El cierre de la semana se mostró otra vez negativo para las acciones y los bonos de argentina, cuyos precios estuvieron condicionados por la incertidumbre y el pesimismo respecto de la economía doméstica, a lo que se complementa una aceleración inflacionaria en los EEUU que sacude al resto de los mercados.
Las acciones y los títulos públicos exhibieron estabilidad en pesos, pero renovadas pérdidas medidos en dólares, debido a la suba del “contado con liqui”, en parte por desarmes de carteras ante muchas dudas sobre el futuro de la economía doméstica en medio de una elevada inflación difícil de controlar y un aumento del déficit fiscal por más gasto público.
El S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires revirtió la baja y aumentó un 0,3% en pesos, a los 89.141 puntos. En dólares, según el “contado con liqui” implícito en los ADR, el panel líder perdió un 3,1% en el día, ahora por debajo de los 400 puntos por primera vez desde el 28 de enero.
Entre los ADR y acciones argentinos que son operados en dólares en Wall Street se impusieron las pérdidas generalizadas, encabezadas por Mercado Libre (-7,6%) y Edenor (-7,3%).
El contexto externo no quedó atrás. La renta fija emergente se vio afectada por temores a una desaceleración de la economía mundial frente al aumento de tasas de interés de bancos centrales para frenar la creciente inflación.
Los bonos en dólares, según la referencia de los Globales con ley extranjera, llegaron a caer 1% en promedio al promediar la sesión, para acumular una baja de 46% desde su salida al mercado en septiembre de 2020. El riesgo país de la Argentina tocó los 2.085 puntos a las 13:30 horas, en un máximo desde la reestructuración soberana en septiembre de 2020. Luego se estabilizó en torno a los 2.045 enteros del cierre del jueves.
“Los bonos en moneda local están cayendo en parte porque habían subido mucho ante las elevadas expectativas de inflación y estaban caros. También tiene que ver que muchas empresas desarman posiciones por pagos de aguinaldos de junio”, subrayaron los analistas de Research for Traders.
“Es imposible que sea un único factor lo que explique la subida del riesgo país y el desplome de los bonos; se acumularon varios factores. La Argentina, después de la reestructuración de su deuda, perdió la capacidad de financiarse en dólares en el mercado externo y le quedó como única fuente de financiamiento genuino endeudarse en pesos en el mercado local. Como hay expectativas de inflación y de devaluación, el mercado empezó a comprar deuda y a financiar al Gobierno en bonos que están atados principalmente a la inflación, y en menor medida, en bonos atados al dólar”, describió Javier Timerman, socio de Adcap Grupo Financiero.
“Como la demanda de bonos ligados a la inflación creció muchísimo porque era lo más seguro en términos de inversión, el mercado compró mucha deuda CER y el Gobierno se empezó a endeudar prácticamente solo en este tipo de bonos, aparecieron las preguntas del mercado acerca de una eventual devaluación o un reperfilamiento”, añadió Javier Timerman.
Impacto negativo desde el exterior
La inflación en Estados Unidos resurgió en mayo, ya que el índice de precios al consumo se disparó un 8,6% respecto a 2021, el mayor aumento desde diciembre de 1981, según datos del Gobierno publicados el viernes.
El IPC norteamericano creció 1% en comparación con abril, tras el modesto aumento del 0,3% del mes anterior, según informó el Departamento de Trabajo, muy por encima de lo augurado por los analistas, que esperaban que las presiones inflacionistas disminuyeran ligeramente.
Los indicadores de Wall Street reaccionaron con bajas netas del orden del 3%, mientras que las tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU subieron a máximos de 2019. El Treasurie a diez años rinde un 3,15% y este aumento incide en la suba del riesgo país de Argentina, así como del resto de la deuda emergente.
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