La aceleración que experimentó la inflación en el primer cuatrimestre del año volvió urgentes las estrategias para intentar conservar el valor real de los ingresos frente a bienes y servicios que se encarecen a toda velocidad.
A la hora de intentar resguardar los ahorros, existen opciones atadas a la inflación que permiten al menos apuntar a empatar el avance de los precios, pero con ingresos que a duras penas corren la carrera contra los precios los argentinos también buscan maneras de hacer rendir cada peso antes de que su valor se desintegre.
La inflación marcó 6,7% en marzo, un récord mensual de 20 años al menos en datos de inflación oficiales, y esta semana se conocerá un dato de inflación de abril que se espera esté largamente en torno al 5,6% según el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central.
Con semejantes velocidades de avance del nivel general de precios, los ingresos y salarios pierden en apenas 30 días el valor que monedas de otros países dejan en el camino a lo largo de un año, o más. Con lo cual, según expertos en consumo y finanzas, en el contexto actual los pesos queman en las manos. Cuánto antes se gasten, mejor.
En ese sentido, cabe preguntarse si existen estrategias racionales que puedan adoptar los consumidores, sino para blindarse, al menos para morigerar el impacto de la inflación en su poder adquisitivo. Y, para los especialistas, esas estrategias existen pero están limitadas a quienes tienen dinero excedente más allá de las necesidades diarias y, como principal costo, consumen tiempo.
En el contexto actual los pesos queman en las manos. Cuánto antes se gasten, mejor
Guillermo Oliveto, presidente de Consultora W, compartió con Infobae una serie de 11 estrategias que los consumidores utilizan y que dan resultados para limitar el impacto de la inflación.
1- Comprar en cuotas. Planes “Ahora”. Para la mirada del consumidor, las últimas cuotas “las paga la inflación”;
2- Rally de Compras. Recorrer distintos puntos de venta haciendo “cherry picking” en cada uno ( me llevo las ofertas y descuentos de cada lugar);
3- Comprar empaques grandes y stockearse. Los que pueden, tienen dinero y hogares grandes;
4- Comprar empaques chicos. Los que no tienen tanto dinero pero quieren seguir en la misma marca. Es la lógica del acceso;
5- Buscar canales alternativos de compra. Desde consumidor final yendo a mayoristas hasta compras por redes sociales;
6- Comprar en Outlets Premium. Hoy “vuelan” esos canales de venta;
7- Monitorear y aprovechar descuentos. Son interesantes los descuentos que detectan Apps creadas para eso;
8- Comprar la misma marca en empaque más accesible. Ejemplo: una vez compró la botella y después sachet volviendo a usar esa misma botella;
9- Cambiar hábitos. Pasando a categorías que satisfagan la necesidad pero sean más accesibles. Ejemplo: de gaseosas a jugos en polvo;
10- Comprar productos sueltos o al peso. Según el disponible de dinero que se tenga;
11- Comprar otras marcas de las habituales también es muy fuerte. No las llaman segundas marcas, sino primeras marcas desconocidas o sin marketing.
“Todas las estrategias se organizan alrededor de esa premisa. Tratar de perder la menor calidad de consumo o calidad de vida posible”, dijo Oliveto.
Congelar el valor de los pesos en bienes es la consigna. Cuantas más necesidades futuras se satisfagan hoy, más ingreso disponible habrá en el futuro cercano.
Todas las estrategias se organizan alrededor de la premisa de tratar de perder la menor calidad de consumo o calidad de vida posible (Oliveto)
“Es un desafío tan grande ganarle a la inflación que para quién no tenga conocimientos sobre inversiones, lo mejor es adelantar consumo. Comprar bienes durables, por ejemplo, porque si no lo hace hoy y guarda el dinero, en el futuro va a poder comprar menos”, dijo a Infobae Giselle Colasurdo, youtuber financiera.
Pero no sólo los bienes durables, como equipamiento para el hogar, obras o electrodomésticos, también adelantar consumos cotidianos es considerada una estrategia sensata. “El problema de eso, es que incentiva el consumo, lo que a su vez impulsa los precios al alza, más inflación. Es un espiral. No hay incentivo al ahorro y la inversión, hay incentivo al consumo”, dijo.
El director de la consultora Focus Market, Damian Di Pace, hizo una serie de cálculos para estimar el rendimiento financiero de adelantar consumo. De stockear hasta los productos más cotidianos.
La conclusión: la suba de alimentos y otros bienes de consumo masivo fue tan fuerte que rindió más que muchas colocaciones financieras.
“En marzo un costillar en el freezer rindió más que un plazo fijo”, sentenció Di Pace. “Un 10% contra un 4% mensual”, agregó.
La suba de alimentos y otros bienes de consumo masivo fue tan fuerte que rindió más que muchas colocaciones financieras (Di Pace)
Los ejemplos son múltiples.
“Casi cualquier bien de consumo le gana a inversiones financieras. El último año, un vino guardado en la bodega subió 105%, el plazo fijo te dio 35%. La harina 6% en un mes, el aceite 14%. Cereales subieron 19% solo en abril, ¿qué activo financiero te da 19% al mes?”, ejemplificó.
Para Di Pace, existe una conducta que aunque maximiza el poder de compra del dinero tiene como gran costo el tiempo que se invierte.
“Los argentinos están visitando 4,5 puntos de venta al mes para las compras cotidianas, de acuerdo a cuál es la que más conviene. Se puede llegar a ahorrar 30% a 35%, pero te lleva puesta la vida”, dijo.
En ese sentido, existe una clasificación de canales de venta que muchos consumidores tienen muy clara, según el presidente de Focus Market.
Los consumidores recurren a los hipermercados en días de descuento, fines de semana o los días que estipula cada banco, en busca de primeras marcas. Compran fresco en granjas -huevos, pollo-, carnicerías y verdulerías de barrio, donde encuentran los mejores precios. Los supermercados “chinos” son ideales para conservas y vinos.
A la hora de buscar marcas alternativas económicas o marcas propias de los puntos de venta, van a cadenas de cercanía de descuento. Y, por último, los que tienen resto económico recurren a los hipermercados para no perecederos, aceites y bebidas.
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