El consumo del cannabis se ha expandido a lo largo y ancho del mundo, la hierba que se popularizó en la década del 70 ha atravesado fronteras y su uso está extendido en muchos países, ya sea de forma regulada o ilegalmente.
En los países que han optado por su legalización, o al menos su regulación, el consumo de marihuana pasó a formar parte de la industria económica formal. Ya sea por la producción de marihuana para consumo o de cáñamo como materia prima para otras industrias; o en la explotación del incipiente “turismo cannábico”, un nuevo segmento de viajes que quiere ya se estableció en algunos lugares del planeta.
Sin ir más lejos, este jueves se supo que un diputado uruguayo presentará un proyecto para legalizar la venta de cannabis a extranjeros para “ayudar al sector turístico”, según sus palabras.
El proyecto será presentado mañana por el diputado por el Frente Amplio, Eduardo Antonini, y buscará que los extranjeros que ingresen al Uruguay puedan comprar cannabis si lo desean, según el funcionario, la propuesta busca respaldar la recuperación del Turismo por “la importante crisis que sufre”.
En cambio, en varios Estados de los Estados Unidos, el consumo turístico de cannabis ya es una realidad, y cualquier persona que lo desee puede acercarse a un dispensario a comprar marihuana o alguno de sus derivados, como aceites, comestibles, entre otros.
En los Estados de Alaska, Calofornia, Oregon, Washington, Nevada, Colorado, Michigan, Illinois, Massachusetts, Maine, Vermont, Nueva Jersey, Dakota del Sur, Montana, Arizona y Nueva York, es legal el uso recreativo de marihuana, aunque su posesión, compra y venta siguen siendo ilegales a nivel federal, por lo que el consumo se circunscribe al territorio de cada Estado, los Gobiernos estatales pueden aprovechar el turismo cannábico controlando su consumo y comercialización.
Según la revista Forbes, el 68% de los adultos estadounidenses apoyan el uso de cannabis, mientras que el 50% de los millenials -nacidos entre principios de los 80 y finales de los 90- creen que el acceso al cannabis recreativo legal es importante a la hora de elegir un destino turístico y el 43% del mismo grupo ya eligió un destino por esas razones.
“Son turistas y están de compras, están acá para gastar dinero en la meca de la marihuana”, dijo a la revista Victor Pinho, cofundador de Emerald Farm Tours, una agencia de viajes especializada en tours cannábicos de la región de San Francisco. Según él, un cliente promedio gasta entre 300 y 400 dólares en el dispensario durante sus vacaciones, cerca de tres veces más de lo que gastan en otros comercios.
De hecho, se estimó que el cannabis legal también impulsa otros negocios. La revista calculó que de los 25.000 millones de dólares que generó Estados Unidos con la venta legal de marihuana, 4.500 millones provinieron del turismo cannábico, que a su vez produjo un impacto positivo de otros 12.600 millones de dólares adicionales que gastaron los viajeros en restaurantes, hoteles, atracciones y más comercios, así como en las arcas impositivas de cada Estado.
Esto se debe a que por cada dólar gastado en un minorista de cannabis, se produce un efecto multiplicador, con otros 2,8 dólares que ingresan a las economías locales, según Beau Whitney, fundador y economista jefe de Whitney Economics, consultora comercial líder en cannabis y cáñamo.
Pero no todos los Estados utilizan el turismo cannábico a su favor, a pesar de que consumo recreativo esté permitido. En Colorado por ejemplo, un Estado que generó 423 millones de dólares en impuestos provenientes del cannabis, no se hace ninguna promoción del mismo para atraer turistas.
En la otra vereda, California aparece como la meca de todo consumidor de cannabis en los Estados Unidos, donde no sólo su consumo está muy extendido, sino que hay varias organizaciones que ofrecen tours cannábicos y más actividades relacionadas a esta cultura.
“Para el 2025, el 50% de los viajeros en EEUU serán millennials”, dice Brian Applegarth, fundador de Cultivar, una firma de estrategia de turismo de cannabis, “y su relación con el consumo de cannabis está extremadamente normalizada en comparación con los líderes de la industria estigmatizados de hoy”.
Cultivar se asoció con Visit Modesto, la oficina de convenciones y visitantes del centro agrícola del Valle Central de California, para lanzar el MoTown CannaPass, un programa de recompensas tipo pasaporte que facilita información a los viajeros para que descubran restaurantes, actividades y tiendas de cannabis en el área.
“Queríamos tener la oportunidad de decir: “Si lo tuyo es el cannabis y estás aquí, tenemos tiendas minoristas que son legales”, dijo Todd Aaronson, director ejecutivo de Visit Modesto quiena demás remarca que las experiencias cannábicas son comparables a cualquier otra actividad turística como visitar una cervecería o una bodega, “todos están igualmente regulados, debe tener un conductor designado para cada uno. Todo visitante es bienvenido”, expresó.
Según sus datos, desde que lanzaron el MoTown CannaPass, detectaron un alza del 11% en el tráfico a los minoristas de cannabis y también en las visitas nocturnas a Modesto. “No me arrepiento de nada, fue un resultado significativo”, concluyó.
En cuanto al plano local, nada se habla sobre el turismo cannábico ya que su consumo sigue estando circunscripto al uso medicinal. En 2020 el Ministerio de Salud nacional creó el Reprocann, un registro para los consumidores y cultivadores de cannabis con fines puramente medicinales.
Otro hito cannábico del país tuvo lugar a comienzos de mayo cuando la Cámara de Diputados aprobó con 155 votos a favor, 56 en contra y 19 abstenciones, la ley que regula la producción industrial de la planta de cannabis, que ya tenía media sanción del Senado.
La normativa creó la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), que tendrá como función -entre otras- regular la importación, exportación, cultivo, producción industrial, fabricación, comercialización y adquisición de semillas, de la planta de cannabis y de sus productos derivados con fines medicinales o industriales.
En cuanto al uso recreativo en el país, hay diferentes proyectos de ley que buscan despenalizar la tenencia de estupefacientes para consumo personal -como el que lleva adelante la Diputada del Frente de Todos, Carolina Gaillard- pero ninguno ha tomado el suficiente peso político.
No obstante, el uso de marihuana en Argentina parece estar estrechamente relacionado con la recreación, según la Primera Encuesta Nacional de Cannabis en Argentina, respaldada por la Universidad de Quilmes, en el AMBA la proporción de uso “recreativo” de marihuana alcanza al 84%, mientras en las provincias de la Patagonia representa al 76% de las personas que lo usan.
Si en un futuro la Argentina permite el uso recreacional de la marihuana, la industria turística podría aprovecharse de ello, ya para promover el movimiento interno de viajeros como para acaparar la atención de los consumidores de marihuana del mundo, que podrían encontrar aquí el consumo de la hierba combinado con un sinfín de paisajes naturales de los más extraordinarios del mundo.
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