Aunque a medias, el Gobierno cumplirá a partir de mañana con el compromiso de aumento de tarifas asumido en el acuerdo con el FMI, en el que también se prometió la ahora postergada segmentación. Sin embargo, la suba de 20% que entrará en vigencia en las próximas horas será apenas un aporte testimonial tanto al ordenamiento general de las cuentas públicas como al esquema de financiamiento particular del sistema energético.
En términos generales, el Tesoro y la presión sobre los subsidios tendrán un ligero alivio transitorio ya que, con los nuevos valores, la demanda en promedio pasará a cubrir el 40% del costo de la energía, unos 10 puntos porcentuales más que hoy. Este cálculo tiene un resultado incluso más modesto si se acota el universo a los usuarios residenciales, que en el caso de la electricidad, por ejemplo, cubren hasta hoy cubren apenas 17% del costo de generación con el pago de sus boletas. Aumento mediante, a partir de mañana cubrirán 22%, según los cálculos de la Secretaría de Energía. Esa módica mejora se promedia con el resto de los consumidores del sistema, es decir, el sector productivo y de servicios, al que ya le aplicaron hace tres semanas un incremento de 70% en el costo del suministro.
Se trata de los últimos aumentos que se verían en el año, según el calendario consensuado en marzo con los técnicos del Fondo Monetario. En ese momento, se acordó también que las tarifas tendrían un tope de actualización equivalente al 80% de la suba promedio del salario medida por el coeficiente de variación salarial (CVS) del año anterior, fórmula de la que surgió entonces el porcentaje de ajuste a aplicar en junio, que se suma al 20% aplicado en marzo. Pero la aceleración inflacionaria que se registró a partir de ese mes y que disparó las negociaciones paritarias muy por encima del promedio del año pasado, con acuerdos que parten de 60% con revisiones, podría alentar también el reclamo del FMI de una nueva actualización tarifaria en el segundo semestre para evitar que las pequeñas mejoras que se obtendrán en junio terminen diluyéndose hacia fin de año.
Los usuarios residenciales, que en el caso de la electricidad, por ejemplo, cubren hasta hoy cubren apenas 17% del costo de generación con el pago de sus boletas. Aumento mediante, a partir de mañana cubrirán 22%, según los cálculos de la Secretaría de Energía
Es que ésa parece ser, precisamente, la dinámica en los próximos meses. Los subsidios acusarán una moderación pero sería una desaceleración transitoria, de acuerdo a distintos análisis privados. “Calculamos que la cobertura del Estado bajaría del 70% al 60% aproximadamente. Quizás un poco más, pero hacia fin de año el aumento de los costos va a ir licuando esa mejora”, explicó Julian Rojo, del Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi. “De manera que esperamos se vuelva a niveles similares de cobertura a los actuales para principios del año próximo”, agregó.
De confirmarse esta expectativa, los números definitivamente no cierran. En los próximos días, el IAE difundirá su informe mensual en el que se destaca que los subsidios acumulados en los últimos 12 meses se mantienen prácticamente en el doble del año pasado, en un nivel de USD 13.000 millones. “Esperamos que con los aumentos termine en USD 16.000 millones para 2022″, pronosticó el analista. El importe es equivalente a 3%, 0,7 puntos más que en 2021. Otros consultores económicos hacen cálculo similar.
Es que el monto acumulado que se destinó a los subsidios energéticos en los primeros cuatro meses del año equivalen a 0,6% del PBI. Puede considerarse bajo, pero es el doble de lo acumulado en el mismo período el año pasado, cuando el gasto en ese rubro ascendió a 2,3% del producto. “Dado que el gasto en este rubro treparía aún más en los meses de menores temperaturas, cuando la demanda de gas y electricidad aumenta para calefaccionar hogares, prevemos que cerraría 2022 rozando 3% del PBI”, coincidió en su último informe la consultora Equilibra.
“Con la nominalidad tan alta, es decir, elevada inflación y costos por encima de ese nivel inflación, y tarifas que aumentan por debajo de ambas, el destino es indefectiblemente volver al punto de partida. Y con esto quiero decir a una situación similar a la de los años 2013-2015″, opinó Rojo.
SEGUIR LEYENDO: