Desde que la Argentina arregló con el FMI, es la primera vez que el riesgo país supera los 1.900 puntos básicos. En aquellos días de marzo solo 3 días estuvo por encima de ese nivel. Pero si se busca en el pasado, desde que se salió del default jamás había perforado ese techo, salvo los mencionados tres días previos al arreglo con el FMI. El 10 de setiembre de 2020, cuando quedó atrás el default, el riesgo país era de 1.101 puntos básicos.
Pero el derrumbe de los bonos de la deuda con ley extranjera que hicieron que títulos como el Bono Global GD46 bajaran 2,79% propulsó el riesgo 33 unidades (+2,2%) a 1.927 puntos básicos.
La contracara fue la baja de la tasa de interés de los títulos del Tesoro norteamericano que no paran de subir porque son un refugio contra la volatilidad de los mercados que encuentra sus principales raíces en este momento, en la paralización de China por la resurrección del covid. El oro fue el otro refugio. Subió 0,30% mientras el dólar después de tocar cumbres contra las 6 principales monedas del planeta dio un respiro y el DXY, el índice que mide esa relación, bajó 0,36%. Los inversores están en modo fly to quality (vuelo a la calidad); eligen la seguridad sobre la renta.
En la Argentina siguieron en retroceso los bonos AL30 y GD30 que se utilizan para operar los dólares financieros. La paridad del AL30 es de default, está en 26,50% y su renta es de 34%. Por supuesto, nadie compraría ese bono para tenerlo en su cartera a pesar del retorno tan atractivo porque es un título que no encuentra su piso.
Lo cierto es que el dólar MEP quedó sin cambios en $210,79, pero el contado con liquidación se despegó más y aumentó 52 centavos a $213,13.
El “blue”, que había quedado rezagado ante el aumento del dólar solidario que desalienta la compra del cupo de USD 200 mensuales y los viajes al exterior, subió $ 1,50 a $205. Pero el dólar solidario no le pierde pisada. Aumentó 43 centavos y cotizó a $203,38.
En la plaza mayorista, el dólar tuvo un alza de 44 centavos a $117,87 lo que significa que el ritmo de devaluación en el fin de semana fue de poco más de 14 centavos diarios. El atraso cambiario se mantiene inalterable y colisiona con la fuerte suba del trigo en el exterior de casi 6%, del maíz de 3,51% y de la soja de 0,58%. Por eso los exportadores, regulan sus liquidaciones porque el almacenamiento se valoriza en dólares y esperan un mayor ajuste cambiario. La suba de las tasas no los afecta en el costo financiero del almacenamiento.
Pero la fuerte suba de los granos y oleaginosas en Chicago, hicieron que aflojen la mano y que la oferta fuera excepcional. Se negociaron USD 460 millones que le permitieron al Banco Central comprar USD 110 millones. Las reservas, tras 5 ruedas de caídas donde perdieron USD 383 millones, aumentaron 69 millones a USD 41.537 millones.
La Bolsa tuvo un rebote de la mano de los precios extremadamente atrasados de algunos papeles. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, subió 1,31% en pesos y 1,10% en dólares con elevados negocios por $1.464 millones. Los papeles más favorecidos fueron los de Banco Supervielle (+5,36%) seguidos por Cresud (+4,94%) alentado por la suba de los precios del trigo, maíz y soja en el exterior, y por Transportadora Gas del Sur (+4%) un papel que venía siendo castigado en los precios.
Los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- operaron $2.969 millones. Los certificados de mejor performance fueron los de Tenaris (+6,4%), BBVA (+5,4%) y Transportadora Gas del Sur (+5.1%).
Los bonos que ajustan por el CER y vencen en 2023, bajaron 0,13% pero los que vencen en 2024, perdieron 0,58%. La brecha entre ambos títulos se vuelve a ensanchar porque hay desconfianza sobre los títulos que le vencen al próximo Gobierno.
Los indicadores del overnite, el mercado de futuros que opera después de las 19.30 hasta la apertura de las Bolsas, no alentaban buenos presagios. Hay demasiada vulnerabilidad en los mercados de riesgo porque a la suba de las materias primas, la inflación, hay que sumarle la menor actividad mundial y el miedo a la recesión. Hasta ahora, la Argentina no padeció el golpe a pleno, pero están empezando las coberturas en dólares y a aumentar las ventas de Bonos CER, que están bajando de precio para poder competir con el billete norteamericano.
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