La salida del secretario de Comercio, Roberto Feletti, causó sorpresa y beneplácito por igual en las empresas de consumo masivo, agotadas de lidiar con el funcionario discípulo de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En la misma línea se inscribe su reemplazo por un hombre del ministro de Economía, Martín Guzmán, el hasta ayer director del Banco Central, Guillermo Hang, aunque su designación está lejos de despertar entusiasmo.
En concreto, la mayor preocupación de los ejecutivos de las compañías que periódicamente se sientan a negociar con Comercio los distintos programas de ocasión se centra en la implementación de Precios Cuidados. El programa contempla una revisión el próximo 7 de junio y, a la sorpresa por la renuncia de Feletti, sobrevino ayer la incertidumbre por las características que adquirirá la continuidad del plan. En la última renovación acordada en abril, se estipuló un incremento promedio de 2,2% que se suma al incremento similar de mayo, y de 1,7% para julio cuando vence la edición. Así, el aumento previsto para el trimestre abril-julio, asciende a 6,4%, una cifra que quedó completamente desfasada del avance general de precios. Sólo en abril, la inflación se ubicó en 6 % mientras que para mayo se espera una cifra similar.
Por eso, desde las empresas del sector alimenticio agrupadas en Copal, preparan informes y relevamientos con los que prevén iniciar la discusión con un nuevo interlocutor, del que no tienen mayores referencias y que, entienden, se especializó hasta ahora en otras problemáticas de la economía. En cualquier caso, uno de los documentos centrales que tienen previsto mostrarle a Hang es un relevamiento comparativo de precios de alimentos básicos en la Argentina y un conjunto de países seleccionados. El informe apunta a demostrar el retraso de los precios locales respecto a los vigentes, para productos de la misma categoría, en los países de la región y Estados Unidos. Se incluyen los fideos, el arroz, aceite, leche, huevos, azúcar, carne, pollo, pan y gaseosas.
Por caso, se señala que los fideos se venden en los supermercados argentinos a un precio entre 55% y 60% inferior a los que se comercializan en Brasil, Chile y Estados Unidos. Algo más pronunciada es la diferencia con el aceite, cuyo precio de góndola promedio por litro en dólares al tipo de cambio oficial asciende en la Argentina a USD 1,53 versus USD 4,24 en Chile y USD 3,52 en Brasil. Mientras tanto, el precio de la carne, siempre el consumo más polémico desde que el presidente Alberto Fernández afirmó que no era razonable que los argentinos pagaran la carne al mismo valor que en el primer mundo, las diferencias tienen matices según el país: mientras la carne en la Argentina es 77% más barata que en Estados Unidos, donde el kilo se vende a USD 35, la brecha se achica a 38% en la comparación con Chile y a 27% con Brasil, donde se venda a USD 13 y USD 11 respectivamente contra los USD 8 que vale en la Argentina.
Para todos los precios, aclara el informe, se toma el dólar oficial minorista y los valores son tomados de las plataformas online de cadenas de supermercados líder en cada país. Con estas cifras en su escritorio debutará el flamante secretario de Comercio Interior en quien Guzmán depositó la tarea de negociar los aumentos de precios del principal programa, cuya continuidad nadie duda. “La gran incógnita ahora es cuál va a ser el enfoque para revisar los aumentos de Precios Cuidados en junio, en ese sentido hay incertidumbre pero está claro que el programa va a seguir. La verdad es que funciona y la gente lo consume en este contexto”, aseguraron en una de las empresas líderes de consumo masivo. La historia reciente les da la razón: el plan está tan instalado entre los consumidores que ni siquiera el gobierno anterior, que no creía en políticas de intervención de precios, no se animó a levantarlo. La cuestión entonces pasa a ser más de forma que de fondo.
“Si Guzmán es quien puso al nuevo funcionario, es lógico esperar que actúe en la línea de lo que viene diciendo el ministro respecto a las causas de la inflación, que es multicausal y no un problema de sectores concentrados en alimentos ni mucho menos”, opinaron en una alimenticia, en la que, sin embargo, expresaron reparos: “Más importante que la persona, lo importante el marco conceptual desde el que se van a definir las políticas y sobre todo el modo de relacionamiento que se va a adoptar con el sector privado”.
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