La economía podría atravesar en los próximos meses una desaceleración e incluso un proceso de leve caída en los indicadores del segundo al cuarto trimestre del año y aún así, anotar un incremento en el nivel de Producto Bruto Interno este año.
Así lo advirtió un informe de la consultora Invecq, que bautizó a esa posibilidad como de “crecimiento asintomático”.
“Es probable que a partir de ahora el crecimiento comience a desacelerarse, e incluso no debe descartarse la posibilidad de registrar sucesivos meses con estancamiento o caída de la actividad económica”, explicó la consultora.
“Se empezarán a evidenciar los desajustes de la economía real, entre los cuales se encuentran faltantes de insumos por trabas a las importaciones y posible escases de gas y combustibles (además de su encarecimiento) que complicarán el normal funcionamiento de la actividad industrial. A su vez, el contexto de alta inflación en el que se desempeña la economía argentina -con dos meses consecutivos sin shocks de precios e inflación núcleo superior al 6% – sumada a la constante incertidumbre, alteran la toma de decisiones de los agentes, mediante adelantamiento de gastos y dificultad para planificar a futuro”, consideró Invecq.
“Es probable que a partir de ahora el crecimiento comience a desacelerarse, e incluso no debe descartarse la posibilidad de registrar sucesivos meses con estancamiento o caída de la actividad económica”, consideró Invecq
En ese sentido, continuó: “La profundización de la brecha cambiaria también tendrá un impacto generalizado sobre el total de los sectores de la economía. Dada la poca acumulación de reservas del Banco Central (112 millones de dólares) en contraste con las exportaciones récord (27.861 millones de dólares) durante los primeros cuatro meses del año, en adelante el gap entre el tipo de cambio oficial y los paralelos se irá agrandando”, alertó el reporte.
“Para la segunda mitad del año el grueso de la liquidación de dólares por parte del agro ya estará agotada, por lo que si el gobierno quisiera acumular divisas deberá frenar la demanda de dólares a través de mayor devaluación o restricciones a las importaciones. De ser así, ambas tendrán consecuencias directas sobre la economía, ya sea por mayor presión sobre precios, incentivo de mecanismos defensivos y de cobertura, y la ya mencionada falta de insumos”, advirtió.
Por esas razones, consideró Invecq, “una hipotética caída del 0,6% de manera sucesiva en cada uno de los próximos tres trimestres es totalmente compatible con un crecimiento proyecto del 3% para el promedio anual, el cual sería entonces consecuencia exclusiva del arrastre estadístico, sin mayores fundamentos sobre la economía real”, explicó.
“Se trataría de una suba “asintomática” o, peor aún, con tres trimestres consecutivos de caída, lejos de los guarismos del primer trimestre. En tal caso, aunque el promedio anual del 2022 superara el promedio anual del 2021, el último trimestre estaría por debajo de igual período del año anterior, ahogado por un contexto de alta nominalidad y una inflación probablemente en torno al 70% hacia fin de año, evaluó la consultora que encebeza el economista Esteban Domecq.
La semana pasada el secretario de Política Tributaria Roberto Arias, aseguró que en la economía argentina “hay un bienestar que no se nota”.
“La situación es difícil por de dónde venimos y lo que nos tocó atravesar, pero si continuamos con el programa económico y mantenemos cohesión y rumbo, llegaremos a resultados muy satisfactorios en diciembre 2023″, aseguró el funcionario del equipo de Martín Guzmán.
Y no se nota, explicó, porque “hay una percepción muy negativa de la situación económica, más que cuando la situación era peor que ahora; es un tema de comunicación o político, y cuando la inflación es alta esa sensación se profundiza”.
Algunos datos muestran que la economía podría estar en desaceleración. La actividad económica tuvo un crecimiento de 4,8% en marzo en términos interanuales pero registró una caída de 0,7% en comparación con febrero, acusa una tendencia de subibaja mes contra mes, ajustada por estacionalidad, según la serie del Indec. En diciembre 2021 tuvo una mejora de 1,1%; al mes siguiente registró un retroceso de 0,7%. En febrero volvió a la senda alcista con 1,2%; y luego se contrajo.
Hay una medida particular que capta de manera clara ese movimiento, se trata de la “tendencia-ciclo”, y también es informada por el Indec. Hasta mitad del año pasado avanzaba todos los meses a ritmo de 0,6%. Terminó el 2021 en 0,3% y ahora se atenuó en torno a 0,2 por ciento.
SEGUIR LEYENDO: