes que le permitieron refinanciar con creces vencimientos por algo menos de 11.000 millones de pesos.
El problema llega este fin de mes, el 28 de junio, cuando Guzmán tendrá que llevar adelante una nueva licitación que en este caso necesita refinanciar vencimientos por $595.000 millones. Y un fracaso por parte de la Secretaria de Finanzas en esa operación puede forzar a Guzmán a pedirle al Banco Central más emisión monetaria que le ayude a compensar el dinero faltante y, además, liberaría una enorme liquidez en el mercado que puede terminar presionando a los dólares paralelos.
Por eso, Guzmán convocó a la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA, los de capital local) para una reunión el miércoles próximo. Al día siguiente, será el turno de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA, los de capitales extranjeros) con la misma temática en ambos casos.
La fuerte baja de precios de los bonos atados a inflación sembró dudas acerca de la factibilidad de renovar con éxito los próximos vencimientos que afronta el Tesoro
El ministro y el subsecretario de financiamiento, Ramiro Tosi, van a buscar el respaldo de los banqueros. Son clientes clave para la deuda, junto con los fondos comunes de inversión y las aseguradoras. Se trata de los compradores de deuda “regulados”, es decir, que están sujetos a límites en sus movimientos que en algún nivel no les deja otra opción más que comprar los bonos que emita el Tesoro, ya que no pueden moverse libremente para comprar dólar en el mercado formal ni variantes financieras como el contado con liquidación.
Movida clave de las tasas del BCRA
El Directorio del Banco Central dispuso este jueves un fuerte incremento de 300 puntos básicos en la tasa de interés nominal anual de las Letras de Liquidez (Leliq) a 28 días, para pasar de 49% a 52% nominal anual. Además, dispuso que los rendimientos garantizados para plazos fijos de personas humanas suben en 500 puntos básicos, de 48% a 53% nominal anual.
Asimismo, para el resto de los plazos fijos -por ejemplo, de empresas- pasa de 46% a 50% nominal anual. Por ello, el spread entre las Leliq y los plazos fijos minoristas pasa +1% a -1%, mientras que para el resto solo se reduce de +3% a +2% en favor de las Leliq que el Central le coloca a bancos.
Tasas para ahorristas por encima de las Leliq forzarán a los bancos a colocar su liquidez en instrumentos más riesgosos, como los bonos en pesos
“Eso es para que los bancos tengan mayores incentivos a tomar riesgo financiero, es decir, que tomen más deuda del Tesoro. Tienen margen regulatorio para integrar más encajes con deuda del fisco. Ahí tienen, fácil, $250.000 millones para usar para financiar al Tesoro”, explicó Gabriel Caamaño, director de la Consultora Ledesma.
“Es colocación de deuda contra liquidez bancario. Es expansivo, hace crecer la base monetaria. Son fondos que están en Leliq o en encajes que salen a circular”, consignó, por cuanto consideró que “todo esto es más emisión, pero son formas de emitir que están fuera de la definición de los límites que puso el FMI”.
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