El Tesoro logró superar la prueba más difícil de la primera mitad del año, aunque lo que hizo fue postergar el problema al corto plazo. Al captar en la licitación $783.500 millones, le quedó un excedente de $30 mil millones para la próxima licitación en la que deberá captar poco más de $ 80 mil millones para cancelar los vencimientos del mes que totalizan $896 mil millones.
En abril, cuando trató de renovar deuda sin emitir Letras que ajusten por inflación (CER) tuvo problemas de financiamiento. Por eso, ahora acudió a canastas de bonos que ajustan por la inflación de corto plazo.
El problema es que $225 mil millones fueron para la canasta de LECER (Letras que ajustan por CER) y vencen durante esta gestión. El resto se colocó en los bonos TX25 que ajustan por CER y vencen en la gestión del próximo gobierno y se los llevó el sector público. Por otra parte, $410 mil millones correspondieron a bonos para encajes bancarios que vencen en 2027 que eran de aceptación calcada porque generan intereses. Para los bancos es preferible tener un bono que les rinda antes que un encaje a tasa cero.
En otras palabras, tomando el neto, el 80% de lo colocado fue en bonos indexados que vencen antes de las elecciones. Es decir, la solución de hoy será el problema de las próximas licitaciones. Hasta fin de año vencen más de $4 billones.
Ahora los bancos tienen suficiente producto (letras CER) para colocar en sus fondos de inversión más demandados por los ahorristas que son los que ajustan por la inflación: La falta de estos bonos, porque en las dos últimas licitaciones el Tesoro no los licitó, hizo que subieran de precio, pero ahora con esta colocación se normalizaron los valores.
De hecho, el Bono TX23 en el mercado secundario, es decir afuera de la licitación, subió 0,13%. El mercado en pesos no quiere nada distinto a los bonos que ajustan por el costo de vida.
Los bonos de la deuda no tuvieron la misma suerte y bajaron hasta 0,64% y elevaron el riesgo país en 31 unidades (+0,3%) a 1.955 puntos básicos. Sobre el final de la rueda revirtieron una fuerte baja inicial que llevó al riesgo país cerca de los 2.000 puntos.
Los dólares financieros tuvieron bajas ostensibles, ante la mejor cotización del AL30 y el GD30, los bonos que se utilizan para operar en este mercado. El MEP cayó $1,43 (-0,7%) a $207,88 y el contado con liquidación, $1(-0,5%) a $210,48 y estiró la brecha. El “blue” se acomodó a la situación y bajó $2 a $206 con escasas operaciones.
En la plaza mayorista, el dólar ajustó lo que le faltaba por el feriado del censo y subió 27 centavos a $118,75. En un mercado con negocios por USD 285 millones, el Banco Central pudo comprar USD 60 millones y gracias a la suba del oro y la caída del dólar frente a las 6 principales monedas del mundo, las reservas crecieron USD 89 millones a 41.484 millones.
La Bolsa acusó el mal momento de los mercados y se acopló a las bajas del mundo. Por eso el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 2,38% con negocios por $1.219 millones, señal de que son pocos los que quieren tener acciones en su poder.
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- tuvieron una rueda mixta con negocios por $ 2.869 millones. Los de mejor comportamiento fueron MercadoLibre (+7%) que sigue con su resurrección y Globant (+3,5%).
Para hoy, a pesar de la leve recuperación de las principales Bolsas del mundo en la noche del jueves, no hay esperanzas de que cambie el humor porque la recesión norteamericana acecha y dificulta que la Argentina consiga dólares. El mundo busca refugio en los bonos norteamericanos y el oro cuando suceden estas situaciones.
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