La cena anual del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) congregó a cerca de 1.000 invitados, entre dirigentes políticos del oficialismo y la oposición, funcionarios y ex funcionarios del Gobierno nacional, gobernadores, hombres y mujeres de negocios, diplomáticos y académicos para discutir sobre proyectos de largo plazo, cuando el país se encamina a cumplir 40 años desde el retorno de la democracia.
Claro que el intercambio nutrido entre el millar de invitados estuvo mucho más concentrado en la colección de preocupaciones económicas, política y de gestión que atraviesa a todo el arco político, aunque con una centralidad lógica en el Gobierno de Alberto Fernández. Hay, en una inquietud transversal en ejecutivos de sectores variopintos de la economía, dos ejes de intranquilidad: la tensión política creciente en la coalición de gobierno, una similar pero inicial en el frente opositor y la falta de un rumbo económico claro.
Fue un diagnóstico casi calcado que hicieron dos mandamases de dos cámaras empresarias de rubros bien distintos. La lectura de uno de ellos, en medio del bandejeo de empanadas, bocados de queso de cabra y salmón en el Centro de Convenciones porteño, fue la de espejar la tensión cada vez más creciente en el oficialismo, pero en su contraparte opositora.
“Hasta que no resuelvan sus problemas, no hay manera de planificar nada en la Argentina. ¿Cómo puede un empresario tomar una decisión de inversión si hay una parálisis total en el Gobierno?”, se quejó el jefe de una de la principales cámaras empresarias. “Lo peor es que si mirás enfrente, también tienen problemas”, avizoraba, temprano y mientras algunos invitados ya relojeaban el menú o se preguntaban dónde sentarse en alguna de las kilométricas seis mesas organizadas por Cippec con integrantes aleatorios, sin afinidad entre sí, al menos de origen, para fomentar una dinámica de diálogo.
Pasaron por el Centro de Convenciones dirigentes políticos de rango ministerial, como los ministros nacionales Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Claudio Moroni (Trabajo), Daniel Filmus (Ciencia y Tecnología), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Carla Vizzotti (Salud), el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y Malena Galmarini (presidenta de AySA) También funcionarios porteños, como Soledad Acuña (Educación) y Martín Mura (Hacienda). Hubo un listado numeroso de diputados y senadores del oficialismo y la oposición.
También se lo vio, con un perfil más bajo, al ministro de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz.
Entre los opositores, el senador Martín Lousteau fue uno de los más reclamados, al igual que el diputado radical Martín Tetaz. De todas formas, uno de los más tironeados fue el último ministro de Economía del macrismo, Hernán Lacunza, un hombre de consulta del jefe de Gobierno porteño con aspiraciones presidenciales, Horacio Rodríguez Larreta, que tuvo una presencia relámpago por el evento. Patricia Bullrich, titular del PRO también dijo presente.
Entre los gobernadores se vio a Omar Perotti (Santa Fe), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Mariano Arcioni (Chuut), Gustavo Valdés (Corrientes), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) y Gerardo Morales (Jujuy). Otros presentes: los diputados nacionales Diego Santilli y Rogelio Frigerio; el diputado provincial de Buenos Aires, Emilio Monzó; el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli; los intendentes Martín Llaryora (ciudad de Córdoba), Emilio Jatón (ciudad de Santa Fe), Diego Valenzuela (municipio de Tres de Febrero), Gustavo Posse (municipio de San Isidro) y (San Miguel).
También participaron del encuentro empresarios como Federico Braun (La Anónima), Natalio Grinman (Cámara Argentina de Comercio y Servicios), Gustavo Weiss (Camarco), Jaime Campos (AEA), Sergio Kaufman (CEO de Accenture y presidente del consejo de Cippec). Uno de los economistas más consultados por el círculo rojo, Carlos Melconian, también dijo presente.
Entre los representantes del mundo del trabajo asistieron Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y Pablo Biró (Pilotos de Aerolíneas).
Empresarios
Empresarios y empresarias de sectores variopintos quieren saber, con la mayor anticipación posible -si es que existe esa chance- qué visión de país y de modelo económico acompañan a los candidatos ya declarados o los que coquetean con esa idea.
Hubo rondas multisector de ejecutivos que jugaron a imaginar medidas de política económica que los saque del apuro en algunos casos, y en otros, les haga rendir el capital que hundieron hace muchos años, como mencionaba un ejecutivo de una de las petroleras más grandes que operan en Vaca Muerta. El sector energético espera una definición del ministro Martín Guzmán sobre la flexibilización del cepo cambiario para las inversiones de ese sector.
Otros hasta hacían bromas sobre cuál debería ser el valor del dólar que los dejara contentos a empresarios del agro e industriales por igual, con un precio bastante más elevado que el actual.
En el coctel previo a la cena se vio departir animadamente –sobre el contexto político y lo vendrá para 2023– al ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, con Carolina Stanley, ex ministra de Cambiemos; Federico Salvay, su marido y ex funcionario de María Eugenia Vidal y su padre, el ex banquero Guillermo Stanley. En un costado cuchichearon Carlos Ormachea, presidente de Tecpetrol, la petrolera de Techint, con Alberto Grimoldi. También se vio Luis Galli (Newsan), Juan Marotta (HSBC), Antonio Aracre ( Syngenta), José Urtubey (Celulosa). Matías Campodónico (Dow), Daniel Vila (Grupo Vila Manzano), Diego Prado (Toyota), Alejandro Simón (Sancor Seguros) y Emiliano Grodski (Bitfarms), entre otros.
El ministro de Economía Martín Guzmán, el hombre más cuestionado del gabinete de Alberto Fernández, estuvo representado por un pequeño grupo de funcionarios de su confianza, como el secretario de Política Tributaria Roberto Arias y el subsecretario de Relaciones Institucionales Rodrigo Ruete. El núcleo duro del ministro tuvo charlas animadas con gobernadores, funcionarios del Ministerio del Interior y con el ex diputado Diego Bossio, hoy cerca del massismo.
El evento contó con una amplia concurrencia internacional. Así se hicieron presentes los embajadores y embajadoras de Francia, India, Alemania, España, Reino Unido, la Unión Europea, Suiza, Finlandia, Irlanda y los secretarios generales de la SEGIB y la CEPAL, entre otros representantes de organismos internacionales.
La cena de Cippec tuvo como razón de ser este año la presentación de los avances de su iniciativa Proyecto Democracia 40, con el que buscan encontrar consensos en todo el arco político, el sector privado, sindical, académico y de la sociedad civil, para llevar adelante política de Estado, de largo plazo y que apunten a las próximas cuatro décadas de la Argentina.
La directora ejecutiva de la institución Gala Díaz Langou presentó, apenas iniciada la velada, los avances en tres aspectos en esa búsqueda de consensos: un sistema jubilatorio más equitativo con menos regímenes de privilegio, un refuerzo a la educación secundaria a través de una mayor carga horaria ligada a las nuevas tecnologías y una iniciativa para implementar la boleta única en papel.
Como muestra de que las preocupaciones de la voluminosa lista de empresarios y empresarias presentes no son solo económica sino también del clima político que impera, esa tercera propuesta de Cippec fue, de las tres, la única que recibió un sonoro aplauso de aprobación por parte de la audiencia.
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