El Banco Central dejó subir el dólar oficial un 3,14% en lo que va de mayo y el mes cerrará con más atraso contra la inflación

La estrategia de llevar la devaluación a un ritmo tan inferior al aumento de los precios no parece haber dado resultado y, además, complicó al sector externo

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Foto de archivo - Entrada principal al Banco Central de la República Argentina (BCRA), en Buenos Aires. Sep 16, 2020. REUTERS/Agustin Marcarian

El Banco Central sigue perdiendo reservas. A pesar de que ayer compró USD 150 millones en el mercado mayorista y aumentó las compras en lo que va del mes a USD 918 millones, las reservas en lo que va de mayo están 359 millones abajo en USD 41.646 millones.

La demanda de los importadores supera largamente lo que liquidan los productores agropecuarios. Pero, de todas maneras, el Banco Central mantuvo su ritmo de devaluación diario en 15 centavos y en lo que va de mayo el dólar subió 3,14%, por lo que a fin de mes aumentará el atraso contra la inflación. Si es una estrategia antiinflacionaria, no dio resultados. Lo que logró fue complicar al sector externo y explica la ausencia de dólares, algo que resulta lógico cuando el valor del dólar alienta más a los importadores que a los exportadores.

Los bonos de la deuda tuvieron repuntes de hasta 2% y sirvieron para mantener en línea a los dólares financieros y para bajar el riesgo país en 33 unidades (-1,7%) a 1.912 puntos básicos.

Mayo fue negativo para los bonos argentinos. El riesgo país acumula una suba de 6,2%, el mayor de toda la región.

El informe de Adcap, la administradora de fondos, señala que los bonos argentinos tocaron fondo en su cotización a principios de abril, como lo hicieron en marzo y noviembre de 2021 y marzo pasado: “Desde su último máximo en abril, el índice argentino perdió 12,1% mientras que los mercados emergentes y latinoamericanos bajaron 7,9% y 9,4%, respectivamente”.

La administradora de fondos pone su atención en los bonos más largos, en particular los que vencen en 2035, que ayer subieron 1,84%, y los 2038 que aumentaron 2,92 por ciento.

Los bonos de peor comportamiento en ese período fueron el AL30 y el GD30 que ayer tuvieron subieron hasta 1,9% y permitió que los dólares financieros quedaran casi sin cambios. El MEP perdió 44 centavos y cerró en $210,61 y el contado con liquidación 26 centavos y terminó en $211,32.

El “blue”, que sigue el humor de los ahorristas, aumentó $2,50 a $206,50 y se separó levemente del dólar “solidario”, que cotizó a $205,03. El dólar tarjeta perdió todas las ventajas de la diferencia cambiaria entre el solidario y el “blue”.

Los bonos indexados siguen abriendo su brecha. Los que vencen en 2023 subieron 0,17% mientras que los que vencen a partir del próximo gobierno bajaron sus cotizaciones en hasta 0,54% porque corren el riesgo de ser “reperfilados”, una manera elegante de señalar que pueden modificarse sus condiciones originales de pago.

La Bolsa acompañó el mejor humor de Nueva York, pero todo se pareció al rebote del gato muerto porque los indicadores norteamericanos habían alcanzado un piso. La única esperanza de que las alzas se prolonguen está en la baja de los bonos del Tesoro norteamericano. Cuando esto sucede, es porque se suman inversores conservadores a las opciones de riesgo.

En la Argentina, el S&P Merval subió 2,52% con negocios que no estuvieron acordes con la euforia por $939 millones. Los papeles más destacados fueron Banco Supervielle (+8,83%) y Cresud (+6,21%).

Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- negociaron un elevado volumen de $3.242 millones. Acá también lo mejor pasó por Supervielle (+7,2%) y Cresud (+6,7%).

Para hoy se espera otra jornada de volátil. Hay pocos activos que atraen y, sin duda, la puja es entre los bonos indexados que vencen en 2023 y los que pagan tasa. Estos bonos tienen su propia indexación, porque el BCRA ajusta sus tasas cada vez que se conoce un nuevo dato de inflación. Pero, se sumó un nuevo condimento: los bonos en dólares. Después de la reacción de ayer los preferidos son los títulos que vencen a partir de 2035 y tienen una tasa de retorno de 10,5 por ciento.

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