La reapertura de los viajes al exterior tras dos años de cierre casi total por pandemia le está pasando factura al Banco Central. En los primeros cinco meses del año el dólar tarjeta ya costó nada menos que USD 2.400 millones y podría incluso acelerarse en los próximos meses. En realidad las cifras oficiales llegan hasta abril, pero se estima que mayo habría repetido una salida cercana a los USD 500 millones, similar a los últimos dos meses.
La proximidad de las vacaciones de invierno y el agregado de frecuencias internacionales (por ejemplo a Italia) generarán seguramente un pico de gastos en el exterior. El Mundial de Qatar también suma presión porque muchos argentinos están contratando paquetes para presenciarlo.
Si el BCRA no tuviese este déficit de la balanza turística, cumpliría de sobra con las exigencias en materia de acumulación de reservas que se acordó con el FMI. A esta altura es un hecho que no se alcanzará con lo estipulado para el segundo trimestre. Si se pedirá un “waiver” o se modificarán las metas es un tema ya a esta altura anecdótico. El economista Gabriel Rubinstein, por ejemplo, estimó que la meta estipulada para fin de junio se incumplirá en alrededor de USD 1.000 millones. Y esa diferencia no podrá ser remontada en la segunda parte del año
Si bien el complejo cerealero viene liquidando a un ritmo récord, el Banco Central no logra acumular reservas, al menos está muy lejos de las previsiones. En lo que va del año apenas sumó USD 900 millones por intervenciones en el mercado cambiario. El año pasado en esta misma época ya sumaba casi USD 6.000 millones. La jornada de ayer fue un ejemplo claro de esta dinámica preocupante: el agro vendió USD 350 millones, pero el BCRA apenas pudo comprar USD 10 millones.
Hoy es indistinto pagar afuera con dólares, pero es evidente que la mayoría prefiere seguir usando la tarjeta. Existe además el incentivo de pedir la devolución del 35% del impuesto a las Ganancias, pero recién se estaría cobrando a partir de mayo de 2023
Las importaciones de gas y otros combustibles complicaron el panorama, ante la fuerte suba de precios internacionales como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Pero, además, el “goteo” que sufre diariamente el Central por distintos motivos esta haciendo estragos.
Parte de esa salida de reservas está vinculada con los viajes y también con argentinos que usan la tarjeta para efectuar compras en el exterior aún sin salir del país. Ya en marzo y abril por el rubro “viajes y turismo” se fueron más de USD 500 millones en forma neta. Y a eso se agrega mayo que habría arrojado un nivel similar.
También complica el hecho que los turistas que ingresan a la Argentina cambian sus divisas por el mercado paralelo. Esto ayuda a que el dólar libre se mantenga estable, por debajo de los $ 210, pero por otra parte quita oferta en la operatoria de cambios oficial. La caja de ahorro especial para extranjeros que propuso el Banco Central terminó en un fracaso ya que su apertura resultaba demasiado engorrosa.
¿Hay margen para imponer alguna restricción sobre el funcionamiento del “dólar tarjeta? El titular del BCRA, Miguel Pesce, dejó trascender que no hay nada en estudio. Otros especulan con la posibilidad de un desdoblamiento cambiario. Eso implicaría, por ejemplo, pagar con tarjeta habría que recurrir al dólar Bolsa (o MEP). Pero ni Cristina durante el cepo cambiario de su segundo mandato ni Alberto Fernández ahora han optado por esa salida.
La escasa acumulación de reservas netas por parte del Central proyecta más problemas para la segunda mitad del año. Por ahora, desde el BCRA no plantean cambio alguno en la estrategia, que incluye una suba del dólar oficial de 4% mensual y la continuidad del “dólar tarjeta”
Ni siquiera el hecho que el dólar “tarjeta” y el libre se encuentren alineados, prácticamente en la zona de $ 205, ayudó para aflojar el uso de la tarjeta en el exterior. Hoy es indistinto pagar afuera con dólares, pero es evidente que la mayoría prefiere seguir usando la tarjeta. Existe además el incentivo de pedir la devolución del 35% del impuesto a las Ganancias, pero recién se estaría cobrando –con suerte- a partir de mayo de 2023.
El “goteo”, o perdida paulatina de reservas, también viene por el lado del denominado dólar solidario, es decir la pequeña ventana abierta para comprar hasta 200 dólares por mes a través del mercado oficial. Si bien la mayoría es rechazada por el “sistema”, los que sí pueden comprar le meten presión al BCRA. El promedio mensual se ubica en alrededor de USD 140 millones, una cifra nada despreciable en un contexto de escasez de divisas.
Aunque suena lógica cortar definitivamente ese “beneficio”, hasta ahora la decisión es mantenerlo, nuevamente ante el peligro de meter más presión al dólar financiero y que aumente aún más la brecha.
Cristina Kirchner también mostró preocupación por el comportamiento del mercado cambiario en su aparición el viernes, en el marco de los festejos por los 100 años de YPF. Allí habló de los que compran dólares “por deporte” y culpó a “la brecha”, que alienta la demanda de importadores y de todos aquellos que pueden ingresar al mercado oficial de cambios.