Luego de los cuestionamientos del ex ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, al proceso licitatorio del Gasoducto Néstor Kirchner -que aún está abierto-, y que le costaron el cargo, el ex titular de la cartera de Energía y Minería, Juan José Aranguren, se refirió a la mega obra para ampliar la conexión entre el yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén con el resto del país y aseguró: “Flaco favor le hacen a la Argentina si la política se va a meter a diseñar un gasoducto”.
En declaraciones a TN, el ex funcionario macrista afirmó que se está utilizando el tema del gasoducto para dirimir una puja política. En ese marco, se refirió a las cuestiones técnicas de la obra y aseguró que tanto la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner como Kulfas sabían desde el 24 de febrero del problema de las chapas necesarias para el gasoducto, que no se pueden producir en Argentina.
“Sabían cuál era la especificación de la chapa, que no se puede hacer en la Argentina, por lo tanto si en algún momento la vicepresidente tenía algún problema en importarla en lugar de poder laminarla en Argentina, podría haberlo dicho en febrero y ganábamos mucho tiempo”, afirmó.
Y continuó: “Si el ex ministro de Producción consideraba que la licitación estaba hecha de forma amañada, desde el 24 de febrero en que se lanzó la licitación hasta el 31 de marzo en que se presentó la oferta y hasta el 24 de abril en que se aprobó la única oferta que se presentó, tenían tiempo de haberlo dicho. Lo mínimo que cabe para ellos es el incumplimiento de deber de funcionario público, de no denunciar un hecho para tratar de corregirlo”.
El ex ministro de Energía dijo que la licitación está a la vista del público desde el 24 de febrero y consultado sobre si el proceso le parecía direccionado, agregó: “Habiendo leído la licitación, no es distinta de todas las licitaciones que se han sacado”.
Respecto al material para los caños del gasoducto dijo que “la chapa naval no se puede utilizar”, respondiendo a otra sugerencia de Kulfas. Para la construcción del gasoducto, explicó, se utiliza “una chapa especial, una aleación de acero, carbono y con manganeso que tiene que soportar una presión de cien kilogramos por centímetro cuadrado. No se puede usar la chapa de una cocina o de una heladera para transportar cuarenta millones de metros cúbicos a cien kilogramos por centímetro cuadrado de presión”.
En ese sentido, afirmó que “claramente no lo sabían los funcionarios y no se hicieron asesorar por alguien que sepa”.
“Son temas técnicos. Flaco favor le hacen a la Argentina si la política se va a meter a diseñar un gasoducto”, enfatizó.
Por otra parte, y en un contexto en el que hay escasez de combustible en la Argentina, Aranguren dijo que cuando se construyan los caños del gasoducto va a haber que transportarlos en un marco en el que no hay gasoil. “Necesitamos 13 mil camiones que se muevan para trasladarlos. Y eso se mueve con gasoil. ¿Con qué combustible vas a transportar los caños para el gasoducto?”, se quejó.
En relación al faltante del combustible dijo que los precios en Argentina están descalzados con los precios internacionales. “Tenemos una estructura de precios del combustible alineado con un crudo a 60 dólares el barril y en el mundo está a USD 120. Si en un país que no tiene suficiente oferta de gasoil falta producto, hay que importarlo. Y aquel que lo importa tiene que incurrir en una pérdida mayúscula. Por eso nadie quiere importarlo o se hace con demora”, planteó.
Asimismo, dijo que un elemento adicional tiene que ver con la falta de planificación. “El año pasado, a instancias del Poder Ejecutivo el Congreso renovó la ley de biocombustibles. En esa renovación se redujo el corte de biodiesel en el gasoil del 10% al 5% desde agosto. Eso significa 700 mil metros cúbicos menos de oferta de gasoil por año en el mercado interno. Se achicó por esta diferencia de precios. Los productores de biodiesel no respetan que la soja sube y si los costos suben no venden más”, analizó.
Si en un país que no tiene suficiente oferta de gasoil falta producto, hay que importarlo. Y aquel que lo importa tiene que incurrir en una pérdida mayúscula. Por eso nadie quiere importarlo o se hace con demora
Por último se refirió a la segmentación de tarifas en la que trabaja el Poder Ejecutivo y afirmó que “toda propuesta que sea reflejar el costo real de un producto es buena”.
“Reflejar en los precios el costo real de un producto genera que la gente cuide lo que es caro y escaso. La segmentación es mejor que nada”, consideró.
Por último hizo una breve autocrítica de su gestión durante el gobierno de Mauricio Macri y afirmó que no comunicaron correctamente y que no pudo imponer sus ideas.
“Cuando fuimos gobierno no fui capaz de imponer mi argumento. Coincido con el ministro de Economía (Martín Guzmán) en que los subsidios generalizados son pro ricos. Esta segmentación de tarifas es mejor que nada pero yo haría otra cosa”, finalizó.
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