Por qué los bonos de la deuda argentina, que hoy tienen precios bajísimos, podrían volverse atractivos desde el mes próximo

Desde julio empiezan a pagar un mayor cupón de intereses, debido a las condiciones de emisión que definió Martín Guzmán en la reestructuración. El riesgo país por ahora sigue arriba de los 1.900 puntos

Guardar
Foto de archivo: el ministro
Foto de archivo: el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, expone durante una conferencia de prensa, en Buenos Aires, Argentina. 28 jun, 2022. REUTERS/Agustin Marcarian

El riesgo país se mantiene arriba de los 1.900 puntos, un reflejo de la extrema desconfianza de los mercados en la Argentina y su deuda. Ni siquiera la recuperación de bonos que se registró en las últimas semanas en los mercados emergentes benefició demasiado a la deuda local. Sin embargo, a partir de julio podría aumentar la demanda de los títulos a partir de una cláusula que entra en vigencia y que implica un beneficio concreto para los inversores que apuesten por los títulos argentinos.

A partir del 9 de julio próximo, toda la deuda en dólares que emitió la Argentina como parte de la reestructuración del 2020 pasará a pagar una tasa de interés más alta. Esto se debe a que los títulos fueron emitidos con una cláusula conocida como “step up”, que implica que los cupones que se pagan a los inversores van aumentando gradualmente y en forma escalonada con el paso del tiempo.

Todos los títulos se benefician por este ajuste en los cupones de interés semestral que pagará el Gobierno, aunque en diferente medida. Uno de los bonos que pagará rendimientos más altos es el AL 2038: hasta ahora pagaba anualmente (a través de pagos cada seis meses) un interés de 2%, pero a partir del 9 de julio próximo saltará a 3,87%, es decir prácticamente el doble.

Otro bono que presenta un salto importante en el pago de intereses es el AL2041, que pasa del 2,5% anual al 3,5% anual, siempre en dólares. Otros títulos tienen ajustes mucho menores, como pasa con AL30 y el 35, debido a que se trata de títulos de menor plazo.

Aunque estos cupones igual lucen poco interesantes para un país de alto riesgo como la Argentina, en realidad la renta para el tenedor de estos títulos es mucho mayor. Sucede que estos bonos cotizan con grandes descuentos, a niveles inferiores a los USD 35. Eso significa que el cupón de intereses implica en la práctica un pago que podría superar el 10% del valor del título por año.

También es atractivo que al menos en los próximos dos a tres años (hasta 2024), el peligro de default es muy bajo porque casi no hay vencimientos de capital y la Argentina sólo debe enfrentar el pago de intereses de su deuda en moneda dura.

Por lo tanto, antes de cualquier posible reestructuración sería posible cobrar hasta un 30% del monto invertido en bonos a lo largo de los próximos tres años. Se trata de un gran incentivo, sobre todo si el escenario futuro es el de un Gobierno que será más amigable con los mercados y precisará recuperar el pleno acceso al financiamiento.

A partir del més que viene salta el cupón de intereses que pagan los bonos en dólares que fueron reestructurados. Para los inversores significa un incentivo, ya que podrían cobrar hasta 10% anual debido a los bajos precios de los títulos. Hay expectativa por un posible aumento de la demanda por este motivo

La idea de Guzmán de emitir bonos con esta cláusula “step up” era darle más alivió financiero al Gobierno en los primeros años, en los que prácticamente los vencimientos de intereses cayeron a su mínima expresión. Pero a partir de julio próximo esto cambia y ya se produce un salto más significativo, que implicará un esfuerzo fiscal algo mayor. La contracara es que el inversor también cobrará más. El próximo “salto” en el pago de intereses ocurrirá a mediados de 2024, es decir cuando haya asumido la próxima administración.

Un informe para inversores de Delphos Investment lo analiza de esta forma: “Seguimos pensando que uno de los problemas principales de los bonos en dólares es la carencia de los inversores globales debido a los bajos cupones corrientes, situación que comenzaría a revertirse parcialmente en el reseteo de julio próximo”.

Los bonos argentinos cotizan a precio de “default”, esto significa que los inversores descuentan que en dos o tres años el Gobierno no podrá enfrentar los vencimientos y habrá una nueva reestructuración. Sin embargo, el temor es que se trata de una renegociación agresiva, que incluya una fuerte quita de capital, algo que no hizo Guzmán, que optó en cambio por una reducción fuerte de las tasas de interés.

La expectativa de un recambio de Gobierno para 2023 podría darle impulso a las cotizaciones, sobre todo si se espera una renegociación más amigable. En mayo, por ejemplo, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street tuvieron un comportamiento sensiblemente mejor que los bonos, que siguieron en niveles cercanos a sus mínimos.

SEGUIR LEYENDO:

Guardar