El Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño tendrá elecciones para elegir a su próximo presidente el miércoles 8, con tres candidatos que debatirán cómo resolver los problemas de sus más de 75 mil afiliados y, más complejo, cómo desarrollar la relación con la AFIP.
Por un lado, la actual presidente, Gabriela Russo, buscará su reelección, apoyada sobre la lista Naranja, que integran diversos sectores, entre ellos el radicalismo porteño. Russo, contadora, licenciada en Administración de la UBA y docente, ha sido la primera mujer en ocupar la titularidad del Consejo porteño en 76 años de historia. Con un posgrado en Gestión Pública y Desarrollo Gubernamental, se desempeña además como Subsecretaria de Graduados de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y es titular del estudio Gabriela Russo y Asociados. En la frente, en el que hay independientes y alguna vez encabezó Aldo Pignanelli, el fallecido ex presidente del BCRA, figuran como suplentes José Luis Giusti, ministro de desarrollo y producción porteño y el diputado Emiliano Yacobitti, ambos aliados del senador Martín Lousteau.
Russo enfrentará a dos contrincantes:
Martín Kerner, contador graduado con honores en la UBA, profesional independiente, miembro del Consejo Elaborador de Normas de Contabilidad y Auditoría de la Facpce desde el año 2011 y más de 20 años como docente de grado y posgrado en varias universidades (UBA, UADE, UCA, Austral, Salta, Rosario, Córdoba y otras). Kerner lidera la lista Azul, que manejó el Consejo durante varios años con la integración de sectores políticos y profesionales. En su lista figuran el economista Fausto Spotorno y Andrés Edelstein, ex secretario de Ingresos Públicos de la Nación de Cambiemos.
Alejandro González Escudero: licenciado en Administración y Contador Público (UBA); socio de Alejandro González y Asociados, consultores y profesor de las materias Gestión y Costos y Calidad en la UBA y de Planeamiento Tributario en el Posgrado de la Universidad de Lomas de Zamora. Además, es Tesorero y fue Presidente de la Asociación Hispano Argentina de Profesionales y Presidente de la Fundación Economía y Sociedad; se desempeñó como vicepresidente del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de 2004 a 2007. Encabeza la lista Unidad Profesional, que integran diferentes sectores.
En diálogo con Infobae, Russo, Kerner y González Escudero brindaron sus diagnósticos sobre la relación entre los contadores y la AFIP, las reformas impositivas que deberían plantearse y los desafíos de la próxima gestión del Consejo, una de las entidades profesionales más fuertes del territorio porteño.
- ¿Qué mejoras debería hacer la AFIP para mejorar la tarea de los profesionales y aliviar la carga para los contribuyentes?
- Martín Kerner: Tantos años de laberinto impositivo desgastan a los argentinos. Complica al que quiere trabajar, al que genera laburo y al contador que vive múltiples trabas. Somos bomberos que apagan el fuego, en lugar de ayudar a nuestros clientes para que desarrollen todo su potencial. Conocemos y estudiamos el sistema, sabemos que muchas cosas se pueden mejorar. Por eso, es imperioso debatir el sistema tributario, y en ese sentido el Consejo Profesional debe tener un rol protagonista. Hay mucho que se puede trabajar para hacerle la vida más fácil tanto al contribuyente que paga impuestos como también a los contadores que, por ejemplo, se la pasan peleando contra los vencimientos y la burocracia sin sentido. Es una discusión de la que no tenemos que escapar. Queremos un Consejo que se involucre y sea un órgano de consulta al momento de discutir cuestiones ligadas a lo tributario. No sirve pedir unos pocos días de prórroga. Es sólo un paliativo que no cura la enfermedad de fondo. Queremos un Consejo que trabaje para simplificar el sistema impositivo y facilitarnos un poco el día a día a los que trabajamos en la profesión. ¡Es lo que queremos y lo que haremos desde el Consejo!
Tantos años de laberinto impositivo desgastan a los argentinos. Complica al que quiere trabajar, al que genera laburo y al contador que vive múltiples trabas (Kerner)
- Alejandro González Escudero: Presentamos en AFIP varias de nuestras iniciativas al respecto. Algunas son: desarrollar herramientas de software más orientadas al usuario asesor-contribuyente y no tanto pensando en lo “interno”. Esto es: disminuir el rol de “carga de datos” muchas veces duplicados, que agrega trabajo profesional innecesario. Probar mejor y poner a disposición con más tiempo las aplicaciones para que siempre “funcionen”. Coordinar los desarrollos con el Consejo. Y proponer que la AFIP reconozca gastos a los profesionales por declaraciones juradas presentadas.
Los servicios web
- Gabriela Russo: Es fundamental el correcto funcionamiento de los servicios web. Suele suceder que en épocas de vencimientos el sitio colapse. En el caso de las declaraciones juradas que implican una carga de datos más exhaustiva, es crucial contar con el tiempo razonable para poder efectuarlas con la debida anticipación. Otra situación que afecta la tarea profesional, es la Disposición (AFIP) 74/2022 que prohibió la utilización de bots, herramientas automatizadas que agilizan nuestra actividad. Muchos profesionales han invertido en las mismas y esta disposición implica un retroceso de dos años ya que al no poder utilizarlos, las tareas vuelven a ser manuales y generan una sobrecarga fundamentalmente en épocas de vencimientos anuales; en una reunión que mantuvimos con la AFIP, el Organismo se comprometió a revisar los términos de la norma. En esa oportunidad, propusimos que se autorice el acceso mediante padrones que aseguren su correcto uso.
- ¿Qué cambios deberían promoverse al sistema impositivo para que haya más inversiones y aumente la formalización de la economía?
- Russo: Desde el Consejo presentamos en el 2020 y 2021 propuestas de reformas tributaria ante el poder ejecutivo y legislativo, tanto Nacional como de la Ciudad de Buenos Aires. Algunas de ellas fueron tenidas en cuenta, como por ejemplo los beneficios para los monotributistas y las deducciones en el impuesto a las ganancias. Lo que nuestro país necesita es estabilidad fiscal y seguridad jurídica que otorgue previsibilidad y confianza, condiciones sin las cuales es difícil atraer inversiones sustentables. Sabemos que la recaudación se sostiene sobre un determinado sector de contribuyentes. En este punto, se debería contar con políticas públicas enfocadas en la educación tributaria, como así también en la creación de incentivos fiscales que fomenten la incorporación de actividades en la economía formal.
- Kerner: El sistema impositivo argentino está compuesto por más de 165 impuestos, tasas y contribuciones, en sus tres niveles (nacional, provincial y municipal). Sin embargo, más del 90% de la recaudación proviene de menos de una docena de tributos. Además, el Estado cobra primero, a través de retenciones, percepciones y anticipos haya o no beneficios o incobrables para el empresario o buenos salarios para los trabajadores y cuentapropistas. Vayamos a los datos de Argentina. De acuerdo a estadísticas de AFIP, en los primeros 4 meses de 2022 se lleva recaudado por IVA - Pagos directos y Retenciones un total de $1.528.748 millones y neto de devoluciones $1.502.848 millones. Es decir, se devolvieron solamente $26.900.000 millones. El Estado cobra primero y demora mucho en devolver, lo que trae varios problemas: la empresa no dispone de esos fondos y si alguna vez los recibe, la inflación habrá horadado su valor. La gran mayoría de los impuestos cobrados son por transacciones, independientemente de su resultado, y se cobran antes o primero que haya Ganancias. IVA, impuestos internos, al “cheque”, ingresos brutos y muchos más. Modificar la estructura impositiva de un país es extremadamente difícil y no sólo porque ya hay gastos comprometidos que cubrir. Las retenciones y percepciones son impuestos que ya se han cobrado antes que llegue el período fiscal. El punto esencial es que debería ser un sistema fiscal que introduzca buenos incentivos para trabajar y producir, para ahorrar e invertir, que sean razonablemente flexibles en momentos de crisis o auge y que el Estado tenga una relación simétrica con los contribuyentes. No es cuestión de sólo bajar tasas o eliminar algunos impuestos.
- González Escudero: El sistema impositivo no es la única variable que se considera para efectuar inversiones. Pero ayudaría si es más estable en el tiempo y se simplifican los niveles de exigencias y presión tributaria que hoy son severos no solo a nivel nacional, sino también a nivel provincial y local. Los regímenes de cobros adelantados o a través del sistema financiero (SIRCREB) deben reducirse y dejar de generar saldos a favor que se acumulan y degradan por efecto de la inflación. La informalidad de la economía debe ser analizada sector por sector para comprender el impacto económico de la formalización y tratar de ayudar a lograrla entendiendo la actividad. Pero sin duda hay que atacar fuentes graves de evasión como son las usinas de facturas apócrifas (o “truchas”).
El sistema impositivo no es la única variable que se considera para efectuar inversiones. Pero ayudaría si es más estable en el tiempo y se simplifican los niveles de exigencias y presión tributaria (Alejandro González Escudero)
- ¿Cuál es su diagnóstico sobre la situación del Consejo?
- Kerner: El Consejo hoy es como un elefante: grande, lento y pesado. Yo voy al Consejo desde que era estudiante, cuando trabajaba en un pequeño estudio contable. Iba por trámites, a hacer legalizaciones. Yo entraba y sabía que quería estar ahí, lo veía grande, prestigioso y lleno de gente. Me dio mucho. Pero hoy está cada vez más alejado de las necesidades que tenemos los profesionales. Hoy lo vemos bastante retrasado y tiene que estar en las discusiones de los principales temas tanto económicos como tributarios del país. Hoy en día, la agenda económica es la agenda principal del país. Por la inflación o el ahogo tributario en el que vivimos, creemos que los profesionales del Consejo tenemos mucho para aportar. Las propuestas actuales del Consejo la verdad que fueron bastante tibias. No son propuestas sino unas ideas mínimas que presentaron.
- Russo: Al comienzo de nuestra gestión nos encontramos con un Consejo vetusto y alejado de la realidad. La institución llevaba 40 años conducida por una lista que privilegiaba su propio beneficio antes que el de los matriculados. A casi tres años de mi presidencia, podemos decir con orgullo que hemos cumplido con los objetivos y los proyectos que teníamos. Llevamos una administración transparente, de puertas abiertas, jerarquizando y defendiendo públicamente la labor de los profesionales en ciencias económicas. Llevamos a cabo más de 300 gestiones ante los organismos públicos y alzamos nuestra voz en más de 500 notas en medios de comunicación para visibilizar las problemáticas con las que nos enfrentamos diariamente. Fuimos la primera gestión del Consejo que interpuso un amparo judicial, logrando la prórroga para la presentación y pago del impuesto a las ganancias y bienes personales 2019, que además nos otorgó la representación judicial colectiva. También presentamos una medida cautelar en resguardo del secreto profesional. La pandemia fue un gran desafío. Desde el Consejo así lo entendimos y respondimos con una rápida transformación digital de los servicios que más utiliza nuestra matrícula.
Otros tiempos
- González Escudero: El Consejo es una entidad que tiene muchos recursos y solidez financiera. Tiene también una gran infraestructura edilicia. Pero ese diseño institucional corresponde a una época en que la actividad profesional era mejor remunerada y más gratificante. Las conducciones alternativas que tuvo el Consejo hasta ahora, desde mi punto de vista, no han visto ni vivido la situación de deterioro en los ingresos que sufrió la actividad en los últimos años, agudizada durante la pandemia. De hecho, en una encuesta que hicimos recientemente ante la pregunta a los colegas de quién lo “ayuda” a mejorar sus ingresos, el estado, el Consejo o nadie, el 85 % contestó que nadie.
- ¿Qué propuestas tienen para este nuevo período?
- González Escudero: Trabajar sobre el problema de los ingresos, lo que incluye una ley de honorarios mínimos, perseguir el ejercicio ilegal de la profesión, la oferta de servicios profesionales a valores absurdos y proteger las incumbencias. Del mismo modo atender a las situaciones de los colegas en relación de dependencia. Además, defender al Simeco (Sistema Médico Consejo) que ha sido sometido, el sistema y sus socios, a un fuerte estrés a partir de ser tercerizado totalmente hace cuatro años. Orientar los recursos físicos (tiene 4 edificios) y humanos (en el Consejo trabaja una persona cada 100 matriculados) a facilitar la labor de los profesionales, con nuevos servicios específicos (oficinas, gestiones y otros) y reforzar la capacitación. Y, finalmente, atender la situación de todas las carreras y de todas las áreas de actuación profesional. Procurar la eliminación de las barreras de género que todavía sobreviven en algunas áreas de actuación profesional.
- Russo: Vamos a profundizar el proceso de transformación digital, consolidar nuestra gestión de cercanía y continuar el camino emprendido en defensa y jerarquización de nuestras profesiones. La jerarquización profesional seguirá siendo un pilar de nuestra gestión. Próximamente estaremos presentando proyectos de ley con propuestas para lograr una mejora de fondo en la relación con los organismos y en materia de honorarios. Con el regreso a la presencialidad nuestras delegaciones ya están funcionando y próximamente contarán con nuevos servicios teniendo en cuenta las necesidades de la matrícula.
- Kerner: Tenemos propuestas con un equipo muy grande de profesionales, todos de primer nivel, y con el mismo objetivo: posicionar al Consejo Profesional y a la profesión en sí en el lugar que le corresponde. El Consejo tiene que dejar de ser pasivo, reactivo. Tiene que ser un jugador importante en el país, más en este momento. En el debate del sistema tributario por ejemplo. Ser un aliado de AFIP para que las cosas funcionen, la recaudación mejore y nadie tenga que correr con vencimientos y luchar con aplicativos que no funcionan. Un Consejo que acompañe a los profesionales, con capacitaciones de calidad en momentos de mucha incertidumbre. Un Consejo que escucha y propone.
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