El proyecto del impuesto a la renta inesperada que promovió el ministro de Economía, Martín Guzmán, perdió impulso y varios sectores del oficialismo y de los empresarios afirman que “murió antes de nacer”.
Fuentes de tres cámaras empresariales indicaron a Infobae que hasta ahora no avanzó la convocatoria que había prometido el ministro para discutir esta iniciativa, destinada a gravar un objeto bastante difuso como la “renta inesperada”.
“No se habló del tema, no quiero matarlo para no resucitarlo, pero no avanzó. Mejor no darles de comer con más críticas al tema, porque parece estar destinado al olvido”, sentenció un importante representante de los empresarios.
“No lo discutieron con nosotros ni tampoco con otras cámaras”, agregó el titular de una de las entidades habitualmente convocadas al diálogo con el Gobierno.
“No tenemos ninguna novedad del tema. Tampoco ha circulado ni formal ni informalmente ningún borrador del proyecto”, afirmó una tercera fuente, muy calificada en materia impositiva.
Pero desde el Palacio de Hacienda indicaron que “hubo muchas reuniones con empresarios y sindicalistas estas semanas” donde se dialogó del tema, entre ellas una en el Llao Llao, pese a que todavía no se conoce ningún borrador del proyecto que debería pasar por el Congreso Nacional para ser implementado.
De todos modos, en el Congreso también le bajaron el pulgar a la idea. “Es un impuesto que murió antes de nacer”, sentenció una calificada fuente del oficialismo en la Cámara de Diputados.
“No hay nada, ni un borrador”, aclararon. De hecho, en el Congreso le sugirieron tanto a Guzmán como al presidente Alberto Fernández obtener esos recursos por la vía de una decisión administrativa de la AFIP, sin necesidad de someterse a una batalla legislativa con pocas perspectivas de éxito en medio de la furiosa pelea política dentro del oficialismo como con la oposición.
“A menos que logremos que algún diputado opositor esté distraído y no vaya a la sesión, como ocurrió con Bienes Personales, esto no pasa”, afirmó.
“No se habló del tema, no quiero matarlo para no resucitarlo, pero no avanzó. Mejor no darles de comer con más críticas al tema, porque parece estar destinado al olvido”
Los tributaristas consultados por Infobae coincidieron en el mismo diagnóstico: todavía nadie vio un borrador y creen que la iniciativa no cobrará impulso, además de considerar que la presión tributaria ya es excesiva sobre el sector formal de la economía y que las últimas iniciativas del estilo, como el impuesto a las “grandes fortunas” y la suba de Bienes Personales lograron una recaudación exigua frente a la pérdida de contribuyentes en la parte superior de la pirámide social.
En abril, Guzmán lanzó la iniciativa, aunque sin definir el trazo fino del nuevo tributo, que recibió una respuesta crítica del ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y de algunos de sus colaboradores.
Sin embargo, el ministro de Economía lo defendió en el terreno local y en la reunión del G20 en Washington, donde afirmó: “Hay sectores de la economía que se benefician con ganancias extraordinarias inesperadas producto de la guerra y miles de millones de personas en el mundo que sufren las consecuencias de los aumentos de los precios”.
“A lo que se apunta es poder capturar parte de la renta extraordinaria que no es producto de una inversión adicional, sino que es producto de la guerra, a efectos de poder atacar las principales problemáticas de la sociedad argentina y al mismo tiempo fomentar la inversión incluyendo condiciones que establezcan que si esa renta inesperada por la guerra se reinvierte, entonces la contribución que se haga sea menor”, afirmó el ministro en la reunión con sus pares.
Sin embargo, pese a que el ministro prometió dialogar del tema con los ejecutivos locales, todavía no se conocer ni una sola línea de esta iniciativa, que fue cuestionada por varias cámaras. A fines de abril, tras reunirse con el presidente Alberto Fernández, el titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, sostuvo: “La posición de la UIA es una posición de no más impuestos. Pero no entramos en el análisis de un proyecto que no conocemos. Cuando veamos el proyecto, haremos un análisis. En el vacío no lo vamos a hacer”.
“Hay sectores de la economía que se benefician con ganancias extraordinarias inesperadas producto de la guerra y miles de millones de personas en el mundo que sufren las consecuencias de los aumentos de los precios” (Guzmán)
En la misma sintonía, la Asociación Empresaria Argentina (AEA) expresó: “La Argentina debe volver a retomar la senda del desarrollo económico y social sostenible. Para ello resulta esencial generar las condiciones para que las pequeñas, medianas y grandes empresas puedan concretar inversiones que generen empleo y hagan crecer la producción y las exportaciones. La creación de nuevos impuestos -como el recientemente anunciado ‘impuesto a la renta inesperada’- va en la dirección opuesta a lo señalado”.
A su vez, Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), indicó que “la Argentina lo que necesita es bajar la carga tributaria, no poner impuestos por más que sea por única vez o por una cuestión de urgencia, porque son proclives a quedarse”, de forma permanente.
“Cada vez que se crean más impuestos se generan menos inversiones. Lo que necesitamos en la Argentina es tener un clima de negocios”, concluyó Grinman.
“La posición de la UIA es una posición de no más impuestos. Pero no entramos en el análisis de un proyecto que no conocemos” (Funes de Rioja(
En tanto, la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro Exportador de Cereales (Ciara-CEC) afirmó: “La Argentina no necesita más impuestos. Al contrario, lo que hace falta es sacar el freno de mano a la producción y a la inversión para que haya más trabajo. Estaremos abiertos a trabajar en una propuesta de esta naturaleza, si el gobierno nos convoca”.
En suma, con el rechazo de los empresarios, los expertos y, sobre todo, de una buena parte del oficialismo, este impuesto por ahora no parece tener un futuro auspicioso. “¿Para qué nos piden esto y después le permiten a los empresarios ajustar los balances por inflación en un solo año?; ¡ahí perdieron más de $250.000 millones que podríamos haber recaudado este año!; si el gobierno de Macri se animó a que las empresas ajustaran en 3 años, ¿cómo no vamos a poder hacer algo igual o más largo nosotros”, se quejó una fuente legislativa, en un fiel reflejo de la desconexión que hay entre el Ejecutivo y el Congreso.
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