La esperanza duró 24 horas. Los mercados norteamericanos se desplomaron y la recesión que se avecina en el Norte está afectando al mundo. La caída de las ventas minoristas por los mayores costos, especialmente de transporte, que tienen los productos, le quitó margen de ganancias a las grandes cadenas y sus balances no fueron los esperados, sino los temidos.
J.P. Morgan dijo que los precios de las acciones indican que 70% del mercado apuesta a una recesión a corto plazo, mientras las cadenas minoristas están pensando en aumentar los precios para sobrellevar los costos de la guerra y el COVID en China.
En la Argentina va a influir negativamente este movimiento, porque tras el derrumbe 3,57% del Dow Jones, de 4,04% del S&P 500 y del 4,73% del Nasdaq, hubo un vuelco de los inversores del mundo hacia los bonos del Tesoro norteamericano -que bajaron su rendimiento a 2,886%- buscando refugio, mientras el dólar volvía a subir en el mundo nada menos que 0,53% comprado con una canasta integrada por las 6 principales monedas del planeta.
En principio el fortalecimiento del dólar que derribó divisas que integran las reservas locales, principalmente al yuan, más la baja del oro de 0,21%, complicará la meta impuesta por el FMI de alcanzar USD 5.800 millones de libre disponibilidad. Las compras que hace el Banco Central no se trasladarán directamente a las reservas por la demanda de importadores insatisfecha y las facturas de importaciones de gas y petróleo para evitar que el invierno sea cruento y con cortes de luz.
En ese sentido, bajaron todas las materias primas. El petróleo cedió más de 2%, pero también retrocedieron los precios del maíz (-2,18%), el trigo (-3,67%) y la soja (-0,83%) porque China sigue sin reaccionar y el mundo está perdiendo a uno de los más grandes consumidores de materias primas.
En la Argentina, las preocupaciones que vienen desde el exterior impactarán en el precio de los bonos que están en un piso exageradamente bajo. Ese descenso hizo renacer a los bonos en dólares de las empresas de primera línea, que han subido tanto que sus rentas han llegado a estar por debajo de la que pagan otros bonos corporativos de la región. Estos títulos permiten a los compradores hacerse de dólares a precio oficial cada vez que cobran los cupones de intereses.
El martes, cuando se anunció la licitación de hoy de bonos del Tesoro, los inversores se prepararon ansiosos para el evento, en particular los fondos de inversión. La Secretaría de Finanzas los incluyó en el menú de títulos que licita mañana, con una ventaja: no tienen precios prefijados como en los anteriores eventos, sino que el mercado con su demanda es el que decide los valores.
Son dos canastas que combinan estas Letras con precios a licitar. De esta manera, se detuvo el rally de compras de los fondos de inversión en el mercado secundario porque no había producto y la demanda de los ahorristas seguía intacta. Estas serán las canastas más buscadas hoy en la licitación:
Canasta 1: compuesta por Letra del Tesoro ajustada por CER con vencimiento el 21 de octubre de 2022 y Letra ajustada por CER que vence el 21 de abril de 2023 .
Canasta 2: compuesta por Letra del Tesoro ajustada por CER con vencimiento el16 de diciembre de 2022 y por la Letra ajustada por CER con vencimiento el 19 de mayo de 2023.
Las renovaciones son elevadas. Según Christian Buteler, analista financiero, “vencen más de $700 mil millones y deberían buscar un piso de $500 mil millones. Hay otra licitación el 27 de mayo próximo donde deberían completar $896.500 millones de vencimientos para este mes”.
El vencimiento mayor es del bono dual que le colocaron a los bancos y ahora se los van a canjear por otro con vencimiento en 2027 (BOTE27). Este bono solo concentrará $410 mil millones de los vencimientos. La condición de dual significa que pagará una tasa fija o 1% más CER. A los bancos le sirve porque es un bono que utilizan para encaje y son una mejor opción que tener pesos inmovilizados en el Central a tasa cero.
Las otras opciones son menos atractivas. Hay bonos dollar linked (ajustan por el precio del dólar mayorista) que vencen en abril de 2024 y dos bonos CER con vencimientos en 2025 y 2026, es decir todos estos títulos recaerán sobre el próximo Gobierno.
Cada licitación será más intensa que la anterior. La deuda de acá a fin de año es de $4,7 billones que va a ir creciendo porque 82% está atada a la inflación. Para hoy se espera una jornada que será influenciada por el pesimismo norteamericano y habrá que ver cómo influye en las cotizaciones de los dólares financieros.
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