Desde el primero de junio, el Gobierno aplicará una nueva base imponible para los impuestos internos de los automóviles 0 kilómetro, y que por su característica fue conocido como “impuesto a los automóviles de lujo”, aunque conforme han pasado las actualizaciones, cada vez incluye a más modelos de segmento medio.
Con el nuevo ajuste, el impuesto al “lujo” para los autos alcanzará a los modelos de aproximadamente más de $4.300.000 de precio al público. Desde el 1 de junio y hasta fin de agosto, los 0 kilómetro por arriba de ese valor estarán gravados con la primera escala de los Impuestos Internos, que equivale a una alícuota del 20 por ciento, según confirmaron a Infobae desde la Asociación de Concesionarias de Automotores (Acara) y desde dos marcas.
“En algunas listas de precios, un modelo tienen varias versiones que hoy están topeadas en esos 3.700.000. Eso distorsiona la oferta porque no todos los modelos tienen el mismo equipamiento pero si el mismo precio de lista final al publico”, señalaron desde una marca líder.
La modificación es consecuencia de que el monto que se toma para el cálculo impositivo pasará de los $2.648.609 a un valor de salida de fábrica de 3.016.156 de pesos.
La cifra se origina de un ajuste de un aumento de 13,877% de los precios mayoristas de los autos en el primer trimestre del año. En ese marco, a ese número hay que sumarle el 21% de IVA más la comisión de la red comercial de 15 por ciento.
El precio de lista tiene una base de referencia de unos 4.300.000 pesos, cerca de USD 21.393 al tipo de cambio blue. En tanto, hasta el último día hábil de mayo, los autos que deben pagar la primera escala son los que cotizan por encima de 3.770.000 de pesos.
Este impuesto impacta sobre los autos importados y además afecta distintos modelos de km nacionales, aunque pertenezcan al segmento medio
Los ajustes se hacen cada tres meses, y el parámetro es un índice similar al de la inflación oficial, aunque no tan preciso. De hecho, el nuevo monto para el siguiente trimestre se le informa a las fábricas e importadoras, unos 15 días antes de la finalización del trimestre en curso, para que tenga vigencia desde el primer día hábil del mes siguiente.
Esto permite a los fabricantes ir trazando su estrategia de precios, aunque lo más común es ver que, una vez sabido el nuevo precio máximo para quedar fuera del impuesto, se le busque poner un “tope” a los precios en un valor seguro por los siguientes tres meses.
El último ajuste tuvo vigencia en marzo, es decir que desde el 1 de junio, el índice trimestral marcó el nuevo precio tope de venta al público.
Las camionetas, van, furgones chicos y medianos, se consideran como vehículos comerciales, o como Bien de uso, y por lo tanto no entran en el impuesto por ser considerados herramientas de trabajo. Pero por si esto fuera poco, por la misma razón, estos son vehículos que no pagan el 21% de IVA, sino el 10,5 por ciento.
Esto también explica el fenómeno de la invasión de pick up en Argentina, ya que si sumamos el 10,5% de IVA, y el 20% que no deben pagar de impuesto interno -ya que todas ellas superan el monto mínimo y deberían pagarlo- el comprador obtiene un 35% menos en en el precio final respecto a autos de un equipamiento y prestaciones de potencia, confort y seguridad similares.
Entonces se explica por qué muchas marcas han decidido lanzarse con uno de estos productos al mercado local. Más allá de conocer la costumbre que siempre tuvo el usuario argentino por las pick up, hay una nueva razón, auténticamente de peso, para que el mercado haya crecido tanto.
Cabe destacar que una alícuota de 20% equivale a una suba de precio cercana al 25%, lo que implica que los autos afectados queden excluidos del mercado. Si se tiene en cuenta la cotización del dólar libre a hoy, los modelos de más de 21.000 dólares deberán pagar el impuesto interno.
Este impuesto impacta sobre los autos importados y además afecta distintos modelos de km nacionales, aunque pertenezcan al segmento medio. Sobre todo teniendo en cuenta que los autos más baratos del mercado cotizan alrededor de los 3.000.000 de pesos.
Si se tiene en cuenta la segunda escala del impuesto interno sobre los 0 km, cuya alícuota es de 35%, la base imponible salta de $4.889.740 a $5.568.289, lo que se traduce en un aumento al público del 50%. Se trata de vehículos de 8.000.000 de pesos.
Cabe recordar que la Unidad de Información Financiera (UIF), que vigila el combate contra el lavado de dinero, dispuso que controlará la información patrimonial de los dueños de los vehículos automotores con un valor superior a los 5 millones de pesos.
Así lo indicó que la resolución 51/2022 publicada el mes pasado en el Boletín Oficial. La normativa alcanza a los “clientes que realicen las operaciones a que se refiere el artículo 2° de la presente sobre Automotores por un monto anual que alcance o supere la suma $5.738.075″.
La medida involucra a los autos importados de alta gama, pero también a otros de rangos más bajos. Al valor libre, 5,7 millones de pesos son poco más de 28.000 dólares. El SUV Taos de Volkswagen, que se fabrica en el país, está alcanzado por la medida. Varias camionetas usadas en el campo superan esa valuación, como configuraciones de la S10 (Chevrolet), Amarok (VW), Hilux (Toyota), Toro (Fiat), Frontier (Nissan) y Ranger y F100 (Ford); y utilitarios, entre otros.
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