El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, reunió a un grupo de importantes economistas para conversar sobre la compleja situación actual y las perspectivas para que el país vuelva a crecer.
El ámbito fue la casa de Massa en Tigre, con la presencia del ex presidente del Banco Central, Martín Redrado; el vicepresidente del BICE y ex ministro de Economía, Miguel Peirano; el director del Indec, Marco Lavagna; los socios del estudio Equilibra, Diego Bossio y Martín Rapetti; y el Lisandro Cleri, subdirector ejecutivo de Operaciones del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) en Anses. Por un compromiso familiar faltó a la cena uno de los principales asesores de Massa, Guillermo Mitchell, su mano derecha en cuestiones tributarias.
Luego de dos años sin este tipo de reuniones por la pandemia, el líder del Frente Renovador decidió que era el momento de dialogar en persona para debatir lo que ocurre y pensar en 2023; no fue un debate ordenado, sino un intercambio de ideas, matizado con asado y ensalada, tal como indicó el periodista Pablo de León en Clarín.
Según precisaron a Infobae asistentes al encuentro, Massa estaba tranquilo pese a que en forma constante La Cámpora quiere instalarlo como sucesor del ministro Martín Guzmán y él se siente muy cómodo al frente de la Cámara Baja, desde donde tuvo participaciones claves tanto en el cierre del acuerdo con los bonistas en 2020 como con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en marzo pasado, al actuar de “puente” entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner y entre el Gobierno y sus interlocutores en la administración Biden. “Yo estoy feliz con mi trabajo”, les dijo Massa a sus invitados, cuando lo consultaron por esta cuestión.
Con el partido de Boca-Defensa y Justicia de fondo (Massa felicitó a su amigo Román Riquelme cuando Boca pasó a semifinales, a diferencia de lo que ocurrió con River Plate con su querido Tigre, un día después, según comentaban risueños tras el encuentro), se llegó a la conclusión de que difícilmente se pueda reemplazar a Guzmán si no hay condiciones de mayor respaldo dentro de la coalición oficial y mientras el Palacio de Hacienda mantenga tan poco poder en un gabinete económico tan fragmentado. Este es el mismo motivo por el que ya declinaron esa posibilidad tanto Redrado como el ex viceministro Emmanuel Álvarez Agis, entre otros.
Además, consideraron que el ministro todavía tiene, pese a los peligros por la alta inflación y las tensiones cambiarias que se registrarán en el segundo semestre del año, cierto apalancamiento por su buen de diálogo con el FMI, al menos mientras pueda cumplir con las metas trimestrales, un objetivo difícil según Equilibra hacia fin de este año, ya que se avizora más inflación, menos dólares y menor crecimiento económico.
Desde las 21 y hasta las 2 am, Massa preguntó, dejó hablar y, sobre todo, mostró que quería tener a varios de los economistas con los que formó el Frente Renovador en 2013 y con los que suele hablar por separado, en un encuentro que tuvo sentido por el diálogo pero también como símbolo, mientras otros referentes del oficialismo y de la oposición comienzan a mostrar sus propios equipos económicos. El paso siguiente será plantear “Diez ideas para seguir creciendo”, en las próximas semanas; todavía nadie lo plantea como un programa de gobierno, sino como alternativas para salir de la actual coyuntura cargada de problemas.
Pese al pesimismo imperante por los problemas agudos de corto plazo –políticos y económicos- los economistas al menos plantearon que hay algunos ejes para pensar en un escenario mejor si la coyuntura se transita sin caer al barranco que plantea el kirchnerismo duro sin un acuerdo con el FMI.
En este sentido, expresaron que hay empresarios muy interesados en invertir en alimentos, minería –litio en particular- y economía del conocimiento, si hay señales contundentes y no bicéfalas de “ordenamiento de las reglas” a partir del próximo gobierno que asumirá a fines de 2023.
Al respecto, afirmaron que es posible que los dólares que con tanto énfasis reclama la vicepresidente Cristina Kirchner aparezcan si se alienta a los sectores que quieren invertir, sin más cepo a la entrada y salida de capitales de mediano plazo, ni trabas a la radicación de nuevas empresas en el país, como las que, se indicó, plantea la conducción de la Inspección General de Justicia (IGJ).
En el corto plazo, también indicaron que el avance del gasoducto Néstor Kirchner desde Vaca Muerte puede ser una llave para destrabar un mayor caudal de exportaciones. “Más allá de la obra, rellenar el gasoducto va a requerir de unos USD 7900 millones y para alentar esa inversión hay que adelantar amortizaciones y dividendos, porque eso te cambia la ecuación de dólares en el país”, indicaron en la reunión.
También, destacaron el proyecto de alivio fiscal, leyes como la de hidrocarburos, la promoción a la industria del cannabis, el nuevo blanqueo para la construcción y la nanotecnología como motor de empleo.
En suma, fue un evento social y político, para plantar bandera como una tercera posición dentro del oficialismo y mostrar, como le comentó Román a Massa, que hay equipo.
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