Aunque el grupo es cada vez más selecto, los argentinos volvieron a viajar al exterior al aliviarse las restricciones por el Covid-19. El impacto en la compra de pasajes, uso de tarjeta, paquetes turísticos, alquiler de autos y otras actividades se refleja en el balance cambiario con claridad: sólo en marzo la salida fue de USD 455 millones. En lo que va del año, la cifra acumulada ya supera los USD 1.300 millones.
NI bien los niveles no alcanzaron los máximos históricos, son lo suficientemente abultada como para quitarle margen de maniobra al Banco Central. La entidad que preside Miguel Pesce precisa acumular reservas, en el marco del acuerdo firmado con el FMI. Según lo acordado, debería comprar U$S 2.300 millones hasta fin de junio, aunque en los cuatro primeros meses del año apenas logró sumar poco más de USD 100 millones. Ayer, en el primer día hábil de mayo, hubo una primera señal de alivio, ya que el BCRA logró embolsar USD 180 millones.
La cuenta “servicios” del balance cambiario incluye los gastos en viajes, pero también los pagos con tarjeta en sitios internacionales. Además, se agregan otros pagos como “fletes y seguros” y otros rubros. En total, el rojo de marzo fue de USD 1040 millones, la cifra más alta en más de dos años y 65% superior al nivel registrado en febrero. Otro de los rubros que llama la atención es el de “comisiones pagadas” al FMI por 121 millones.
“En un contexto de menor dinamismo del turismo emisivo por la pandemia del COVID-19, el déficit neto de la cuenta de Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta continúa en niveles por debajo de los observados históricamente para el tercer mes del año hasta principios de 2020″, señalaron en la descripción del balance cambiario del BCRA.
Para colmo, la mayor parte de las divisas que ingresan del turismo internacional lo hacen a través del mercado informal,ya que ganan con la brecha cambiaria: cambian los dólares a $ 200 en vez de hacerlo a $ 120, que es precio del mercado oficial. Por lo tanto, el Central no logra acumular reservas por ese concepto.
La balanza turística vuelve a ser fuertemente deficitaria, luego de dos años de movimiento casi nulo por la pandemia. En el primer trimestre salieron USD 1.300 millones netos, que tienen un impacto directo sobre las reservas
La disputa por los escasos dólares que consigue la economía argentina se pone así al rojo vivo. El balance cambiario también arroja con claridad el aumento de divisas para importar energía.
Las compras por este concepto sumaron USD 1.381 millones contra sólo USD 385 millones del 2021.Se trata de un salto de 258%, que ya muestra el efecto de la compra de barcos de GNL para el invierno. Los valores de importación de gas se multiplicaron y seguirán presionando muy fuerte sobre las reservas en los próximos meses.
Además de los pagos por viajes al exterior, las compras de energía y los insumos, también hay demanda por divisas para los pagos de deuda de las empresas, que pueden pagar una parte de los vencimientos accediendo al mercado oficial.
Con este panorama, se le complica cada vez más al Central acumular reservas. Le quedan dos meses de “temporada alta” de la cosecha gruesa por delante, pero las expectativas son más bien bajas. La meta que se había estipulado para el primer trimestre se cumplió de sobra por los desembolsos realizados por el propio FMI en el marco del nuevo acuerdo, pero rápidamente aparecieron las complicaciones para conseguir divisas.
Lo paradójico es que al mismo tiempo que crece el volumen de importaciones hasta superar los USD 7.000 millones, las empresas se quejan de los problemas para conseguir insumos que precisan del exterior. El Central impuso una regla que les permite importar hasta un 5% por encima del volumen del año pasado, pero con el aumento del costo de los fletes y en general de los bienes primarios o intermedios, ese límite es rápidamente alcanzado lo que genera fuertes fricciones. Por eso, en los próximos meses podrían aumentar las dificultades para la producción, ante las dificultades que enfrenta el Central para acumular reservas.