El Banco Central prepara una nueva suba de la tasa luego del dato de inflación pero el mercado duda sobre su efectividad

El mercado considera la medida “de manual” pero hay reparos. El test para Martín Guzmán y el dilema de acelerar el ritmo de devaluación

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Adrián Escandar
Adrián Escandar

Aunque el dato de inflación que dará a conocer hoy el INDEC, cercano al 5%, marcará una baja de la inflación -que de todos modos la ubicará en niveles cercanos al 60% interanual- la crisis del mercado deuda doméstica que despertó las cotizaciones paralelas llevará al directorio del Banco Central a disponer una nueva suba de tasas. En principio, la medida se tomará, como es habitual, en la próxima reunión de directorio, el jueves por la tarde, aunque los acontecimientos podrían precipitarse si se profundiza el mal clima en el mercado.

La tasa de referencia de política monetaria se ubicará de esta manera por encima de 50%, lo que llevaría la tasa nominal de depósitos a plazo fijo a un mínimo de 51%, mientras que la tasa efectiva anual quedaría más alineada con la inflación, en torno a 65%.

La suba de la tasa era considerada ayer por los analistas del mercado como una medida de manual, aunque algunos expresaron reparos respecto de su efectividad.

La licitación será un test para el ministro Martín Guzmán, quien también deberá subir la tasa para reforzar el atractivo de los bonos en función de lograr sus objetivos

“Si es el mercado el que te fuerza una suba de tasas, esa suba no desactiva el problema”, opinó el director de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño. “Fue el mercado, en su salida, que obligó a subirla por ende, a lo sumo, simplemente se convalida. Lo que hay que hacer pasa por otro lado”, agregó, en referencia a medidas de política monetaria y fiscal que, en el actual contexto político, consideró difíciles de implementar.

Lo cierto es que tras la visita del titular del BCRA, Miguel Pesce, a la Casa Rosada ayer por la tarde creció la expectativa de nuevas regulaciones para el mercado cambiario.

Por lo pronto, la suba de tasas que defina la autoridad monetaria será antecedida por la licitación clave de títulos en pesos que realizará hoy la Secretaria de Finanzas, en la que se espera una alta participación de organismos públicos. Aún así será un test para el ministro Martín Guzmán, quien también deberá subir la tasa para reforzar el atractivo de los bonos en función de lograr el objetivo. Economía enfrenta hasta fin de mes vencimientos superiores a los $500.000 millones, volumen que luce elevado en el contexto de rescate por parte de los fondos comunes de inversión que, a su vez, presiona sobre las cotizaciones alternativas del dólar oficial. Este panorama, advertían ayer analistas del mercado, podría mantenerse en el corto plazo.

“Si es el mercado el que te fuerza una suba de tasas, esa suba no desactiva el problema. Fue el mercado, en su salida, que obligó a subirla por ende, a lo sumo, simplemente se convalida. Lo que hay que hacer pasa por otro lado” (Gabriel Camaño)

“El mercado de dólar contado con liquidación (CCL) y dólar bolsa (MEP) se mantuvieron muy firmes. Una medida de correlación del M3 con el CCL que seguimos a diario indica que aún tendría margen para mayores subas”, planteó ayer Aurum Valores en su informe diario de cierre de mercados.

La nueva ampliación de la brecha cambiaria agiganta el dilema con el que viene lidiando Pesce desde principios de año. Por un lado, la principal meta a cumplir con el FMI, imposible a esta altura, se basa en la reducción de la brecha como vía para acumular reservas, lo que no ha ocurrido a pesar del ingreso masivo de los dólares del campo, cuya temporada alta se acerca a su fin. Al mismo tiempo, con el fin precisamente de ir achicando esa diferencia entre el tipo de cambio oficial y el financiero, el Central apura desde febrero el ritmo de devaluación del dólar oficial, que llegó a superar el 4% mensual. Ese ritmo, sin embargo, resulta insuficiente para acompañar la inflación. Pero un ritmo mayor, tal como sería esperable dado el salto de las cotizaciones alternativas del billete, retroalimentaría aún más la velocidad de la suba de precios. Lo concreto es que con el actual escenario de base, diferente al de hace una semana atrás, las expectativas de inflación que indicaban una lenta desaceleración hacia un índice por debajo de 4% a fin de año, volverían a modificarse al alza sin una política que logre fijar un ancla.

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