El Banco Central (BCRA) registró en 2021 una pérdida operativa de $454,4 millones, básicamente por un incremento de sus pasivos –como las Leliq que se indexan por la tasa de política monetaria– por encima de los activos –como las reservas nominados en moneda extranjera–, debido a que la inflación superó a la devaluación.
Este resultado, según el Balance General de la entidad que preside Miguel Pesce, al 31 de diciembre en forma comparativa con el ejercicio anterior contrasta con un resultado neto positivo de $788,8 millones en el ejercicio de 2020.
La principal consecuencia de este déficit operativo radica en que la entidad monetaria verá restringido su margen para auxiliar al Gobierno a través de la emisión monetaria, pues uno de los conceptos para este fin es el del Giro de Utilidades, un recurso contable por el que Banco Central registraba ganancias ficticias gracias a la devaluación.
En 2022, el BCRA ya giró casi $380.000 millones al Tesoro y se complica la meta del FMI
En el acumulado del 202 y 2021, un bienio marcado a fuego por la asistencia social para contrarrestar los efectos económicos negativos por las restricciones de la pandemia del COVID-19, el BCRA había asistido a la administración central por casi $2,4 billones, aunque el grueso de las ganancias reportadas surgían de considerar la deuda del Gobierno anotada en su activo a “valor fascial” (cuando cotiza en mercado con fuerte tasa de descuento) para poder reportar utilidades en función de la devaluación del peso.
Este año no queda ningún espacio para girar utilidades al Tesoro, por cuanto le queda como único instrumento la transferencia de los Adelantos Transitorios que fija su Carta Orgánica y surge de la suma entre el 12% de la base monetaria y el 20% de los recursos en efectivo obtenidos por el Gobierno en los últimos 12 meses, es decir, la recaudación tributaria.
En tanto, las Transferencias de Utilidades, son básicamente ganancias contables producto de la devaluación, que incrementa el valor de las reservas internacionales medidas en pesos.
Los Adelantos Transitorios tienen límite, pues no pueden superar el 10% de la Base Monetaria o el 12% de la recaudación de los últimos doce meses
Este año, de todos modos, el Banco BCRA volvió a encender la “maquinita” para imprimir pesos y asistir al Tesoro para cubrir el déficit.
En lo que va de 2022, la asistencia del BCRA al Tesoro suma $376.115 millones, equivalentes a unos USD 3.200 millones al tipo de cambio oficial o un 0,7% del PBI, cuando la meta del segundo trimestre tiene previsto no superar los $438.500 millones, lo que acota el margen que tiene el Gobierno recibir dinero de la entidad emisora por 58.000 millones de pesos.
“Con la emisión del BCRA al Tesoro del viernes pasado -$88.000 millones-, la meta con el FMI queda muy ajustada. Pueden emitir apenas $66.000 millones desde mediados de mayo hasta fines de junio. Las licitaciones de pesos deberán ser muy buenas para no incumplir la meta el segundo trimestre del año”, señaló Juan Ignacio Paolicchi, de Empiria Consultores.
Mientras se acelera la inflación a la zona del 58% acumulado en doce meses y el Gobierno se prepara para “recalibrar” las metas establecidas en el el acuerdo con el Fondo Monetario, el regreso de la emisión monetaria como estrategia para equilibrar las cuentas públicas vuelve a atentar contra la estabilización de los precios en el futuro.
Dentro de los puntos que considera el entendimiento rubricado por el Directorio del FMI a fines de marzo está el de reducir la asistencia monetaria del Banco Central al Tesoro Nacional, con metas del 1% del Producto Bruto Interno (PBI) en 2022; 0,6% en 2023 y 0% en 2024.
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