El uso del dinero en efectivo sigue siendo muy elevado en Argentina, a pesar de los avances en la digitalización de los pagos y transacciones bancarias. Tal es así que durante marzo de este año, se extrajeron de los cajeros automáticos del sistema $900 mil millones, en tanto que los retiros por ventanilla en sucursales sumaron otros $600 mil millones, totalizando un retiro total de $1,5 billones, según un informe de la Asociación Argentina de Bancos (ADEBA).
De acuerdo a la entidad, la cantidad de efectivo que entregaron los bancos en marzo equivale a 1.500 millones de billetes de $1.000, con los que se podrían llenar 1,5 piscinas olímpicas.
Por el otro lado, los depósitos realizados en dicho mes en efectivo ascendieron a $1.8 billones. Estos datos surgen de estimaciones realizadas por de ADEBA a partir de la extrapolación de una encuesta que representa el 14% de los depósitos del sistema.
Los costos del uso del efectivo
De acuerdo a ADEBA, los billetes suelen ser vistos como símbolo y orgullo de las naciones, tienen una connotación positiva. En ese sentido, la asociación destacó que en los billetes de Argentina, como en los de otros países, se incluyen imágenes de los más reconocidos próceres de la Nación, paisajes destacados, monumentos históricos y -recientemente en Argentina- preciados animales autóctonos.
De hecho, destacó que el propio Banco Central pareció incentivar el uso de los billetes en 2017 con el lanzamiento la “nueva familia” de billetes con animales autóctonos. Y citó un anuncio del BCRA sobre el billete de 1.000 decía “…cuenta con un elemento dedicado a llamar la atención del público infantil. En este caso, luce una representación de un pichón de hornero …”.
No obstante, para ADEBA, frente a esta “comunicación positiva’ que tienen los billetes, es justo preguntarse si es realmente negativo que se utilice tan intensamente el dinero en efectivo. “La respuesta es definitivamente sí, es negativo para toda la sociedad”, afirmó. En ese sentido, detalló los costos asociados al uso del dinero en efectivo:
-Favorecer la informalidad de la economía. En este punto la entidad destacó que los pagos en efectivos no son trazables ni quedan registro de los mismos, excepto que así lo decidan los participantes de las transacciones. Asimismo, consideró que el efectivo facilita y promueve operaciones no formales de la economía, asociadas con la evasión fiscal y contrataciones “en negro”. Y que los pagos con dinero en efectivo generan un sistema informal “paralelo” que se retroalimenta y se mantiene fuera del sistema.
-Genera altos costos de emisión y destrucción de dinero por parte del BCRA. Durante 2020, sólo los gastos en materiales para emisión monetaria, ascendieron a USD 118 millones. “A esto se debe adicionar los gastos de atesoramiento, transporte y destrucción del efectivo”, remarcó ADEBA.
-Aumenta el costo operativo a la actividad financiera. El costo operativo de la actividad financiera se ve encarecido por la recepción, clasificación, acondicionamiento, atesoramiento y transporte de billetes. “El costo de transporte de dinero es uno de los principales rubros de gastos de las entidades financieras”, aseguró.
-Generan impacto ambiental negativo. Todo el proceso de creación, manipulación, traslado y disposición del dinero es altamente contaminante. Un trabajo del Banco Central Europeo estimó que la huella de carbono asociada al uso de los billetes de Euro equivale al consumo de una lámpara de 60 watts o el recorrido de 1 km en auto a gasolina por cada uno de los habitantes en la zona euro. Si se extrapola esa cifra a Argentina, la huella de carbono que por año causa el uso del efectivo en argentina es equivalente a tener 20.000.000 de lámparas encendidas un día o que un auto realice 1.000 vueltas a la tierra, aseguró el informe.
-Expone a las personas a sufrir la delincuencia en ocasión de robo. El dinero en efectivo expone a las personas y empresas a subir actos de delincuencia, que en no pocas oportunidades constituyen delitos graves y hasta pueden ocasionar muertes.
-Dificulta la inclusión financiera de personas y empresas. Las personas y empresas que reciben y realizan pagos exclusivamente en efectivo, no ingresan al circuito financiero formal y de esa forma quedan excluidos del sistema financiero.
-Atenta contra la bancarización de la economía. El uso del dinero en efectivo, hace que una parte importante del ahorro se mantenga atesorada en efectivo, en lugar de estar en forma de depósito bancario, aseguró ADEBA. Y remarcó que los depósitos bancarios determinan la “capacidad prestable” del sistema financiero, que es lo que determina el nivel de préstamos
En relación a las principales causas del uso desmesurado del efectivo destacó el Impuesto a los créditos y débitos bancarios sobre transacciones bancarias; las retenciones y percepciones de IIBB, IVA y otros tributos; la disposición del BCRA que determina la gratuidad de depósitos y retiros de efectivo a personas y MiPymes empresas, sin importar el monto; la falta de una política integral de “lucha contra el efectivo” que involucre a todos los niveles de gobierno y la limitada educación financiera.
“Argentina tiene un alto nivel de uso de dinero en efectivo para sus transacciones. Ello es altamente perjudicial para la sociedad en su conjunto y genera costos de variada índole, no sólo económicos, sino también sociales y ecológicos”, consideró la asociación.
“El gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto deben buscar la forma de abordar la problemática y bajar a su mínima expresión el uso del dinero físico. En la actualidad están dadas todas las condiciones tecnológicas y de acceso a cuentas bancarias o de otros proveedores, para que la gran mayoría de los pagos puedan hacerse en forma digital, sin necesitad del uso del efectivo”, añadió.
Al respecto Javier Bolzico, presidente de ADEBA, concluyó: “El uso del dinero en efectivo nos causa más daño como sociedad del que nos damos cuenta; informalidad, inseguridad, exclusión financiera e impacto ambiental son solo algunos de sus efectos”. Y agregó: “El gobierno, el sector privado y la sociedad en su conjunto deben trabajar en forma coordinada con el objetivo de disminuir el uso del dinero en efectivo”.
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