Sin bono en junio, la jubilación mínima bajará al piso garantizado del 82% del salario mínimo, vital y móvil

Desde diciembre último esa relación se ubicaba por sobre el 90%. Persiste muy lejos de la Remuneración Imponible para el Trabajador Estable que forma parte de la fórmula de movilidad previsional

El nuevo haber mínimo jubilatorio de $37.524,96 bruto pasará a representar el 82,4% del SMVM de ese mes, apenas por arriba del umbral garantizado, pero muy lejos de la relación récord de 114,6% que alcanzó en el corriente mayo con el agregado de $12.000 de “refuerzo de ingresos (Reuters)

Casi en simultáneo con el anuncio de un nuevo aumento trimestral de los haberes de los jubilados y pensionados, a partir de junio, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni, publicó el en el Boletín Oficial el adelanto a ese mes de la suba del Salario Mínimo Vital y Móvil.

Según quedó dispuesto por la Resolución 6/2022, la cartera laboral determinó un incremento escalonado del SMVM en dos tramos: el primero a partir del 1 de junio, cuando pasará a ser de $45.540 para trabajadores mensualizados y $227,70 el valor de la hora para los jornalizados, y el segundo desde el 1de agosto, a $47.850 y $239,30, para el mes y hora, respectivamente. De esta manera, los montos mínimos y máximos de la prestación por desempleo se fijaron en $12.650 y $21.083, respectivamente, a partir del 1 de junio y en $13.292 y $22.153, respectivamente, desde el 1 de agosto.

La modificación se anunció luego de una reunión entre los ministros Martín Guzmán (Economía), Claudio Moroni (Trabajo), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo) con representantes de la CGT y la Unión Industrial Argentina (UIA), y tras una iniciativa que intentaba impulsar Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados, como parte de la política populista que intenta mantener una parte de la coalición de Gobierno, en contraste con el compromiso asumido por el presidente Alberto Fernández con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, de comenzar a ordenar las variables macroeconómicas, en el cual la baja del gasto público real total es una meta sustancial del acuerdo.

Para evitar en junio la pérdida de ingreso nominal de $7.105 y relativa de 32,2 puntos porcentuales, el Gobierno debiera otorgar un adicional de $14.664 en junio y julio

Ese adelanto no es menor, porque con esos ajustes, desde junio, el nuevo haber mínimo jubilatorio de $37.524,96 bruto pasará a representar el 82,4% del SMVM de ese mes, apenas por arriba del umbral garantizado, pero muy lejos de la relación récord de 114,6% que alcanzó en el corriente mayo con el agregado de $12.000 de “refuerzo de ingresos, ante el claro deterioro de la capacidad de compra que provocó la aceleración de la inflación, en particular en la canasta básica de alimentos.

Para evitar semejante pérdida de ingreso nominal de $7.105 y relativa de 32,2 puntos porcentuales, el Gobierno debiera autorizar a la Anses a que otorgue un adicional de, al menos, $14.664 en junio y julio, y elevarlo a $17.310 en agosto, previo al próximo ajuste trimestral que establece la Ley de Movilidad vigente.

Antecedente del mínimo garantizado

Cabe recordar que, desde enero 2018, cuando comenzó a regir la Ley 27.426, de Reforma Previsional, sancionada al cabo de la primera mitad del gobierno de Cambiemos, rige para quienes aportaron en su trayectoria laboral al menos 30 años al sistema integrado previsional argentino (SIPA) comenzaron a percibir un monto garantizado por mes equivalente a 82% del Salario Mínimo Vital y Móvil.

El antecedente primario es la “sesión de la Cámara de Diputados de la Nación del 14 de agosto 1958 cuando trató lo que sería, luego, la primera ley de movilidad de las prestaciones jubilatorias, reconociendo el derecho de los jubilados a percibir, como haber de la prestación, el 82% del salario que percibía en actividad, la cual se aprobó con la Ley 14.499 del 17 de octubre de ese año”, recordaba en una columna en Infobae Jorge García Rapp.

El antecedente primario del 82% móvil es la sesión de la Cámara de Diputados de la Nación del 14 de agosto 1958 cuando trató lo que sería, luego, la primera ley de movilidad previsional

Y recordaba el especialista que hasta ese momento “sólo percibían el 82% móvil quienes se jubilan en los regímenes especiales de previsión para magistrados y funcionarios del Poder Judicial, para los funcionarios del servicio exterior, para los investigadores científicos y técnicos del Conicet y otros organismos; y de los docentes universitarios de universidades nacionales; además, abonan dicho guarismo algunas de las 13 cajas o institutos de previsión para empleados públicos provinciales no transferidos a la Anses”.

El promedio de los últimos 27 años de la relación entre haber jubilatorio mínimo y el salario mínimo vital y móvil fue del 73,1%, con notables fluctuaciones en cada tramo presidencial de ese período: fue 75% en el segundo mandato de Carlos Menem -inauguró el ciclo de 4 años, con posibilidad de reelección-; se mantuvo con Fernando de la Rúa, en ambos casos favorecidos por el escenario de estabilidad y salarios que caracterizó al espacio de gobierno con convertibilidad fija de $1 por USD 1; cae a 66,9% con Néstor Kirchner; y a 60,7% en la primera gestión de Cristina Fernández de Kirchner; logra recuperarse a una media de 73,3% en la segunda presidencia; se sostiene esa tendencia positiva y sube a 79,1% con Mauricio Macri, y a 90,3% en el promedio desde el inicio de la administración de Alberto Fernández.

La relación haber mínimo y salario mínimo se ubica entre la más altas de la serie histórica, pero su poder de compra cayó por el piso

Menos fluctuante ha sido en casi tres décadas, en particular en las dos posteriores al fin del régimen de convertibilidad, la relación notablemente menor entre el haber mínimo jubilatorio y el promedio de la Remuneración Imponible para el Trabajador Estable, cuya variación trimestral se toma como una de las dos partes que determinar el ajuste previsional. Se ubicó en un rango del 17% entre 1994 y 2001 y del 27% desde entonces.

En cualquier caso, cabe observar que se trata de relaciones entre diferentes niveles de ingreso de la población asalariada, y la que pasó a retiro tras cumplir con los 30 años mínimos en actividad con aportes, o que se sumaron al sistema previsional a través de moratorias y planes especiales, pero que lejos están de reflejar la variación del poder de compra de esos recursos monetarios, los cuales se deterioran desde el primer día de cobro por el elevado ritmo que mantiene la tasa de inflación.

La prueba ácida que confirma ese fenómeno es que la actualización trimestral del haber jubilatorio por si sólo no alcanza para mantener su capacidad de compra de bienes y servicios es que tanto en abril y mayo de 2021, como ahora, el Gobierno nacional tuvo que apelar a sendos bonos suplementarios, entonces de $1.500 cada uno, y actualmente de $6.000 y $12.000. En aquel momento en respuesta a la aceleración de la inflación del 3% a 4%; y ahora de 4% a más de 6 por ciento.

De ahí que el gobernador Axel Kicillof se sumara a esas políticas transitorias, que por tanto sólo constituyen paliativos de muy corto plazo, con el anuncio de un bono y aumentos en jubilaciones y pensiones del 50%, que permitirá pasar de los $14.040 actuales a $21.060; y otro móvil de hasta $10.000 a 26.975 bonaerenses.

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