El derrumbe de una stablecoin, el instrumento creado para escudar a los inversores en criptomonedas de la enorme volatilidad de ese mercado revolucionario, puso a los entusiastas de la ola cripto al borde del colapso. Lo que no tenía que pasar, pasó. Y, aunque el ecosistema batalló a brazo partido para corregir la anomalía, las dudas quedaron y la confianza en el sistema quedará mellada por un buen tiempo.
Bitcoin perdió la mitad de su valor máximo histórico, Ether -la moneda del protocolo Ethereum- no se quedó atrás en el derrumbe y otras altcoins como Binance Coin, XRP o Solana también cayeron en el furioso tobogán que se forma en cada bear market cripto. Nada nuevo, los operadores y entusiastas están acostumbrados a estos sacudones a los que ven como dolores de parto de una nueva era financiera global. Pero un episodio mucho más grave tiene a muchos sin poder conciliar el sueño.
En medio de la volatilidad de las criptomonedas, una de las cripto estables -stablecoins- más exitosas se sumó a los vaivenes del mercado. Se trata de TerraUSD, una criptomoneda estable que se opera bajo el código UST y que es la tercera más grande por capitalización de mercado. No se supone que una stablecoin se sacuda. Se supone que se mantenga, valga la obviedad, estable.
Las stablecoins son tokens sostenidos por una cadena de bloques (blockchain}, pero a diferencia de los activos como Bitcoin, su objetivo es igualar de forma constante el poder de compra de una moneda fiduciaria, casi siempre el dólar estadounidense. Las stablecoins se crearon por primera vez para ofrecer a los traders una herramienta para moverse rápidamente entre posiciones más volátiles. Además, ofertas de inversión con tasas de interés siderales atrajeron además otros tipos de público (algo que en el desafortunado caso de TerraUSD fue muy importante).
TerraUSD, en la jerga UST, falló en su objetivo. Después de un meteórico ascenso a la cima de las criptos más importantes, no logró mantener su paridad con el dólar. La distancia entre el valor de UST y el dólar fue momentánea, los esfuerzos por enderezarla parecen estar rindiendo fruto ahora, pero la confianza en ella quedó seriamente dañada. Esta stablecoin ya no puede asegurar que es estable.
El valor de TerraUSD en el mercado se derrumbó hasta tocar los 68 centavos de dólar, según datos de CoinmarketCap, Una distancia de 32 centavos respecto de su target. Pensado en centavos parece un problema menor. Pero para una cripto estable que busca el 1 a 1 con el dólar estadounidense es algo enorme;: es una caída del 32%.
Dicho de otra forma, las pérdidas para una circulación total de 18.000 millones de UST equivalió en ese momento a USD 5.760 millones. Nada que asemeje a la estabilidad.
¿Cómo funciona?
TerraUSD no es cualquier criptomoneda estable. Era la promesa del ecosistema cripto de poder despegarse completamente del sistema financiero tradicional. Hay stablecoins más antiguas y más populares, por capitalización de mercado, como Tether (USDT) y USD Coin (USDC). Terra o UST había alcanzado el tercer lugar y se encaminaba a ganar terreno. Y esto es porque era muy distinta a las anteriores.
Tether y USD Coin logran la paridad 1 a 1 con el dólar a la vieja usanza: por cada token, encajan USD 1.Bueno, no exactamente el 100% y no totalmente con dólares, pero un porcentaje suficiente y con otros activos igual de seguros. Tether ha recibido críticas por la opacidad de las reservas con las que sostiene a la circulación de sus “dólares cripto”, pero sigue ahí, como la más utilizada (incluso en las “cuevas” porteñas).
USD Coin, segunda stablecoin en importancia -el otro “dólar cripto”-, contrató auditorías externas públicas para verificar que las reservas existen y están correctamente manejadas. Eso le ganó aprecio en el mercado.
Hay muchas otras, pero estas stablecoins son imperfectas para el sueño cripto. Dependen de dólares tradicionales, precisamente lo que buscan superar. Se las llama stablecoins “respaldadas” o colateralizadas
El ecosistema busca hace años la forma de hacer una stablecoin 100% on chain, es decir, completamente ajena al mundo exterior.
UST o TerraUSD buscaban lograr eso. Lo que se conoce como una stablecoin “algorítmica” o “descentralizadas” porque la descentralización es su principal razón de ser. Libre de bancos, de regulación y de riesgo de censura de las transacciones.
Bajo la conducción de Do Kwon, el alma mater Terra y de la cripto Luna sobre la que está basada, se creó un mecanismo que debería tener que ser capaz de mantener el precio de la stablecoin en torno a USD 1 en forma automática a través del arbitraje. ¿Cómo funciona? Cualquier persona que tenga 1 UST puede cambiarlo inmediatamente por la cantidad de criptomonedas Luna que sean necesarias para obtener un valor idéntico al de USD 1.
Funciona de la siguiente manera: si en algún momento UST vale menos de USD1, los tenedores de esta stablecoin tienen incentivos para comprarlos baratos, darse vuelta, y cambiarlos por el equivalente a USD 1 en Luna. A la inversa, si en algún momento TerraUSD cotizara encima de USD 1, los incentivos se alinean para que los traders compren Luna, lo cambien por la stablecoin y luego vendan UST por más de USD 1.
En tiempos de trading automático, estos arbitrajes se pueden concretar a la velocidad de la luz. Así, el precio de UST o TerraUSD se mantuvo durante mucho tiempo centavos por encima y por debajo de USD 1, sin nunca alejarse. Un mecanismo de estabilización automático, impulsado por la oferta y la demanda.
El protocolo fue un furor. Cada vez más usuarios demandaban este dólar digital totalmente desconectado de bancos, gobiernos y el sistema financiero internacional. Luna, el token que sostiene a TerraUSD, pasó de USD 10 a USD 100 en su valor de mercado. El sueño cripto hecho realidad: dinero a cambio de nada.
¿Qué falló?
El problema con este tipo de estabilización por arbitraje es que funciona bien en tiempos de calma. Y en el mundo cripto los tiempos de calma no son muy extensos. Y los riesgos evidentes.
“Tenés un sistema de dos tokens y uno de ellos no tiene valor intrínseco, sólo se deriva del valor comercial secundario, y el otro token se supone que es un token estable, y tenés un arbitraje”, explicó Ryan Clements, profesor adjunto de Derecho Empresarial en la Universidad de Calgary a CoinDesk.
“En algún momento miras al que no tiene valor intrínseco y piensas, ¿por qué vale 5 dólares?”, agregó.
Tras la última suba de tasas en los EEUU, el último hike de la Fed, todos los mercados del mundo entraron en convulsión. Wall Street cayó a sus valores más bajos de un año, las acciones de empresas energéticas se derrumbaron, los mercados emergentes cayeron. Todos los activos de riesgo entraron en caída y los más riesgosos de todos, las criptomonedas, se cayeron aún más.
En este contexto Luna, la cripto que sustentaba a TerraUSD, cayó también en el tobogán. Esta tarde valía USD 30,81. Pierde 44,01% en 24 horas y 63,93% en los últimos 7 días, según datos de CoinMarketCap.
Ahora supongamos por un momento que el valor de todos los token Luna en circulación cayera por debajo del valor de todas las stablecoins TerraUSD o UST, como se prefiera llamarla, y no hay suficientes como para sostener el 1 a 1. En realidad, el respaldo de TerraUSD no se hace sólo con Luna. También con Bitcoin y otras criptomonedas, para hacerla más segura. Pero todas caen fuerte en estos días.
“Hubo una salida muy grande y muy rápida de UST, pero aparte cayó todo el mercado, y como mucho de las reservas eran Bitcoin que también cayó eso genero la duda de si podían sostener la paridad”, explicó Manuel Calderón, docente de la Universidad Torcuato Di Tella especializado en criptomonedas. “Es como funciona su diseño, esta pensada para que cuando cambia la demanda el precio se despegue de 1, y después por arbitrajes vuelva, y había pasado en enero pasado que se despego unas horas y volvió, pero esta vez fue mucho mas fuerte”, explicó.
Se creó una corrida cambiaria cripto. Las Luna no alcanzan para pagar por los UST en circulación. Al menos no un dólar por cada uno. El mecanismo de estabilización no jugó a favor tampoco. El incentivo a comprar barato y vender a cambio de Luna no pudo sostenerse en medio del derrumbe de la cripto.
La desconfianza aceleró aún más el derrumbe. Luna Foundation Guard, la organización detrás del protocolo, salió a combatir la baja con ventas de Bitcoin y otras reservas. Y logró devolver al valor de la stablecoin a algo más de 90 centavos por dólar. Pero el daño está hecho.
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