Luego de la última suba de tasas, cómo quedan los depósitos frente a la inflación y qué créditos se encarecen

El Banco Central dispuso el quinto aumento en el año del rendimiento de las colocaciones en pesos en bancos como respuesta al avance de la inflación. El efecto sobre el segmento de préstamos

El Banco Central (BCRA) sigue prolijamente el libreto acordado con el Fondo Monetario Internacional que indica que luego de cada dato malo de inflación debe seguir una suba de tasa (Reuters)

El Banco Central (BCRA) sigue prolijamente el libreto acordado con el Fondo Monetario Internacional que indica que luego de cada dato malo de inflación debe seguir una suba de tasa, que a su vez permita un movimiento más acelerado al alza del dólar oficial para evitar un retraso frente al nivel general de precios.

Ya van 5 subas de tasas en lo que va del año y, desde una mirada oficial que supo criticar ese movimiento por su efecto negativo sobre la actividad económica general, los 11 puntos porcentuales de avance que tuvo el nivel de referencia para el resto del mercado financiero ya empiezan a despertar dudas respecto a si pueden frenar al consumo financiado y al financiamiento productivo.

“Es la quinta suba de tasas en el año en línea con el requisito del FMI de tipos de interés reales positivos y, dada la inercia inflacionaria, podría haber nuevas subas en un futuro próximo”, consignó un informe de AdCap.

La tasa de referencia pasó del 38% nominal anual al 49% nominal en lo que va de 2022. Con cada suba de tasas, además, se mueven al alza los pisos que impone el propio BCRA a los bancos para los rendimientos que deben pagar los plazos fijos, tanto mayoristas como minoristas.

El ajuste es vital para la entidad que conduce Miguel Pesce: va acompañando un cada vez más acelerado ritmo de avance del dólar oficial -el que más sube en lo que va del año- y sin rendimientos en pesos acordes se corre el riesgo de cortar el ingreso de divisas de la exportación.

Con cada suba de tasas, además, se mueven al alza los pisos que impone el propio BCRA a los bancos para los rendimientos que deben pagar los plazos fijos

Aunque el avance dejó sabor a poco. “La tasa real positiva (el exceso de retorno neto de inflación), sigue sin aparecer. El último movimiento en el costo del dinero, considerando la expectativa para mayo, deja la remuneración real entre 3,6% y 6,5% de tasa nominal negativa. Pero a la luz de un dato como el de abril, los retornos reales se hundirían hasta el rango 21,6% a 24,5% negativa según la tasa que se observe. En otras palabras, el BCRA debería colocar las tasas nominales en 72% anual (incrementos de entre 23 y 26 puntos porcentuales para llegar a una tasa real neutra”, escribió Nery Persichini de GMA Capital.

Con la tasa de referencia en el 49% nominal anual, los plazos fijos para personas físicas de hasta $10 millones pasaron al 48% nominal anual. El piso para el resto de los plazos fijos, los que pueden colocar las empresas, también subieron 200 puntos básicos hasta el 46%. Aunque en términos efectivos, esas tasas son respectivamente del 61,8%, 60,1% y del 57,1% anual, todavía están lejos de la inflación esperada. Aunque compensan algo más que unos días atrás.

Junto con la suba de las tasas de referencia, mientras tanto, aumentan también las tasas activas. Estas son ya no las que pagan los bancos por depósitos, sino las que cobran por préstamos.

La suba no es lineal, en principio con 200 puntos básicos de aumento de los costos de fondeo deberían aumentar 200 puntos básicos las tasas que cobran. Esto es así, por ejemplo, en la tasa de refinanciamiento de tarjetas de crédito que está regulada por el BCRA y que pasó del 51% al 53% nominal anual para saldos de hasta $200.000. Dejar saldos impagos en la tarjeta o pagar el mínimo se volvió algo más caro.

Pero en el resto de los tipos de interés, préstamos personales, descubiertos en cuenta corriente, créditos prendarios, etcétera, las subas dependen de cada banco. Los que tienen muchos clientes mayoristas con plazos fijos van a tener que, probablemente, subir 200 puntos básicos toda la estructura de tasas. Los que tienen una estructura de fondeo más minorista, cajas de ahorro y otras fuentes, no tienen por qué seguir a la par el avance.

Los niveles de las tasas de interés sobre préstamos personales, descubiertos en cuenta corriente, créditos prendarios, etcétera, dependen de cada banco

Temeroso de frenar la actividad, sin embargo, el BCRA regula algunas tasas activas más. Pero también suben.

La Línea de Inversión Productiva quedó en una tasa nominal anual de 37%, desde el 35% previo, y la Línea de Capital de Trabajo y descuento de cheques de pago diferido o facturas de crédito electrónicas mipyme, la tasa se elevó de 45,5% a 47,5% nominal anual. También pagarán 47,5% (desde el 45,5% anterior) las empresas de cualquier tamaño cuya actividad principal sea prestar servicios relativos a la salud o bien aquellas que destinen los fondos a adquirir maquinarias y equipos producidos por mipymes argentinas.

La cifra garantiza fondeo barato. Pero también se generan oportunidades de arbitraje para las empresas que acceden a ese financiamiento. Conseguir fondeo al 37% anual y un plazo fijo al 46% anual es poco menos que plata gratis. El BCRA exhorta a los bancos a controlar que eso no pase, pero los arbitrajes muchas veces encuentran el resquicio.

“La suba de la tasa pasiva afecta a todas porque está signada por el costo del fondeo de los bancos, que tienen que ver con la tasa de los depósitos más los encajes no remunerados que tienen que hacer los bancos. Y al modificar el rendimiento de las Leliq, pone un piso, porque cada entidad le puede prestar al BCRA sin casi riesgo, entonces a un particular le tiene que cobrar un poco más”, dijo Guillermo Barbero de First.

En el BCRA no creen que las tasas están frenando ni al consumo ni al financiamiento productivo. Las decisiones de consumo, entienden, están dadas más bien por el sentir de los consumidores respecto de sus ingresos. Y eso tiene más relación con el pico de inflación que con las tasas.

Pero lo cierto es que el financiamiento está frenado. O, al menos, no empuja a la actividad. A abril, el stock de préstamos con tarjeta de crédito crecía 4,5% mensual nominal en comparación con una inflación del 6%, es decir, cae en valores reales. En términos interanuales crece apenas arriba del 43%, frente a una inflación interanual del 58%. El crédito al consumo también se contrae en su capacidad adquisitiva.

Un poco más cerca, pero también atrás de la inflación, está el crecimiento mensual del 4,3% de los préstamos personales en el mismo mes. Y el 56,9% de expansión interanual. También, números debajo del avance de los precios y por lo tanto una caída en el financiamiento.

Más cerca, pero también atrás de la inflación, está el crecimiento mensual del 4,3% de los préstamos personales en el mismo mes

En total, el crédito al sector privado aumentó 63% en abril. Ahí sí, una expansión por encima de la inflación, pero con un avance mensual que no compite contra el 6% del índice de precios al consumidor del mismo mes.

“El crédito no crece, es cierto. También es cierto que estamos en la primera mitad del año, cuando el crédito tiende a subir en la segunda mitad del año, de octubre en adelante. No es tan raro que se mueva por debajo de la inflación buena parte del año y por encima cerca del final”, dijo Guillermo Barbero.

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