Al cierre de los negocios, los principales índices de Wall Street anotaron con profundas bajas este lunes, con el S&P 500 que confirmó la estadística de mercado bajista o “bear market”, ante el creciente temor de que las agresivas subidas de las tasas de interés puedan llevar a la economía norteamericana a una recesión. El Promedio Industrial Dow Jones cayó un 2,58; el índice S&P 500, un 3,9% y el Nasdaq Composite cedió un 4,7 por ciento.
Varios datos sobresalieron en este panorama “negro” que devolvió el pesimismo a las plazas de Nueva York. Por una parte, el S&P reingresó en zona de bear market, situación que se da cuando la toma de ganancias acumulada refleja pérdidas mayores al 20% desde sus máximos anteriores. Con una baja acumulada de 22%, se espera una continuidad de bajas en el corto plazo.
La restricción monetaria para frenar el proceso inflacionario en los EEUU va a desacelerar a la actividad económica
Hay que subrayar que Wall Street acumula, en las últimas diez semanas de operaciones, nueve que fueron negativas. Se trata de la racha bajista más importante desde 2011. En este sentido, el primer semestre de 2022 es uno de los de peor desempeño histórico para las cotizaciones: el Nasdaq acumula una caída del 31%, el S&P 500 cede un 21%, y el Dow Jones, un 16 por ciento.
Otra cuestión que no se puede ignorar es la de la inversión de las curvas de rendimientos de los bonos del Tesoro de EEUU, es decir, la duda pública norteamericana. Esto representa que la deuda estadounidense a corto plazo es más rentable que la deuda a largo plazo. La teoría económica dice que en una situación “normal” prestar a largo plazo debería ser más rentable que prestar a corto plazo. Cuanto más largo es el horizonte temporal, hay mayor incertidumbre de qué puede pasar. Los expertos aseguran que la inversión de la curva no falla a la hora de anticipar la llegada de una recesión.
En este aspecto, la tasa del Treasurie a 10 años escalaba a 3,366% anual, la más alta desde el 27 de abril de 2011, hace más de una década, en una clara señal de aversión al riesgo inversor que golpea con más fuerza a acciones y bonos de países emergentes.
El desplome de las cotizaciones en Wall Street ya fue noticia en otros períodos de 2022, en particular luego de la invasión rusa a Ucrania, que impulsó a máximos a los precios de las materias primas, como la energía y los alimentos, y recalentó la inflación a escala global.
El primer semestre de 2022 es uno de los de peor desempeño histórico para las cotizaciones: el Nasdaq acumula una caída del 31%, el S&P 500 cede un 21%, y el Dow Jones, un 16%
Finalmente, enciende una alerta que el S&P, en términos reales -es decir descontando la inflación de los últimos dos años- está a niveles anteriores a la propagación mundial del COVID-19, por lo tanto, se consumió toda la monumental asistencia monetaria a partir de febrero del 2020, justamente el origen de la escalada inflacionaria más elevada en 40 años en los Estados Unidos.
La elevada inflación en los EEUU y la invasión rusa a Ucrania apuraron los tiempos para el endurecimiento monetario que activa la Reserva Federal norteamericana, pues el conflicto dio envión a un encarecimiento adicional para las materias primas y la consecuente presión inflacionaria.
La inflación en Estados Unidos resurgió en mayo, ya que el índice de precios al consumo se disparó un 8,6% respecto a 2021, el mayor aumento desde diciembre de 1981, según datos del Gobierno publicados el viernes.
Los índices de Wall Street se internan en el “bear market” y la inversión de las curvas de los bonos anticipa una posible recesión
El IPC norteamericano creció 1% en comparación con abril, tras el modesto aumento del 0,3% del mes anterior, según informó el Departamento de Trabajo, muy por encima de lo augurado por los analistas, que esperaban que las presiones inflacionarias disminuyeran ligeramente.
“Lo irónico y lo inconsistente, supongo, Wall Street le está pidiendo la Reserva Federal de los EEUU que lo ‘rompa’ todo. Literalmente la inflación tiene una raíz monetaria parcial, pero hay otra raíz que es tremendo shock de commodities que estamos teniendo. Y el problema es que si la Fed decide desinflacionar atacando la demanda, lo va a tener que romper todo. Por lo tanto el mercado se está rompiendo y creo que es un poco esa disyuntiva”, explicó Germán Fermo, Head of Strategy en el Grupo IEB (Invertir en Bolsa).
“De alguna manera todo lo actuado en restricción monetaria va desinflacionar la economía norteamericana en un par de meses. Todo opera con lags (retrasos), por lo tanto, vivir esto como un drama existencial y que sea el fin del universo me parece una exageración”, enfatizó Fermo. “Por lo tanto, da la sensación que el mercado espera una Fed mucho más agresiva para enfrentar una inflación contra la que el banco central norteamericano no puede luchar. Esta inflación solamente se va a solucionar cuado se resuelva el shock de oferta”, sintetizó el analista de IEB.
La inflación en EEUU no solo tiene origen monetario: la escalada de precios de las materias primas influye en la carestía de alimentos y combustibles
Para Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, “el dato de inflación de EEUU castigó al mercado, la inflación anual se eleva a 8,6% y la mensual subió 1%. El dato tan negativo fue superior al estimado y esperado; la reacción obviamente fue muy negativa. El ambiente bursátil esta súper tensionado, la incertidumbre es muy alta y existe el miedo a que la ya alta inflación también cambie a ‘estanflación’. Datos que confirmen esa situación todavía no los hay, pero sobran proyecciones de analistas, conforme estimaciones que siempre y en todo caso son una probabilidad. ¿Pueden darse? Claro que sí, estúpidos no son, pero hasta tanto no se conozcan, puede que no”.
Los analistas de Portfolio Personal Inversiones puntualizaron que “en el plano internacional seguimos atentos a las decisiones de la Fed, que la semana pasada se halló con un número de inflación elevado y por encima de sus expectativas, lo que podría disparar subas de tasas superiores a las inicialmente pronosticadas. Como si fuera poco, el galón de combustible en Estados Unidos superó los USD 5 por primera vez en su historia, por lo que las presiones alcistas probablemente continúen y lleven a medidas cada vez más drásticas. Lógicamente tampoco perdemos de vista el conflicto ruso-ucraniano ni el comportamiento de China, que son dos variables fundamentales en la inflación mundial”.
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