Nuevamente las acciones argentinas contrastaron con Wall Street y una vez más lo hicieron en forma positiva, como viene sucediendo a lo largo de un mayo negro para las bolsas a nivel global. Ayer las subas se concentraron sobre todo en los bancos que cotizan en Nueva York (como Galicia, Francés y Macro), con subas superiores a 3%,mientras que los índices de acciones tecnológicas, agrupadas en el índice Nasdaq, perdieron casi 2,5%.
El contraste es mucho más fuerte cuando se analiza lo sucedido a lo largo de este mes. Las acciones norteamericanas profundizaron su caída: el Nasdaq ya pierde nada menos que 10%, mientras que el Dow Jones, que agrupa a las 30 compañías líderes, cae 3,1%. Pero la situación es muy diferente en el caso de los papeles argentinos. Banco Macro lidera las subas con una ganancia de 10,6% en dólares, BBVA Francés gana 6,4% y Galicia presenta un resultado más flojo pero igual se mantiene 3% arriba en el mes.
No es casualidad que sean las acciones bancarias las que lideran las subas, sin incluir a las empresas de energía como Vista o Pampa, que se ven beneficiadas por los fuertes aumentos que se produjo a partir de la invasión de Rusia a Ucrania. Se trata de los papeles más líquidos y por lo tanto son los que permiten un ingreso al mercado local de manera más sencilla.
A esta altura no puede considerarse un episodio aislado ni puntual. La recuperación del mercado local es una tendencia ya firme, sobre todo teniendo en cuenta el derrumbe que está sufriendo Wall Street, el peor desde la crisis del 2008. Sorpresivamente para muchos, los activos argentinos están funcionando como refugio en medio de un clima de fuerte pesimismo para los inversores globales. La explicación principal es que los inversores ya empiezan a mirar con atención lo que podría suceder en las elecciones presidenciales del 2023.
Un posible cambio de signo político entusiasma a los mercados y lentamente se van incorporando acciones argentinas a los portafolios, algo que no sucedía desde el desplome de precios de agosto de 2019, justo después de las PASO que ganó Alberto Fernández. Dos meses después se consagraría Presidente en la fórmula junto a Cristina Kirchner.
Los inversores empiezan a observar con atención la posibilidad de un recambio político en la Argentina en las elecciones presidenciales del 2023. Las acciones bancarias son la principal puerta de entrada para los que quieren entrar al mercado, debido a su amplia liquidez en Nueva York
Ahora empieza a recorrerse el camino inverso, quizás con el recuerdo de lo que fue el gran mercado alcista que vivió la Argentina entre 2013 y 2015, cuando Mauricio Macri llegó a la presidencia.
Ahora la suba luce mucho más acotada por varios motivos. El contexto internacional luce mucho más complicado que en aquel momento y de por sí complica la recuperación. Además, los problemas que enfrentará el Gobierno que asuma a fines del año próximo son sustancialmente mayores que hace ocho años. La inflación vuela, la deuda en pesos y en dólares también, pero además se aceleró la caída del poder adquisitivo y el deterioro social.
La mejora de las acciones argentinas no fue acompañada, sin embargo, por el mercado de bonos locales, con un riesgo país que se mantiene cómodamente arriba de los 1.900 puntos básicos.
La causa por la cual los títulos no se acoplan a esta tendencia tiene que ver justamente con los temores a lo que podría suceder luego del recambio presidencial. Los inversores ya descuentan que se viene una nueva reestructuración de la deuda en dólares en 2025, ante el peso de los vencimientos de la deuda renegociada en 2020. Sin embargo, a menos de USD 30 los bonos argentinos continúan a precios de “ganga” y podrían recuperarse significativamente una vez que mejore el humor de los mercados.
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