“Colapso total”. “Espiral de la muerte”. “Mega Ponzi”. Son algunos de los conceptos que inundaron las redes en las últimas horas, luego de una muy fuerte caída de la cotización de las criptomonedas generada por serios problemas con una stablecoin, o moneda estable, una de las herramientas del mundo cripto que promete paridad con instrumentos de la economía tradicional, el dólar en este caso.
Eso mismo las hace uno de las favoritas de las “cuevas” argentinas. No es nada extraño ver carteles de LED en algunas casas de cambio que además de USD y Euro dicen USDT. En las otras, las ilegales, no tienen neón ni cartelería, pero si un gran movimiento.
En resumen, una de ellas, TerraUSD, que usa un polémico esquema de funcionamiento –cuestionado incluso dentro del mismo universo cripto, algo que no le impidió llegar a ser las más grande de su tipo– colapsó y arrastró a todo el sistema. Bitcoin se hundió por debajo de los USD 28.000 luego de su pico de USD 69.000 por unidad de noviembre del año pasado, y los otros criptoactivos perdieron mucho de su valor también: Ethereum, un 20%; la más chicas, o altcoins, bastante más.
Si bien este viernes parece haber traído cierta calma –con el bitcoin muy golpeado, pero recuperando algo de terreno con una cotización que ronda los USD 30.600 y una suba de 9 por ciento en la primeras horas del día–, CoinMarketCap ya habla de una pérdida total de USD 270.000 millones.
“Nos sorprendió ver que una plataforma tan grande como Terra caiga. Es algo que no tiene precedentes”, le dijo a Bloomberg hoy Mihir Gandhi, de PwC, quien definió el contexto de las monedas estables como “preocupante”.
Según Bloomberg, monedas estables más tradicionales, como Tether, USDC y Binance USD, que tienen dólares equivalentes y otras reservas en apoyo de sus paridades, cotizan más estables hoy, “lo que sugiere que el colapso de UST aún no ha erosionado la confianza. Sin embargo, los reguladores han tomado nota del episodio y prometen intensificar vigilancia”. Ayer, Janet Yellen, la titular del Tesoro de EEUU, habló del colapso de TerraUSD: dijo que muestra los riesgos asociados con la clase de activos que “pretenden estar vinculados al dólar”, pidió nuevas regulaciones y agregó que el Tesoro estaba trabajando en un informe sobre sus peligros. La revista The Economist fue más contundente y afirmó que “la infraestructura cripto está quebrada”.
Tres tipos
Hay tres modelos de stablecoins.
- Aquellas que tienen colateral en moneda fiduciaria, que están respaldadas por dólares en una cuenta de banco, como USDC, para muchos la más segura porque está regulada por legislación de EEUU y tiene el apoyo de Goldman Sachs. En este segmento también está USDT (Tether), que es la más volumen tiene y la más usada, pero también es polémica por su endeble sistema de auditoria. Bitfinex, empresa detrás de Tether y USDT, tuvo una denuncia por sus servicios atados al dólar y llegó a un acuerdo con la Fiscalía General de Nueva York para pagar una multa de USD 18,5 millones.
- Después existen modelos mixtos como el de DAI que está colaterizado con deudas en dólares en mercados sobrecolaterizados contra activos que se liquidan: por cada DAI hay respaldo robusto, dicen sus creadores, en otra cripto. Y están dentro del mundo de la finanzas descentralizadas.
- Y, finalmente, está el nuevo modelo algorítmico que encarnó Terra con UST. Desde Ripio lo explicaron de esta manera: “es el modelo que podríamos denominar más riesgoso de todos, ya que son stablecoins que están respaldadas por el mismo token del protocolo UST, el criptodólar de Terra, que es una stablecoin algorítmica. Este tipo de stablecoins están muy a merced del arbitraje, que consiste en la compra de un activo en un exchange o plataforma a un precio para venderlo inmediatamente en otro a un precio mejor. Pero con la reciente caída del mercado cripto y de LUNA, el token nativo de Terra, mucha gente decidió salirse de UST y pasar a otros activos, incluidas stablecoins alternativas. Esa presión de venta hizo bajar el precio de UST. Eso ha pasado y pasa muchas veces con esta y con otras stablecoins, que de pronto se comercian en un exchange a 0,99 dólares o a 1,001, por ejemplo, dependiendo de si está habiendo mayores ventas o compras. Pero UST tiene un mecanismo de estabilización en el que intermedia LUNA, y que tiene ciertos límites diarios. La caída sostenida de ese token más esa distorsión en el precio de UST, ya no ajustado en 1 dólar, generó más ventas y salidas que las que el protocolo podía manejar, por lo que el mecanismo de estabilización resultó insuficiente y el precio siguió desplomándose”.
Hoy, LUNA y UST están casi liquidados. Steven Kelly, investigador del Programa de Estabilidad Financiera de Yale, le dijo a Quartz que esta crisis impactó de lleno en la confianza en la promesa del valor de Terra. “Es 100% un Ponzi”, le dijo Kelly a ese medio.
Cuevas
En Argentina, 12 de cada 100 adultos compraron criptomonedas para ahorrar o invertir, según datos un estudio de Americas Market Intelligence (AMI) en base a 400 encuestas realizadas a usuarios de teléfonos inteligentes. Ese porcentaje es el doble del promedio de Latinoamérica mientras que en Estados Unidos el 16% de la población había comprado criptomonedas a fines de 2021. Más de la mitad de los consultados en la encuesta citó el “proteger sus ahorros” como un beneficio clave de este tipo de inversiones.
Si bien una parte de esas inversiones se hacen por medio de nuevas plataformas, otra se hace en “negro” en las “cuevas” de compra y venta de dólar que, de un tiempo a esta parte, se volcaron de lleno a cripto. Según Chainalysis, en 2021, la adopción de las criptomonedas aumenta 880% a nivel mundial. Venezuela y Argentina, con sus problemas financieros lideraron ese crecimiento en América latina.
En resumen, la operación funciona de la misma manera que la venta dólar blue: el cliente va con cash y le depositan cripto en su cuenta de exchange o billetera, o al revés. “Es lo mismo, pero mejor. La movilidad cripto da rapidez y alcance global. En general se usa USDT. El que compró UST en cuevas lo hizo para hacer algún negocio financiero”, describió Ignacio Carballo, economista y docente, Crypto & Alternative Finance lead de AMI (USA) y director del Ecosistema Fintech de la UCA.
Las “cuevas”, como es habitual, unen puntas, además de hacer su negocio. “Es lo mismo que el dólar, pero no se pasa por ningún banco y es en negro. Además, en el caso cripto, es inmediato y se puede saltar los controles. Se cobra según el mercado. Antes de estos problemas, no había dólares y el quería pasar de bitcoin a cash, pagaba un 4% de comisión. Al que los querían comparar cripto les pagábamos un 1 por ciento. Ahora, en baja, muchos quieren entrar y a ese le cobran 4% y al que quiere salir, 1% o paridad”, detallaron desde uno de estos “establecimientos”.
“Una vez que tienen la stablecoin salen al mundo: pagan afuera, giran, lo que quieran. Es una solución para muchos y no sólo es ‘timba’, hay mucho ahorro y también temas operativos importantes. Algunas pymes que no puede acceder al dólar MEP porque recibieron algún beneficio del Gobierno se dolarizan con cripto y giran stablecoin. Hay controles, aparecen las opciones”, agregaron.
USDT también tiene un rol clave en una de las tendencias más novedosas que tiene el mundo del trabajo en tiempos de pandemia y pospandemia. La exportación de servicios en forma particular. La generalización del trabajo a distancia permitió, en especial en áreas relacionadas con sistemas y tecnología, una revolución del trabajo a distancia. Profesionales o autodidactas tienen la posibilidad de trabajar informalmente para el exterior en la provisión de servicios y, ante la alternativa de cobrar en dólares por el sistema financiero tradicional y tener que liquidarlos a tipo de cambio oficial, muchos de esos trabajadores optan por cobrar vía cripto: así, con una stablecoin que cotiza a la par del dólar pueden mantener el valor de sus ingresos a tipo de cambio paralelo y ante cada necesidad de liquidez acuden a cuevas y financieras informales para hacerse de pesos.
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