Los bonos cayeron a nuevos mínimos y rinden hasta 34% en dólares: para el mercado crece el riesgo de default

Los títulos públicos pierden 43% desde su salida al mercado y el riesgo país supera los 1.900 puntos. Factores locales y externos provocan el desplome de las cotizaciones

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La deuda emergente sufre por
La deuda emergente sufre por la suba de tasas de la Fed.

A finales de marzo pasado, el Gobierno argentino y el Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) firmaron el acuerdo para refinanciar la deuda por más de USD 44.000 millones con el organismo. Se cerraba así un ciclo de duras negociaciones de la deuda soberana, que se había iniciado en 2020 con la reestructuración de bonos con acreedores privados por más de USD 100.000 millones, y este año, con el organismo multilateral. Ambas gestiones del ministro Martín Guzmán despejaron los vencimientos en dólares al menos hasta 2024.

Pero la reacción del mercado volvió a ser refractaria para los títulos públicos. Mientras que el riesgo país subió más de 200 puntos desde el piso de 1.692 puntos del 4 de abril pasado, los bonos en dólares de la Argentina no levantan cabeza y continúan en declive, en sus precios más bajos desde que salieron al mercado en septiembre de 2020.

Fuente: Bloomberg
Fuente: Bloomberg

El precio promedio ponderado de los bonos Globales perforó el piso de los USD 30, ahora en los USD 29,84, según cálculos de Portfolio Personal Inversiones. La tasa promedio ponderada se ubicó nuevamente por encima de los 22%, en 22,81% anual en dólares, consistente con un riesgo país ahora en la zona de los 1.930 puntos básicos, frente a una tasa de los bonos del Tesoro de los EEUU en 2,98% anual según la referencia a diez años.

Los bonos Globales -en dólares con ley extranjera- acumulan una baja de 15% en 2022. Estos títulos de deuda acumulan una baja de un 43% desde su salida al mercado 20 meses atrás.

Los Globales 2035 y 2046 (GD35 y GD46), con ley extranjera, cotizan en torno a los 27 dólares. Y las tasas de retorno del Bonar 30 (AL30, con ley argentina) tocaron el 31% anual en dólares, mientras que el GD29 rinde 30,3% anual.

La caída de precios del
La caída de precios del GD30. Fuente: Leonardo Svirsky - Bull Market Brokers (Twitter: @svirskyleo )

El Global 30 (GD30), un título de referencia de la deuda argentina en los mercados del exterior, se hunde 16,9% en 2022, con una tasa de retorno del 28,7% en dólares. Este bono, que salió al mercado a un precio de USD 51,50 en septiembre de 2020 hoy se paga a 29,23 dólares.

“En medio de un contexto adverso para emergentes y dudas locales, los bonos soberanos en dólares, tanto la legislación local como la extranjera, finalizaron la jornada con bajas generalizadas y los referentes AL30 y GD30 volvieron a marcar preocupantes mínimos históricos por segunda rueda consecutiva”, señaló Priscila Bruno, analista de Rava Bursátil.

Los bajos precios de la deuda argentina anticipan un escenario de una nueva reestructuración en el próximo Gobierno

Un reporte de Research for Traders puntualizó que “los bonos en dólares iniciaron la semana con caídas, en un contexto de mayor aversión al riesgo global, por la suba de tasas de la Fed, por la guerra en Ucrania, y por los temores a una desaceleración de China en medio de un rebrote de COVID-19. Pero no sólo afecta a los soberanos el ámbito externo, sino también las cuestiones locales. Las peleas internas en la coalición de Gobierno, y la incertidumbre sobre el desarrollo de la economía doméstica condicionan en gran parte una recuperación en los precios de los soberanos”.

“Los títulos en dólares muestran una pérdida de más de 40% desde que salieron a cotizar en septiembre de 2020, y anotan nuevos valores mínimos. Las paridades de los bonos emitidos bajo ley internacional se encuentran en promedio en 30%, mientras que los emitidos bajo ley local manifiestan una paridad promedio de 29%”, describió Research for Traders.

Motivos detrás del derrumbe de precios:

1) ACUERDO INSUFICIENTE. En cierto modo, el entendimiento con el FMI fijó metas vagas para su cumplimiento, con el objetivo del repago de la deuda con el propio organismo. El entendimiento aprobado por el Congreso argentino establece un plazo de gracia de cuatro años y medio y estira a 10 años los pagos de los desembolsos, por lo que el país comenzará a cancelar la deuda en 2026 y terminará en 2034.

Sin embargo, la falta de credibilidad y las internas de la coalición de Gobierno, la ausencia de un plan económico y las pocas precisiones acerca de un ajuste de las cuentas públicas minaron el efecto positivo que pudiera tener el acuerdo con el FMI sobre el universo de bonos soberanos.

2) ENDURECIMIENTO DE LAS CONDICIONES EXTERNAS. El inicio de un ciclo de alza de tasas en los EEUU impactó negativamente en las bolsas internacionales, pero sobre todo en la deuda emergente y, por lo tanto, también en la argentina. Condiciones de crédito más duras y una brusca desaceleración de la actividad global auguran mayores restricciones para que la Argentina reciba los dólares necesarios para pagar sus obligaciones.

3) SIN INCENTIVOS. El agresivo canje de deuda de 2020 se basó en parte en ofrecer niveles bajísimos de rendimiento en los primeros años, pues los cupones en el primer año de todos los bonos resultaron ínfimos: apenas 0,125% anual. Además, los títulos de menor duration serían los más perjudicados en el caso de una nueva reestructuración con quita de capital, de suceder este escenario en el próximo Gobierno.

4) DÉFICIT QUE NO CEDE. Mientras que la deuda pública bruta de la Argentina llega a máximos cercanos a los USD 380.000 millones, el crecimiento de las emisiones en pesos indexadas por inflación y la monetización de un déficit fiscal que sigue elevado son fundamentos para anticipar que la economía argentina sufrirá restricciones para crecer en el futuro y que un próximo Gobierno deberá renegociar los pagos de su deuda. Los rendimientos estratosféricos que ofrecen los títulos públicos reflejan este escenario de eventual default.

5) INFLACIÓN EN ASCENSO. Los negocios bursátiles permanecían condicionados por el deterioro de los niveles de actividad económica relacionado a la fuerte expansión de los precios minoristas, cuyo registro de 6,7% en marzo y 6% en abril elevaron la inflación anual al 58%, la más alta en tres décadas.

6) UN BCRA SIN DÓLARES LÍQUIDOS. Otro aspecto fundamental es la disponibilidad inmediata de divisas para afrontar pagos de deuda. Las reservas netas del Banco Central son casi nulas -hoy básicamente integradas por oro- y el Estado nacional no tiene acceso a los mercados internacionales de crédito.

En este sentido, un informe de GERES (Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social) precisó que según el último balance del Banco Central, actualizado al 7 de mayo, las reservas netas (sin contar depósitos privados ni el “swap” con China) se ubicaron en USD 6.518 millones. Y las reservas líquidas fueron negativas en USD 2.855 millones, si se descontaban los USD 3.735 millones correspondientes a la tenencia de oro y los 5.639 millones de DEG (Derechos Especiales de Giro del FMI) activos. Entonces, las reservas totales llegaron a USD 41.816 millones.

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