Como estaba previsto y con atraso de dos meses, el Gobierno presentó el decreto de la actualización presupuestaria, en el que adaptó el esquema de ingresos y gastos a la meta acordada con el Fondo Monetario Internacional, definió cómo se distribuirán las partidas en lo que resta del 2022, pero evitó blanquear una nueva pauta de inflación anual. La estimación que había acordado con el FMI hace tres meses era de 48%, un número que quedó atrasado tras el pico inflacionario de marzo, abril y mayo.
En los últimos meses el Poder Ejecutivo había asegurado que en el decreto presupuestario incluiría, además de una lógica adaptación del esquema de gastos e ingresos a los supuestos del FMI -el proyecto de ley enviado por Guzmán en septiembre del año pasado no tenía- una recalibración de la expectativa de inflación que tiene el equipo económica, en el marco de estimaciones privadas que ya superan el 70% para 2022.
El Gobierno, en paralelo, publicó un documento titulado “Acciones de política para el fortalecimiento de la sostenibilidad del crecimiento y de la estabilidad macroeconómica”, una suerte de hoja de ruta de como encarará la economía en lo que queda del año.
Sobra la ausencia de la cifra más esperada en el Presupuesto, desde el Palacio de Hacienda explicaron que no necesariamente tiene que incluir la proyección de inflación porque no se envió al Congreso. “Si no hubiesen tirado abajo el Presupuesto, como dijo el diputado Tetaz, hubiese estado, pero no es necesario. Lo que está es como se va a gastar y las nuevas partidas”. En Economía ahora prometen detallar la proyección de inflación para el año luego de que el board del FMI actualice la primera revisión, en que seguramente habrá modificaciones a lo acordado. “No metas, que no se tocan, sí se pueden tocar las proyecciones”, repitan en Economía.
Actualización presupuestaria
A nivel Presupuesto, se trata de la oficialización de las nuevas las partidas presupuestarias vigentes, que son las de 2021 tras el rechazo en el Congreso del proyecto oficial de ingresos y gastos para 2022. Forma parte de la hoja de ruta consensuada con el FMI. Incluye no solo nuevos límites de erogaciones para distintas áreas del Estado sino también una actualización clave: la proyección de inflación nueva, tras el pico del IPC en los últimos meses.
En los considerandos del decreto presupuestario, el Gobierno aseguró que “se han considerado nuevos objetivos y mejores herramientas para dotar al Estado Nacional de los recursos necesarios para llevar adelante políticas públicas orientadas a un proceso de crecimiento económico y mejora de la distribución del ingreso en los sectores más vulnerables, que contempla también para el presente ejercicio el cumplimiento de los objetivos fiscales y de fortalecimiento de reservas”.
A nivel Presupuesto, se trata de la oficialización de las nuevas las partidas presupuestarias vigentes, que son las de 2021 tras el rechazo en el Congreso del proyecto oficial de ingresos y gastos para 2022
“Adicionalmente, se ha priorizado la aplicación de nuevos recursos tributarios y no tributarios al financiamiento de aquellas políticas públicas prioritarias que definen el Programa Económico del Gobierno Nacional compatibilizando dicha asignación con el logro de resultados fiscales adecuados con un progresivo ordenamiento del escenario macroeconómico”, continuó el decreto.
En el comunicado posterior, el Palacio de Hacienda afirmó que “con el fin de fortalecer la planificación presupuestaria y alcanzar los objetivos fiscales planteados en el marco del programa económico, es necesario adaptar el marco presupuestario a las condiciones actuales. En este sentido, el DNU 331/2022 publicado en el día de la fecha, modifica el presupuesto prorrogado a los fines de establecer un marco de previsibilidad para la gestión fiscal y financiera, determinando un nuevo cálculo de recursos y créditos de la Administración Pública Nacional (APN), como así también una determinación del déficit primario en base devengado”.
“Frente a los comportamientos de gastos y recursos en las circunstancias descriptas, y a efectos de mantener un carácter de sostenibilidad de la política fiscal que le permita al Estado atender objetivos de desarrollo económico y social, el Gobierno Nacional ha decidido una actualización presupuestaria que se encuentra contenida en la norma publicada en el día de la fecha. En este sentido, el resultado presupuestario que se deriva del decreto 331/2022 es consistente con una proyección de déficit primario base caja del Sector Público Nacional (SPN) de 2,5% del PIB”, continuaron.
El Gobierno se aferra a la chance de que, como consuelo a un índice anual que con seguridad terminará siendo el más alto en tres décadas, al menos pueda encontrar en la segunda mitad del año un sendero de desaceleración más o menos marcado. Aunque con un equilibrio delicado de variables macro, como un dólar sin mayores volatilidades o una expansión por fuera de lo previsto en la emisión de pesos y en la aceleración del gasto público.
El Gobierno se aferra a la chance de que, como consuelo a un índice anual que con seguridad terminará siendo el más alto en tres décadas, al menos pueda encontrar en la segunda mitad del año un sendero de desaceleración más o menos marcado
En el Poder Ejecutivo confían en el programa macroeconómico que firmaron con el FMI como sendero para establecer condiciones de desaceleración inflacionaria, pero aseguran que ese efecto todavía no tiene lugar porque “es muy nuevo”. La esperanza del ministro de Economía es que habría en los meses siguientes, ya sin una presión -según esperan- tan pronunciada del frente inflacionario externo, una tendencia de desaceleración, por lo que la peor parte del impacto en los precios ya debería haber sucedido.
Según sostiene el jefe del Palacio de Hacienda, hay una serie de medidas que “preparan el terreno” para una menor presión inflacionaria. Las tres están relacionadas con el programa económico acordado con el Fondo Monetario Internacional: la reducción del déficit primario, el recorte de la emisión monetaria y la acumulación de reservas.
De todas formas, ya el mercado y por lo bajo algunos integrantes del Frente de Todos creen que ese “ancla” que sostiene Guzmán como plan antiinflacionario no está cumpliendo su función ya que las señales fiscales son insuficientes -el déficit primario desacelera más lentamente de lo previsto por un aumento pronunciado en términos reales del gasto público- y la acumulación de reservas fue mucho menor a lo que preveía originalmente el programa con el Fondo Monetario Internacional.
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