A exactamente un mes de la renovación del programa Precios Cuidados, el flamante secretario de Comercio, Guillermo Hang, se reunió esta mañana con las principales empresas de consumo masivo para dialogar sobre cómo será la nueva etapa del programa y evitar que hayan faltantes en las góndolas. Se trató de un primer encuentro formal, así como ayer también se reunió con los representantes de los almacenes de barrio y próximamente lo hará con los supermercados mayoristas.
Asistieron al encuentro directivos de Molinos, Arcor, Danone, Mastellone, Mondelez, Estancia Las Marias, AdecoAgro, Bimbo, Clorox, Procter & Gamble, Aceitera General Deheza (AGD) y Ledesma, entre otras. Fuentes que participaron de la reunión contaron que Hang se mostró convencido de continuar con Precios Cuidados, pero de forma tal de que funcione bien, que las brechas de precios con los productos que están fuera del programa se achiquen y que no haya desabastecimiento. Con la aceleración inflacionaria que hubo en lo que va del año y los ajustes del programa muy por debajo del costo de vida, las diferencias se hicieron cada vez más grandes y eso motivó a los consumidores, y en muchos casos a comerciantes, a arrasar con esos artículos.
Hang les pidió a las empresas el mismo Excel de siempre, con sus propuestas de precios para los próximos tres meses, pero también se mostró dispuesto a escuchar propuestas para dar de baja productos difíciles de abastecer con los valores actuales. El funcionario les planteó que no quiere bajar drásticamente la cantidad de productos ni que suban mucho de precio, pero se mostró flexible a la hora de escuchar propuestas de las compañías sobre cuál sería la mejor forma de darle continuidad al programa en los próximos meses. “Si hay problemas de abastecimiento, estoy dispuesto a escuchar una propuesta. Más vale menos productos, pero que puedan abastecer”, manifestó el flamante secretario de Comercio a los directivos.
Con respecto al programa de precios para los comercios de proximidad, Hang remarcó lo que ya es de amplio conocimiento: el programa no funciona tal cual está planteado debido a que hay muchos intermediarios y porque hay una infinidad de pequeños almacenes imposibles de controlar. Se mostró proclive a robustecerlo, pero con cambios. Y sugirió la idea de contactar pymes regionales que puedan abastecer a los almacenes y supermercados chicos de las distintas regiones del país. Hoy son 60 los productos que se deberían vender en este canal a un “precio cuidado”, pero los almaceneros hace tiempo que advierten que de ese listado sólo encuentran un tercio en los mayoristas.
Hang se mostró ante las empresas muy fiel a su estilo, tranquilo y con un tono muy conciliador. Lo acompañó el subsecretario de Políticas para el Mercado Interno, Antonio Mezmezian, aunque abandonará el puesto en diez días, además de otros técnicos de la secretaría.
Problemas con las importaciones
El secretario también buscó interiorizarse de los problemas que afrontan actualmente las empresas, como el alza de costos y las dificultades para importar materias primas y productos terminados. Surgió en la conversación la problemática de la resolución 7466 del Banco Central -que fijó un cupo para acceder al dólar oficial- y ahí Hang les dijo que si bien no están en contra de las importaciones, entienden que “tiene que haber un financiamiento comercial por parte de las empresas”.
Estas limitaciones no son responsabilidad de Comercio Interior, pero como las empresas plantearon inconvenientes por ese lado y Hang fue director del BCRA hasta su pase a Economía, dio su punto de vista y se comprometió a trabajar para ver si desde la entidad monetaria se pueden incorporar algunas posiciones arancelarias de materias primas a la norma de flexibilización que ya salió meses atrás. “Nos dijo que la idea de esto era que, de manera transitoria, las empresas puedan ayudar a conseguir financiamiento. Pero no es tan sencillo lograr que un proveedor te financie a 180 días o cambiar de proveedor”, dijo uno de los directivos presentes.
De todas maneras, las que más dificultades tienen para obtener crédito de parte de los proveedores del exterior son las empresas más chicas; las compañías grandes pueden resolverlo, aunque con el mayor costo que significa postergar los plazos de pago y con el riesgo de una devaluación en ese lapso de tiempo.
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