En su presentación ante altos ejecutivos convocados por la Asociación de Empresarios de la Argentina (AEA), Martín Guzmán destacó como uno de los lineamientos fuertes de su gestión el fortalecimiento del mercado de deuda en pesos local. Sin embargo, la dinámica de los bonos emitidos en moneda local y las últimas licitaciones realizadas por el Tesoro demuestran que la desconfianza por estas colocaciones es cada día mayor.
“Debería tratarse de una cuestión de Estado”, aseguró el ministro de Economía, involucrando en ese comentario a la oposición. Los persistentes niveles de déficit fiscal obligan al Gobierno a endeudarse en moneda local, una política que va acompañada de la emisión de pesos por parte del Central. Por lo tanto, el rojo de las cuentas públicas se cubre en parte por nuevo endeudamiento en el mercado interno y en otro directamente con adelantos transitorios y transferencia de utilidades del BCRA.
El crecimiento exponencial de la deuda en pesos es un dato cada vez más inquietante para los inversores. Y así se refleja en la evolución de las cotizaciones. En los últimos días, se produjo una importante ola de ventas del TX 24, un bono ajustado por CER que vence en marzo del 2024. Ayer cayó otro 0,9% y ya rinde 6,5% anual por encima de la inflación. En los últimos diez días acumula una caída superior a los 5 pesos, que resulta significativa en un contexto de alta inflación.
La ola de ventas que sufrió este título marca un comportamiento que podría profundizarse en los próximos meses. Esto significa que los inversores buscan alejarse de este tipo de opciones, porque vencen pocos meses después del recambio presidencial. El peligro es que el nuevo Gobierno, acorralado por la enorme masa de vencimientos de deuda en moneda local, termine reestructurando este tipo de bonos, a través de una reducción de tasas y alargamiento de plazos.
El ministerio de Economía publicó ayer el cronograma de las licitaciones en moneda local del segundo semestre del año. Sólo en junio vencen $ 500.000 millones
Como contraste, el TX 23, que es un bono similar que vence en marzo del año próximo, se encuentra sumamente demandado. Su rendimiento es de sólo 2,3% anual por encima de la inflación registrada y opera con una paridad del 99,7%. También sufrió una caída en los últimos días, pero claramente mantiene una preferencia por la deuda más larga en moneda local.
El problema que enfrenta Guzmán es la necesidad de “fortalecer el mercado de deuda local”, como él mismo pregona, pero al mismo tiempo la necesidad de colocar cada vez más bonos. Este incremento de la oferta de títulos conspira al final del día con ese objetivo, porque aumenta el temor sobre las dificultades que podría enfrentar el Gobierno para hacer frente a la refinanciación de vencimientos, sobre todo a medida que se acerquen las elecciones del año próximo.
En el mercado ya hablan de una suerte de “muralla”, que le está impidiendo al Gobierno la emisión de deuda en pesos más allá de octubre o noviembre del año próximo. Además, también es cada vez mayor la concentración de deuda emitida por CER, por lo que resulta más difícil de licuar en caso de una situación crítica.
Aunque Guzmán quiere fortalecer el mercado de deuda en pesos, la dinámica es cada vez más preocupante. El Tesoro coloca bonos cada vez más cortos (que vencen antes de las elecciones de 2023) y ajustados por CER, lo cual complica la licuación en caso de un contexto de crisis
La consecuencia es que se produce una concentración creciente de vencimientos, que podría transformarse en una verdadera “bomba” que le explote a la próxima administración. El temor de los inversores es que al nuevo Gobierno no le quede mucha opción que refinanciar la deuda en forma compulsiva, es decir avanzar en un nuevo reperfilamiento, tal como hizo el gobierno de Mauricio Macri luego de las PASO de 2019.
Este volumen de vencimientos millonarios que se acumularán para después de mediados de año de 2023 preocupa sobre todo a los candidatos de la oposición, que deberán ingeniárselas para no perjudicar a los tenedores de deuda en moneda local. También es clave evitar que se dispare el tipo de cambio, ya que provocaría una fuerte dolarización de carteras que perjudicaría a los bonos emitidos en moneda local.
La acumulación millonaria de deuda en pesos impedirá, por otra parte, que se levante rápido el cepo cambiario. Sería sumamente riesgoso eliminarlo de la noche a la mañana como hizo Macri junto al titular del BCRA, Federico Sturzenegger, en 2015. Por eso, quien gane el año próximo se tendrá que manejar con extremo cuidado para evitar que esa masa de pesos vaya a presionar al dólar.
Mientras tanto, el ministerio de Economía publicó ayer el cronograma de las licitaciones en moneda local del segundo semestre del año. Sólo en junio vencen $ 500.000 millones y la cifra se mantendrá en estos niveles o por encima de esos montos cada vez. Según el programa presentado, todos los meses habrá dos licitaciones de títulos, mientras que en noviembre se realizarán tres.
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