Tras el desplome de los bonos en pesos atados a la inflación de la semana pasada, el Gobierno tendrá este martes el primer test ante el mercado local. Economía realizará su primera de las dos licitaciones de deuda ante la plaza financiera doméstica y pulseará con los inversores sobre el nivel de tasas de interés que habilitará para continuar su programa financiero.
Este martes será la primera de las dos licitaciones de deuda, pero el cronograma no prevé pagos fuertes recién hasta fin de mes, cuando el Gobierno debe afrontar unos $500.000 millones, de los que unos $270.000 millones solamente están en manos del sector privado, que podría pulsear por conseguir tasas más altas. En los últimos días de junio vencen, en ese sentido, una letra CER y una a descuento.
Una pregunta que sobrevuela el mercado y en el Gobierno es qué margen para estirar plazos de vencimientos tendrá Economía ante un cuadro de expectativas más pesimistas para los próximos meses.
Este martes será la primera de las dos licitaciones de deuda, pero el cronograma financiero no prevé pagos fuertes recién hasta fin de mes, cuando el Gobierno afronte unos $500.000 millones. De ese total, no obstante, unos $270.000 millones solamente están en manos del sector privado
Algunos funcionarios y operadores de mercado consideran que Economía no tendrá otra salida que ofrecer tasas de interés más jugosas para sostener los niveles de roll over de la deuda en pesos. La cuestión no es menor: el financiamiento en moneda local es un elemento central que constituye de forma transversal el acuerdo con el FMI. Los pesos que el Gobierno no consiga en las licitaciones deberá emitirlos el BCRA, poniendo en riesgo las metas con el Fondo. El volumen del déficit fiscal también marcará las necesidades de financiamiento. Sin la chance del mercado externo, queda principalmente a mano la herramienta de los bonos en pesos.
Según un informe de la consultora Invecq, el síntoma de la fuerte caída de ese tipo de bonos muestra que “el mercado no solo descuenta cambios en las condiciones de dichos bonos a partir del próximo gobierno, sino que empieza a asignar mayor probabilidad de que eso ocurra incluso antes del cambio presidencial. Por eso el riesgo país se ubicó en el valor más alto desde la reestructuración de deuda completada en 2020 y superó los 2.000 puntos básicos por primera vez desde entonces”, mencionó.
En tanto, aseguró que “las turbulencias en el mercado de deuda local pusieron fin a la calma que se observaba desde hacía semanas en el plano cambiario, dado que gran cantidad de los fondos que se encontraban en posiciones en pesos migraron hacia los dólares paralelos. De esta manera, el dólar contado con liquidación vio su mayor suba diaria en más de un mes con un salto de 4,5%, y extendió la brecha con el mayorista hasta llevarla nuevamente al 80%”, sostuvo Invecq.
Renovación
Con un ojo en la licitación del martes, Equilibra aseguró por su parte que si bien en mayo el Tesoro logró renovar la totalidad de vencimientos de deuda en pesos (rollover del 108%) “tras la mala performance de abril, el mercado mantiene dudas acerca de las posibilidades de Finanzas para renovar sus vencimientos de deuda en los próximos meses o demanda mejores rendimientos para tomar esas posiciones”.
“Entre junio y septiembre, los vencimientos ascienden a 2,7 billones de pesos, de los cuales más del 70% corresponde a deuda CER y cuyos tenedores seguramente exigirán nueva deuda del mismo tipo con mayores tasas para renovar vencimientos. En este sentido, llamaba la atención también que el Sector Público no hubiera salido a ponerle un piso a la caída de los bonos CER (y un techo a la suba de rendimientos) comprando en el mercado secundario, dado que el acuerdo con el FMI no prohíbe estas operaciones y estos instrumentos son el caballito de batalla de las licitaciones del Tesoro”, agregó.
“Es decir, en la subasta de la semana que viene Finanzas debe ofrecer tasas similares a las del mercado secundario para lograr atraer a los inversores. Y justamente, los títulos indexados al CER son los únicos que suman financiamiento neto positivo en lo que va del año”, terminó el informe.
Que digan qué piensan
Guzmán salió a desafiar al mercado el jueves, en una entrevista con Radio Nacional, y blanqueó así la pulseada que buscó sostener luego con las intervenciones oficiales. El ministro de Economía, consultado al respecto pidió que “los economistas del Gobierno anterior o de la oposición digan qué harían con la deuda pública en pesos, que lo digan en público. No podrían hacerlo”, disparó, en referencia a versiones de alguna medida en una futura administración sobre la deuda en moneda local. “Sería grave para el país que la oposición se manifieste en público” en ese sentido, dijo Guzmán.
“Que ayuden a todos los argentinos y que digan van a respetar y fortalecer el financiamiento en la propia moneda. A mí no me consta (que la oposición piense en ese tipo de medidas), pero ante la duda, que se manifiesten”, dijo en declaraciones a Radio Nacional. Por último, desafió: “A algunos les puede convenir que haya esas dudas, por eso tiene que haber claridad. Varios testean a ver cómo se reacciona y nosotros también, a ver cuánto están dispuestos a perder algunos”.
En los últimos meses, por la aceleración inflacionaria, ganó peso en el esquema de financiamiento en moneda local que lleva adelante Finanzas, la deuda indexada. En marzo, el mes de inflación mensual récord en los últimos 20 años, el 77% de los títulos emitidos fueron con el índice CER que sigue a la suba de precios. En abril, según los últimos datos oficiales, esa proporción volvió a niveles anteriores a ese pico. Los títulos atados a la inflación representaron el 49% del total colocado ese mes, un número incluso menor al 55% de febrero. Dentro del arco de oferta habitual, un 38% de los instrumentos licitados fueron a tasa fija, un 10% a bonos atados a la variación del tipo de cambio y el restante 3% a instrumentos a tasa variable.
“Entre junio y septiembre, los vencimientos ascienden a 2,7 billones de pesos, de los cuales más del 70% corresponde a deuda CER y cuyos tenedores seguramente exigirán nueva deuda del mismo tipo con mayores tasas para renovar vencimientos”, sostuvo la consultora Equilibra
En el stock total de deuda en pesos, aquella que está indexada sigue representando la mayor parte del total, con mucha diferencia. En abril llegó a ser de 83,6%, una cifra incluso superior a la de marzo, cuando había sido de 82,7 por ciento, según el último informe de deuda en pesos de la Secretaría de Finanzas.
Ese martes, además, estará marcado por un dato macroeconómico que puede además tener incidencia en la perpsectiva de la deuda indexada: el índice de precios de mayo. Según consultoras, la cifra será menor al 6% que marcó abril, por lo que continuaría con una leve tendencia de desaceleración, aún con niveles mensuales mucho más altos de los que aspiraba tener el Poder Ejecutivo.
Ese será otro ingrediente que presionará a una suba de tasas del Tesoro y también del Banco Central. “Con expectativas de inflación que ajustaron hacia arriba (el REM espera una inflación por encima de 72% para todo el año), tanto el Central como el Tesoro deberán aumentar tasas para incentivar la demanda de pesos y alimentar el roll-over de vencimientos de deuda”, concluyó Equilibra.
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