Este martes Martín Guzmán volvió a mostrarse con un tono más político que técnico en una recorrida en el territorio junto a dirigentes de movimientos sociales. El ministro de Economía continúa con el perfil alto con el que buscó en los últimos días defenderse de los ataques de dirigentes del kirchnerismo, blindar su gestión de política económica, que incluye el programa que firmó con el Fondo Monetario, y en una serie de declaraciones en la que hoy ensayó tender un “puente” hacia la otra vereda en el Frente de Todos.
Rodeado en varios frentes, el jefe del Palacio de Hacienda salió desde la semana pasada a “dar el debate” como aseguran desde un despacho oficial cercano al ministro. Eso, incluso, a pesar de que desde el kirchnerismo los cuestionamientos y las críticas fueron en términos un poco más virulentos que un intercambio de ideas. En la Casa Rosada creen que ese choque de estilos también forma parte de un mensaje hacia el otro lado.
Martín Guzmán volvió a mostrarse con un tono más político que técnico en una recorrida en el territorio junto a dirigentes de movimientos sociales
“Están explicando una vez más lo que están haciendo cada uno en su área, y es una respuesta a un debate sobre la gestión”, mencionó una fuente oficial. El tironeo de más larga data es el que parte de los dirigentes que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner, pero en los últimos días también hubo un pecheo desde el massismo, que salió a reclamar una actualización del mínimo de Ganancias -una iniciativa que impulsó el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa- algo que Guzmán luego consideró “una obviedad”.
La esgrima discursiva que empleó el ministro de Economía intentó basarse en tres pilares: un diagnóstico sobre la situación económica actual, una explicación sobre por qué el camino que plantea hacia adelante es el correcto y, lo que fue leído como una novedad, críticas a la gestión económica de la última presidencia cristinista. Sobre esto último, Guzmán consideró que tuvo una falta de “consistencia macroeconómica”, por el peso del déficit fiscal, la caída de reservas y el incremento de la cuenta de subsidios durante el mandato de la actual vicepresidenta.
En las últimas apariciones públicas Guzmán planteó otra novedad, que fue ubicar al “modelo albertista” de política económica (que a grandes rasgos se resumen en el acuerdo con el FMI y lo que eso implica la reducción del déficit y de la emisión monetaria y la acumulación de reservas y la quita de subsidios como camino para reducir la inflación desde un punto de vista macroeconómico) como una suerte de tercera vía entre, por un lado, el kirchnerismo, al que asoció indirectamente con medidas de corto plazo y, por otro, el macrismo.
Pero también se permitió algún dardo, como cuando mencionó que nadie “lo corría por izquierda” en momentos en que negociaba con los bonistas privados y cuando él mismo instaba al gobernador bonaerense Axel Kicillof a ser más duro en ese toma y daca con los tenedores de deuda de la provincia. También cuando mencionó, en una entrevista radial, que circuló en el Gobierno una idea de crear un desdoblamiento cambiario para que las empresas accedan al dólar a un tipo de cambio diferencial para pagar deuda en divisas, y que ese debate interno obturó esa posibilidad.
La defensa de Guzmán se basa en tres pilares: un diagnóstico sobre la situación económica actual, una explicación sobre por qué el camino que plantea hacia adelante es el correcto y críticas a la gestión económica de la última presidencia cristinista
En el Ministerio de Economía asumen como un activo la diferencia de estilos para dar esa suerte de debate sobre la dirección que debería tener la política económica. El ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas fue otra de las espadas del equipo económico de Alberto Fernández que salió a responder, después de que Cristina Kirchner lo hubiese nombrado por su libro “Los tres kirchnerismos”. “El libro busca hacer un balance que rescata muchas cosas. Hay dos o tres cosas marcadas como puntos que hay que revisar, que son los talones de Aquiles: la política energética, la política productiva e industrial, que son dos temas a los que me aboqué mucho, no para criticar a nadie”, dijo el ministro.
No deja de haber, de todas formas, distancias grandes en una serie de aspectos. Uno de ellos, más reciente, tiene que ver con que un sector de los movimientos sociales y del kirchnerismo plantean la puesta en marcha de un salario universal para mitigar la deteriorada situación social. En el equipo económico hay dudas sobre una medida de ese estilo y una de las razones es por el costo fiscal. Un integrante del equipo económico, cercano al Presidente, lo resumía así: “Yo no estoy a favor del ingreso universal, la salida es con crecimiento y con creación de puestos de trabajo formales”, planteó, en diálogo con Infobae.
La continuidad de esa primera salva de réplicas de Guzmán continuó este martes con una recorrida en el partido de Almirante Brown, donde participó de una jornada en la Federación Unión Nacional de Cooperativas Argentinas de Trabajo. La economía popular fue uno de los ejes de la actividad, ya que estuvo escoltado por referentes de movimientos sociales y funcionarios como Emilio Pérsico, referente del Movimiento Evita y secretario de Economía Social; Daniel Menéndez, líder de Somos Barrios de Pie y subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local; y Gildo Onorato, secretario gremial de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP).
En clave internista, Guzmán repitió un registro conciliador y habló de que a pesar de las diferencias “todos queremos lo mismo”, en la coalición de gobierno. “En la Argentina históricamente hemos pasado distintos períodos en donde se pusieron intereses en el centro que no eran los de nuestra gente” y en los que los “conflictos de intereses muchas veces se resuelven de una manera muy nociva para millones y millones de personas”. Por este motivo, Guzmán aseguró que “al pasado hay que mirarlo, para que no vuelvan a ocurrir ciertas cosas”.
“Al fin y al cabo, queremos todos lo mismo; los objetivos a los que apuntamos son los mismos. A veces tenemos diferencias en cómo llegar a esos objetivos, pero siempre tenemos que acordarnos que el conflicto de intereses pasa por otro lado” (Guzmán)
El titular de Economía remarcó que “es muy importante trabajar en equipo para poder construir futuro”. “Al fin y al cabo, queremos todos lo mismo; los objetivos a los que apuntamos son los mismos. A veces tenemos diferencias en cómo llegar a esos objetivos, pero siempre tenemos que acordarnos que el conflicto de intereses pasa por otro lado. Cuenten con nosotros como compañeros de un equipo”, apuntó.
Esta semana también hubo una serie de reuniones que pueden implicar alguna descompresión en la tensión con el kirchnerismo. El lunes participó de una reunión con el ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro y esta semana retomó su contacto en persona con el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, con quien había tenido algún intercambio hace algunas semanas, principalmente por la decisión del Gobierno de no tocar las retenciones a los granos en medio de la aceleración de precios internacionales.
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