El Fondo Monetario Internacional terminó la primera revisión trimestral de metas con el Gobierno y enviará un informe técnico al directorio del organismo, que deberá decidir en los próximos días si girará un nuevo desembolso de USD 4.030 millones a la Argentina, con los que cubrirá los vencimientos de deuda con el propio FMI que caen dentro de trece días.
Según explicaron desde el Ministerio de Economía, “el personal técnico del FMI y las autoridades argentinas llegaron a un acuerdo a nivel staff sobre la primera revisión en el marco del acuerdo de 30 meses del EFF de Argentina”, mencionaron, y citaron el comunicado que también publicó el Fondo Monetario este miércoles por la noche.
Como puntos centrales de las conclusiones de la misión, el Gobierno resaltó que ️”se cumplieron todas las metas cuantitativas del programa en el primer trimestre de 2022″, que “los objetivos anuales establecidos en la aprobación del acuerdo se mantendrán sin cambios. Esto es fundamental para fortalecer la estabilidad y apoyar la recuperación económica en curso”, y que “una vez concluida la revisión por el board, Argentina recibirá 4.030 millones de dólares (equivalentes a 3.000 millones de DEG)”.
Las conversaciones técnicas entre el Fondo Monetario y el Gobierno, en rigor, habían comenzado a mediados de abril cuando el ministro de Economía Martín Guzmán había acudido a la cumbre de primavera del organismo, en Washington. La primera revisión trimestral, además de controlar el cumplimiento de las metas exigibles del FMI (acumulación de reservas, déficit primario, asistencia monetaria al Tesoro desde el BCRA, deuda flotante y atrasos en el pago de deuda externa), también estuvo marcado por la “recalibración” que encararon desde ambos lados del acuerdo para ajustar prioridades y proyecciones incluidos en el programa económico.
El comunicado del FMI mencionó que “se han cumplido todas las metas cuantitativas del programa en el primer trimestre de 2022″ y que el staff y los funcionarios nacionales negocian “políticas que fomentan el crecimiento en línea con el programa”.
“La revisión se centró en la evaluación del desempeño del programa desde la aprobación del acuerdo, analizando los efectos del impacto de la guerra de Ucrania en la economía de Argentina, e identificando políticas para abordar tales efectos”, explicó el Palacio de Hacienda.
Por último, resaltaron que “el personal técnico del FMI y las autoridades argentinas han acordado que los objetivos anuales establecidos en la aprobación del acuerdo se mantendrán, específicamente los relacionados con el déficit fiscal primario, el financiamiento monetario y las reservas internacionales netas. Tal enfoque proporciona un ancla para la estabilidad económica y el crecimiento en tiempos de incertidumbre.
Las dos principales variables que estuvieron en discusión entre las dos partes fueron la nueva proyección de inflación y un sendero más lento de reducción de los subsidios, en caso de que sea eso posible en un año como el 2022, con un fuerte salto del costo que tiene para el Estado conseguir la provisión de abastecimiento.
La nueva proyección de inflación, que estará más cerca del 65% que espera el mercado según el REM que elabora el Banco Central que del 48% como tope anual que habían planteado el Gobierno y el FMI, quedará explicitada en el decreto de actualización de partidas presupuestarias que termina por estos días de diseñar el Ministerio de Economía, y que incluirá una nueva pauta de gasto para todas las áreas del Estado.
Las metas que revisó el staff del FMI y que el Gobierno da por descontado que tendrán el visto bueno del organismo serán, en rigor, cinco. Las tres principales serán el déficit primario, la acumulación de reservas y el límite a la asistencia monetaria desde el Banco Central al Tesoro.
Sobre el primer aspecto, el Gobierno sobrecumplió por poco menos de $30.000 millones la primera meta fiscal trimestral que había acordado con el Fondo Monetario Internacional, aunque el Poder Ejecutivo contó con un ingreso extra que le permitió ajustarse al objetivo fiscal. Se trata del rubro “rentas de la propiedad” por el cual el Estado tuvo en marzo un ingreso de $157.800 millones, lo que implicó un salto superior al 1.000% en comparación con igual mes del año previo.
Se trata de ingresos que obtiene el Estado que no están relacionados a la recaudación tributaria sino con entradas por “ganancias contables” o intereses que obtuvo el fisco por inversiones financieras, plazos fijos y otro tipo de activos, como el resultado de las inversiones que hace el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Anses. Para la próxima revisión, el Gobierno acordó con el FMI en los últimos días ponerle un tope a la contabilización de ese tipo de ingresos, que será de 0,3% del PBI.
El primer objetivo exigible por parte del Fondo Monetario para el sendero fiscal era de $222.264 millones, poco más de 0,3% del PBI. De esta forma, Hacienda sobrecumplió ese objetivo por $29.529 millones. Otras dos metas centrales del acuerdo también fueron alcanzadas, sostienen en el Gobierno: las reservas deberían haber aumentado USD 1.200 millones en forma neta, mientras que la monetización del déficit tendrá como techo una suma de $236.800 millones. Para ambos casos en el BCRA aseguran que los objetivos se cumplieron.
Otros dos objetivos exigibles aunque con menor relevancia son el tope de deuda flotante que puede tener el Tesoro, algo que desde Secretaría de Hacienda aseguraron a Infobae que se cumplió, y la obligación de no acumular atrasos en el pago de la deuda externa.
Más allá de la primera evaluación, en la que el Gobierno parece tener todo alineado para aprobar y contar con el segundo desembolso, las metas del segundo trimestre ya aparecen con alguna dificultad adicional. La más difícil sería la de acumulación de reservas, ya que el programa económico acordado prevé que el BCRA sume contar con USD 4.100 millones de reservas netas adicionales en relación con el fin de 2021.
Además tendrá topes de $566.800 millones para el déficit primario y de $438.500 millones para el límite de financiamiento desde el Banco Central al Tesoro, aunque se trata de valores nominales que podrían tener algún ajuste de la mano de un recálculo de la proyección de inflación anual como la que preparan Economía y el FMI. De todas formas, en términos del PBI se mantendrían en lo previsto: 2,5% y 1%, respectivamente.
La hoja de ruta de devolución del préstamo Stand By de 2018 especifica que entre el 21 y 22 de junio el Gobierno debería girar unos USD 2.700 millones. En ese momento ya debería contar con el segundo desembolso desde el FMI. Pero ese segundo desembolso, que será de unos USD 4.000 millones, deberá también servirle al Poder Ejecutivo para cubrir los vencimientos que habrá a lo largo del trimestre antes de contar con un eventual tercer envío de fondos. Serán otros USD 1.300 millones el 8 de julio y, por último, otros USD 980 millones entre el 29 de julio y el 1° de agosto.
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