El presidente Alberto Fernández presentó este último lunes la nueva familia de billetes de pesos argentinos, en un acto que giró alrededor del regreso de imágenes de heroínas y héroes nacionales al papel moneda, en reemplazo de la serie de animales lanzada durante el gobierno de Mauricio Macri.
Más allá del cambio de diseño, y de las interpretaciones ideológicas o históricas que conllevan, el anuncio no incluyó el lanzamiento de nuevas denominaciones de billetes. Aunque los nuevos billetes de $1.000 tendrán a San Martín en su frente, su valor nominal no variará respecto del actual con la imagen de un hornero.
La última vez que se emitió un billete de nueva denominación fue en 2017, cuando el hornero salió a la calle. Antes, en 2016, habían visto la luz el billete de $200 y el billete de $500. Desde entonces, cinco años de récords de inflación y salto del dólar limaron el poder adquisitivo de ese dinero, sin que ninguna de las dos administraciones que atravesaron ese período lanzaran denominaciones mayores que ahorren costos de impresión para el Banco Central ni costos logísticos para las empresas y familias, que ahora tienen que lidiar con volúmenes mayores de billetes para pagar lo mismo.
Así, el billete de $1.000 renovado que llegará a la calle en unos seis meses nace con un valor en dólares de apenas USD 4,77. Es uno de los valores, medidos en moneda estadounidense, más bajos del mundo. Según un trabajo del economista Nery Persichini de GMA Capital, ese valor coloca al billete de San Martin entre los menos valiosos del mundo entre los de mayor denominación de cada país.
En un ranking de países seleccionados, sólo los billetes de mayor denominación de Sudán, El Líbano y Surinam valen menos que el billete más importante de la Argentina. Son billetes de 500 libras sudanesas, 100.000 libras libanesas y de 100 dólares surinameses que valen USD 0,93, USD 3,07 y USD 4,76 respectivamente, medido en dólares estadounidenses. Se trata de países con entornos inflacionarios tanto o más graves que el argentino.
El billete de $1.000 pesos argentinos alcanza un valor a tipo de cambio libre de USD 4,77, apenas por encima del tercero del ránking.
Aunque en breve habrá un nuevo diseño, la denominación de $1.000 no es novedad en la Argentina. Data de noviembre de 2017, cuando fue lanzada por primera vez con un hornero como imagen principal, la versión que circula hoy. En ese momento, cuando el hornero salió a la calle, servía para comprar USD 55,68 dólares estadounidenses. Un derrumbe de más del 91% en menos de cinco años, producto de las fuertes devaluaciones de 2018 y 2019, más la disparada del dólar paralelo durante el año 2020 en plena pandemia.
Así, por ejemplo, para equiparar el valor en dólares que tenía un billete de $1.000 cuando empezó a circular en el país se necesitaría emitir un billete de $11.414,25 hoy, dado el paso del dólar libre de los $17,96 de aquél entonces a los $205 a los que cerró este último lunes.
Y para equiparar el poder de compra que tenía al momento de su lanzamiento, se necesitaría emitir un billete de $5.760,67. Así, un billete que aspirara a reemplazar al hornero debería tener una denominación de en torno a $6.000.
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