Grobocopatel: “La parte impositiva no da para más; el Estado es el doble de lo que era hace 20 años”

El “rey de la soja” explicó su apoyo al tractorazo y dijo que el campo y la sociedad le reclaman al gobierno y a la política que gestionen bien la cosa pública

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(Crédito: Santiago Saferstein)
(Crédito: Santiago Saferstein)

Gustavo Grobocopatel, uno de los más conocidos empresarios agropecuarios, dijo hoy que apoyó el tractorazo impulsado semanas atrás por productores autoconvocados y que no ve “ninguna contradicción” entre que a un productor o un sector le vaya bien y que le reclame al gobierno y a la clase política una mejor gestión de los recursos públicos.

“La parte impositiva no da para más; el Estado es el doble de lo que era hace 20 años”, señaló el empresario, residente en Uruguay, y subrayó que pese al fuerte crecimiento del presupuesto público de los últimos años “hay más pobreza y los bienes públicos son de mala calidad”.

Entrevistado en el programa “A confesión de parte”, por radio Millenium, Grobocopatel respondió “claro que sí”, cuando la entrevistadora le preguntó si había apoyado el tractorazo. “Queremos que se solucionen los problemas y ser parte de la solución. Y para eso la política tiene que cambiar. Hay un problema de gestión de la cosa pública, mientras la política discute candidaturas y se mira a sí misma”, señaló. Y así expresó los reclamos de la manifestación: “señores, tienen que resolver los problemas de fondo, el estado debe gestionar bien, no pensar solo en el corto plazo. Y la parte impositiva no da para más, este Estado es el doble de lo que era hace 20 años”.

Difusos, porque espontáneos

Cuando se le planteó que los reclamos parecían difusos, Grobocopatel lo admitió, pero a la vez lo justificó. “Es un reclamo difuso, porque es un reclamo espontáneo, como el de la 125. La mesa de Enlace fue un producto posterior a la 125; en este caso es lo mismo, la gente se levanta más allá de las gremiales”, observó.

Lejos de verlo como “enemigo”, afirmó el empresario, la sociedad tiene una buena opinión del campo. “Es algo que se manifiesta en las encuestas de opinión, es uno de los sectores mejor vistos: se levanta temprano, trabaja todos los días, lo hace forma moderna y competitiva. Más allá de quienes por prejuicio o ignorancia no lo vean; el campo es también una rebelión contra lo que está mal y hay que cambiar”, afirmó.

“El Estado creció mucho en los últimos años y hay más pobreza, y los bienes públicos son de mala calidad. No es un problema de recursos, sino de gestión de los recursos. Lo que el campo quiere es que se gestionen mejor. El reclamo va más allá de si el campo está bien o mal”, subrayó.

En otro tramo, la entrevistadora le preguntó si la presencia en el tractorazo de Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y Hernán Lombardi, dirigentes de Juntos por el Cambio, no convertía al campo en una “facción” de la batalla política, a lo que Grobocopatel respondió que ninguna de esas personas había liderado u organizado la marcha. “La acompañó porque coinciden con los puntos del reclamo; muchos de ellos durante el gobierno de Macri no fueron resueltos. Ojalá si vuelven a ser el gobierno lo hagan, pero no tenemos ley de semillas, ley de arrendamientos. Se abrieron mercados, se abrieron industrias, se intentó bajar las retenciones, pero no fue una tarea terminada”, remarcó.

"Claro que sí", respondió Grobocopatel cuando le preguntaron si había apoyado el tractorazo
(Photo by Emiliano Lasalvia / AFP)
"Claro que sí", respondió Grobocopatel cuando le preguntaron si había apoyado el tractorazo (Photo by Emiliano Lasalvia / AFP)

La entrevista había comenzado en torno de las conversaciones sobre posibles acciones conjuntas que Grobocopatel mantiene con Juan Grabois, el líder de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), quien recientemente declaró: “Si yo me tengo que dar un beso en la boca con Grobocopatel, o con quien carajo sea, para que 50.000 compañeros agricultores tengan la posesión perpetua de sus tierras, lo voy a hacer”.

“Más allá de la metáfora o figura, yo estoy tratando de defender los intereses de la gente, no una ideología determinada. Por eso me acerco a alguien con quien tuve y tengo muchas diferencias”, señaló Grobocopatel respecto de las palabras del dirigente social. “No hay blancos y negros. Hay cosas en las que coincido con Grabois y otras no. Y para él será lo mismo”.

La agenda pública de la clase política no tiene dimensión de los problemas del país, dijo el empresario: “Vamos a un período de riesgos muy altos; gente que se quedó fuera del sistema, que no tiene trabajo, que no sabe si podrá comer de noche; lo de economía popular lo trabajo hace 3 años en un espacio que se llama Argentina Armónica, que incluye a trabajadores de la economía popular, pero también empresarios, académicos, curas villeros, buscando generar cadenas de valor”.

Lo que se necesita

Cuando la entrevistadora le preguntó cuál sería su aporte, y en particular si aportaría tierras, pues Grabois reclama el otorgamiento de tierras para trabajar, Grobocopatel respondió que él no trabaja en tierras propias y que su aporte es diferente. “Yo trabajo en temas tecnológicos, en cómo hacer los mejores desarrollos, en el diseño organizacional, porque es gente que no está acostumbrada a trabajar con otros, en inteligencia comercial”, explicó.

“Como cuarto punto está el tema de la tierra. Es relevante”, reconoció, pero señaló que para 50.000 productores familiares que necesitan una hectárea o hectárea y media cada uno la tierra no debería ser un problema, ya que en la Argentina “la tierra es abundante y la del Estado es súper-abundante”.

Grobocopatel agregó que trabaja no solo con Grabois, sino también con otras organizaciones y que “el tema de la tierra es muy fácil de resolver, sin afectar intereses, propiedades; en eso estamos trabajando. Lo que dice Grabois es cierto, hay gente que trabaja y no tiene tierra propia, lo que también lleva al problema de la vivienda”.

Se trata de una tarea, reconoció, que debería hacer el estado, pero a la que el sector privado puede aportar, estableciendo no una relación cliente-proveedor, sino de socios en la “construcción de un Estado de este tiempo, para construir bienes y servicios públicos de calidad”.

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