Antonio Pronsato, ingeniero civil y ex titular de la unidad ejecutora del Gasoducto Néstor Kirchner, explicó por primera vez los motivos por los cuales renunció a su cargo. El profesional que dio un paso al costado a fines del mes pasado poco antes de que una interna en el Gobierno alrededor del proyecto terminara con la renuncia del ministro de Producción, Matías Kulfas, dijo que la demora en tomas de decisiones clave hizo que no viera sentido en continuar al frente del mismo.
Pronsato declaró ayer en la causa abierta por las sospechas de corrupción que lanzó el ex ministro Kulfas y que desataron una tormenta en el Gabinete nacional. En ese contexto, en declaraciones a Radio con Vos, explicó que tuvo que responder al juez los motivos por los que abandonó a su cargo en el proyecto.
“Cuando mi equipo y yo entramos en febrero aceleramos todas las cuestiones increíblemente. Conseguimos la ingeniería básica necesaria para avanzar cualquier licitación, la conseguimos en una semana. Después la mejoramos. Salimos a licitar los estudios de impacto ambiental. Salimos a licitar esta cañería. Salimos a licitar las válvulas, electrodos y puentes de medición”, relató.
“Las cosas inexplicablemente para mi se empezaron a ralentizar. A ponerse muy lentas. Todas las decisiones, una detrás de la otra, no se tomaban”
“Después de eso, aproximadamente para Semana Santa, las cosas inexplicablemente para mi se empezaron a ralentizar. A ponerse muy lentas. Todas las decisiones, una detrás de la otra, no se tomaban”, explicó.
“Y las decisiones son todos los días. Y todos los días nos tenemos que integrar con todos los organismos del Estado, los municipios, los periodistas, la publicación. Yo todos los días me juntaba con el presidente (de IEASA), a Agustín Gerez le tengo un gran cariño personal, pero no se tomaban las decisiones. Siempre se me decía que si pero las cosas no sucedían. Llegó un momento en que dije a mi me trajeron para ayudar en esto (...), yo no podía tomar las decisiones porque no era mi lugar, ¿qué sentido tenía que estuviera?”, agregó.
“Ahora tenemos un DNU que dice que la argentina se está desangrando económicamente. Esto nos puede resolver la vida de aquí en adelante, tenemos riesgo de abastecimiento si hay demora. ¿Qué más necesitamos?”, dijo.
Respecto de la investigación alrededor de si se favoreció a Techint en la licitación para la fabricación de los caños que necesita el gasoducto, Pronsato dijo que no recibió ninguna indicación respecto de los proveedores.
“Jamás recibí presiones. Yo vengo haciendo estos trabajos hace 30 años. Trabaje 8 años durante el Gobierno de Cristina Kirchner bajo las indicaciones de Julio De Vido y estando en el Enargas de Néstor Kirchner. Jamás a mi se me dio la indicación de sacar o poner un contratista o de forzar una definición técnica. Muy por el contrario, se me decía andá y hacelo”, aseguró.
Y respecto de Techint, dijo que “no es el único que lo hace en el mundo. No, hay millones, por eso a las licitaciones las hacemos internacionales. Ahora, cuando me piden atrasar un año les digo que no”.
“Tenemos un DNU que dice que la argentina se está desangrando económicamente. Esto nos puede resolver la vida de aquí en adelante, tenemos riesgo de abastecimiento si hay demora. ¿Qué más necesitamos?”
Por último, se refirió a las especificaciones técnicas de la licitación y dijo que eran las únicas que se podían hacer.
“Cuando uno decide ir de un punto hasta otro -en este caso desde Tratayer a Saliqueló- y conducir una cantidad de gas, en este caso 40 millones de metros cúbicos al día, la resolución ingenieril y de seguridad de diseño de los caños no tiene más grados de libertad. Es decir, no puede haber otra solución que la que se dio. ¿Por qué? La conducción de gas en cañería responde a una fórmula física matemática. ¿Qué va a ser? Una vez que está definido ese diámetro, el óptimo que sale de esa fórmula con las plantas comprensoras, uno hace referencia a la norma de los espesores de seguridad. Y se terminó. No se podría hacer otra cosa”, concluyó.
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