“La idea es blindar la construcción del gasoducto Néstor Kirchner”, aseguran en el Gobierno de Alberto Fernández. En una parte, al menos.
En medio de las demoras, sospechas de corrupción y dudas sobre si la obra estará lista para el invierno que viene –como prometió en su momento la Casa Rosada– el objetivo es alinear intereses para “la obra más importante que tiene el país”. En eso coinciden en principio tanto Martín Guzmán, ministro de Economía, como el grupo de funcionarios kirchneristas que está al frente del área energética (dentro del propio ministerio). Quizás sea en lo único que coinciden. Como sea, en las próximas horas se anunciarán una suerte de comisiones de seguimiento de la obra que serán controladas por el propio Guzmán.
¿Una demostración de poder del titular del Palacio de Hacienda? A medias. En rigor e indirectamente, la obra ya depende de Guzmán: está a cargo según un decreto presidencial de Energía Argentina (Enarsa), la empresa del estado que preside Agustín Gerez, un dirigente muy cercano a la vicepresidente Cristina Kirchner. Enarsa está dentro de la estructura de la secretaría de Energía, que hasta fines de 2020 dependía del echado Matías Kulfas y que desde entonces está bajo la órbita de Economía. Recordado es el hecho de hace un año, cuando Guzmán pretendió sin éxito despedir a un funcionario de tercera línea, el camporista Federico Basualdo, subsecretario de Energía eléctrica.
“Lo incluimos directamente en el equipo de trabajo... que firme también y se involucre de lleno. Las comisiones establecerán si están bien las licitaciones, quién entra y quién no entra. También tendrá que cerrar el contrato con los caños con Paolo Rocca”, detallaron desde un sector de la administración nacional. Las comisiones comenzarán a funcionar “de inmediato”.
Está claro que para una de las facciones del Gobierno la medida es similar a la que se tomó con la secretaría de Comercio: “Que se la quede Guzmán y se haga cargo de la inflación”, aseguraron cerca de Cristina Kirchner cuando renunció Roberto Feletti. El kirchnerismo quiere a un ministro “presente”, que no pase lo que pasó con Kulfas que plantó la duda para siempre, tuvo que renunciar y hoy, frente al juez, dijo todo lo contrario.
Desde Economía, sin embargo, dicen que las comisiones serán presidas formalmente por Darío Martínez, secretario de Energía y subalterno de Guzmán, quien tendrá, de todas maneras, el control y la responsabilidad final.
Nuevas comisiones
Según pudo saber Infobae, las nuevas “Comisiones Evaluadoras” tendrán a su cargo el seguimiento integral de los procesos licitatorios, análisis de ofertas y posterior recomendación al órgano directivo del comitente (Energía Argentina) de cuáles deben ser las ofertas adjudicatarias y/o desestimadas de dichos procesos conforme el fundamento técnico, legal y económico allí establecido.
“Sin perjuicio que la integración del Directorio de Energía Argentina ya cuenta con representantes designados por el Ministro de Economía, entendemos propicio que la máxima autoridad del área tenga participación directa en todas las instancias de formación de la voluntad societaria a los efectos que la misma refleje los análisis más amplios y diversos posibles”, agregaron.
Cerrar la compra de los caños para el gasoducto, lo que generó la crisis que eyectó a Kulfas del Gobierno, comprar las válvulas importadas para el tendido, y resolver quién hará la obra civil del proyecto, que se llevará la mayor parte del presupuesto, unos USD 1.500 millones, son algunos de los pasos que vienen para el GNK, y que ahora tendrán que contar con la firma de Guzmán. Usar más “la lapicera”, como le pidió la Vicepresidenta a su compañero de fórmula hace una semana en Tecnópolis, en la celebración de los 100 años de YPF.
Kulfas en la Justicia
Hoy, el ex ministro de Producción se presentó ante el juez federal Daniel Rafecas y el fiscal Carlos Stornelli, quienes lo citaron como testigo luego de sus dichos de la semana pasada. “Lo primero que tengo que manifestar es que, en ningún momento, quise señalar o hacer mención a actos de corrupción. Si hubiese tenido algún elemento que indicara la existencia de posibles actos de corrupción, los habría denunciado en sede judicial”, dijo.
También dijo que las declaraciones de Cristina Kirchner en el acto de YPF fueron “ofensivas e injustificadas hacia nuestra gestión en el ministerio”.
A diferencia de lo que dijo públicamente, el ex ministro aseguró que la adjudicación a la compañía Techint de la fabricación de los tubos “está justificada en la premura de contar cuanto antes con la obra terminada ya que permitirá el autoabastecimiento de gas y su exportación” y que la licitación no correspondía a su ministerio.
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