Después de la salida contra su voluntad de Matías Kulfas, el ministro de Desarrollo Productivo, el mercado confirma lo que anticipó con sus últimos movimientos: Martín Guzmán, el ministro de Economía, queda en una posición vulnerable y vienen cambios que no agradan a las empresas.
Por caso, el temor en el mercado es que Gobierno este por endurecer el cepo cambiario. El pago de la deuda de bonos de empresas emitidos en dólares, el dólar tarjeta y los importadores son los ítems en los que se temen trabas.
Los empresarios que se endeudaron en dólares, en su momento ingresaron esas divisas al cambio oficial. El Banco Central les viene suministrando las divisas a ese precio en cada vencimiento. Este sería el segundo golpe a las empresas porque en setiembre de 2020 se les pidió a las que pagan capital e intereses por más de USD 1 millón mensuales, que restructuren su deuda a plazos más largos.
Ahora, las empresas temen restricciones a la compra de dólares para pagar sus vencimientos y se anticipan al cepo que se viene. IRSA hace una semana anunció un canje de sus bonos que vencen en marzo de 2023 por otro que vence en 2028 -al final del próximo mandato- a una tasa similar a la actual de 8,75% más una prima de hasta 3% en bonos.
Esta restructuración se esperaba con ansiedad entre los agentes de Bolsa y bancos porque los inversores se estaban deshaciendo de todas las posiciones de bonos en pesos que vencen de fin de enero en adelante. De esta manera, transformaron el mediano plazo, en cortísimo plazo, porque hasta hace una semana y media tomaban bonos con vencimiento en cualquier mes de 2023 y, con reservas, los que vencían en 2024. Ese hándicap, bajó. Por eso IRSA captó a esos inversores, aunque la mayoría de los que tienen esos títulos son minoristas, y ya lleva renovados algo más de USD 200 millones (57% de la deuda) sobre una emisión de USD 360 millones.
Bonos corporativos
Los bonos corporativos, que rinden menos que los bonos de la deuda del país, porque son considerados más seguros, tuvieron un “boom” hasta hace dos semanas. Luego se frenó y comenzaron a surgir las operaciones de canje donde IRSA largó en punta.
La imposibilidad de sumar reservas y el nuevo ataque a la gestión de Guzmán, que deja en una posición de debilidad al Gobierno, se vio el viernes. El dólar mayorista aumentó 21 centavos a $120,68, sometido a una fuerte presión de compra por parte de los importadores que hizo que el Banco Central pueda comprar apenas USD 2 millones y las reservas subieron tan solo USD 8 millones a 41.611 millones. La leve suba del yuan consiguió este aumento porque el oro bajó su cotización y el dólar aumentó frente a las divisas que integran las reservas.
Cuestión de pesos
La deuda en pesos es otro problema. En junio la Secretaría de Finanzas debe cancelar bonos del Tesoro por $599 mil millones y solo tiene un saldo a favor de $86 mil millones del mes pasado. Pero desde ahora hasta fin de año, los vencimientos son de 3,6 billones de los cuales 70% -$2,5 billones- corresponden al lapso junio -setiembre y 80% de los vencimientos son Lecer, letras que ajustan por la inflación.
El martes 14, la Secretaría de Finanzas licitará bonos para cubrir vencimientos de junio. El clima entre los inversores no es el de antes. La licitación del viernes 27 de mayo pasado, tuvo sabor a fracaso.
El dólar hoy con sus precios dará la opinión sobre el cambio de reglas del juego, porque se espera en el futuro una mayor demanda de dólares financieros para suplir a los dólares oficiales que dejará de abastecer el Banco Central.
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