El nuevo ministro de Desarrollo Productivo Daniel Scioli asumió este miércoles al frente de la cartera productiva y aseguró que uno de los ejes de su gestión será la administración de las divisas para las importaciones. El ex embajador en Brasil negó que haya restricciones: “Tenemos USD 7.000 millones de importaciones por mes, evidentemente la Argentina no tiene cepo ni súper cepo. Hay una administración responsable de las reservas”, mencionó.
En sus primeras declaraciones luego de que Alberto Fernández le tome juramento como ministro, Scioli fue consultado por la reunión que mantuvo el martes por la tarde con el ministro de Economía Martín Guzmán y el presidente del Banco Central Miguel Pesce. “Muchas veces cuando hay una brecha cambiaria hay maniobras especulativas. Se instala incertidumbre sobre las reservas, pero la Argentina no tiene cepo ni súper cepo. hay una administración responsable de las reservas”, dijo en conferencia de prensa.
Repreguntado, Scioli dijo que un cepo importador más duro “no está en consideración”, aunque sí mencionó que “se asignan prioridades para administrar las reservas” con el objetivo de “dinamizar el aparato productivo mientras trabajamos en soluciones de fondo como el gasoducto”.
“Más que medidas, en este marco (el trabajo) es sobre el impacto de la guerra en los commodities. Fue una reunión de coordinación para continuar con la senda del crecimiento con la administración responsables de reservas”, agregó el nuevo ministro.
“Tenemos USD 7.000 millones de importaciones por mes, evidentemente la Argentina no tiene cepo ni súper cepo. Hay una administración responsable de las reservas” (Scioli)
“Estoy convencido de sostener el crecimiento en medio de este contexto internacional, de desafíos como agregar valor a las materias primas, la economía del conocimiento. La Argentina tiene con qué afrontar estos desafíos. El potencial energético que tenemos, la demanda de litio, fertilizantes, potasio. Nos proponemos desarrollar eso y trabajar con todas las áreas de Gobierno. Hace al éxito mejorar los costos de logística, vincular a la educación con el trabajo”, ejemplificó.
“Ahora viene la agenda del desarrollo. Trabajamos en planificar tomando todos los avances que hubo y proyectándolos al futuro. Soy profundamente desarrollista. Voy a buscar potenciar las posibilidades que hay y a trabajar con empresarios, convencido de que la Argentina se levanta de abajo para arriba”, dijo el nuevo ministro.
Cuando Scioli llegue a su despacho del segundo piso del Ministerio de Desarrollo Productivo, el tablero de control le devolverá algunas luces en rojo que marcarán el inicio de su gestión como jefe de la cartera productiva, dos semanas después de la traumática salida de Matías Kulfas.
En un ministerio acostumbrado en los últimos meses, incluso en un contexto macroeconómico con dificultades permanentes, a dar las “buenas noticias” con números de inversiones o de mejora de la actividad económica, el primer tema urgente que aparecerá sobre el escritorio del nuevo ministro será el de la escasez de divisas, un límite al ritmo de importaciones para la producción y una serie de proyectos de ley que su predecesor había trabajado y enviado al Congreso.
En el Gobierno creen que el ritmo de importaciones bienes, insumos y energía perjudica uno de los objetivos que el Poder Ejecutivo se trazó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: la acumulación de reservas en el Banco Central.
Entre enero y abril, de acuerdo a datos oficiales, el Estado importó por casi 25.000 millones de dólares, a razón de 6.200 millones por mes y en mayo, con estimaciones preliminares ya que el número oficial se conocerá la semana que viene, las compras al exterior habrían superado los USD 7.500 millones, lo que implicaría la cifra más alta mensual en lo que va del año. Una parte de ese total está explicado por la importación de energía con precios mucho más altos de lo previsto por el salto de valores internacionales por la guerra en Ucrania.
“Más que medidas, en este marco (el trabajo) es sobre el impacto de la guerra en los commodities. Fue una reunión de coordinación para continuar con la senda del crecimiento con la administración responsables de reservas” (Scioli)
En un despacho oficial reconocen que no solo las importaciones representan un desafío a esa meta con el Fondo Monetario sino también el goteo de divisas por los gastos de turismo en el exterior que crece mes a mes, algo que por ahora en el Banco Central aseguran que no consideran restringir.
El diagnóstico que sobrevuela los despachos oficiales es que en los últimos meses el último endurecimiento del cepo no redujo el ritmo mensual de compras al exterior y que, en ese universo, se filtran importaciones “especulativas”.
En el Gobierno también hacen una autocrítica porque esperaban que el último gran ajuste del cepo a las importaciones, que tuvo lugar en marzo con la inclusión de la categoría B dentro del esquema del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI), tuviera un efecto disuasorio más pronunciado del que terminó por tener en el ritmo mensual importador. Fue, además, la medida que levantó los cuestionamientos más sonoros del sector privado.
Eso sucedió porque esa nueva categoría dentro del esquema de autorización de importaciones implementó como condición nueva que aquellas empresas que superen determinado límite, estarían obligadas a financiar sus importaciones por un período de al menos 180 días esas operaciones de comercio exterior. Para algunas firmas implicó un proceso de difícil cumplimiento por la necesidad más urgente de determinados insumos para producir.
SEGUIR LEYENDO: