Elon Musk es considerado un multimillonario desde el año 2012, pero la vida de lujos del magnate que acaba de hacerse con Twitter por USD 44.000 millones ya había comenzado mucho tiempo atrás.
Fue en 2004 que Musk se hizo del jet privado del fabricante Dassault, modelo Falcon 900B, una versión del avión con motores Honeywell TFE731-5BR-1C, que costaba cerca de 25 millones de dólares al momento de su fabricación, y que vale cerca de 5 millones de dólares si se lo compra de segunda mano actualmente, según revela Insider.
La aeronave, registrada con la matrícula N900SX, ya había sido registrado antes del 2004 a nombre de empresas como MLM Amway, según las bases de datos en línea de PlaneLogger, por lo que es muy probable que Musk lo haya adquirido de segunda mano.
El avión fue fabricado por última vez en el año 2000 y tiene una flota de unas 156 unidades. Si bien la aeronave a nombre de Musk fue visto en vuelo por última vez en 2016, esto no implica que el multimillonario ya no use transporte aéreo. El líder de Tesla, SpaceX, y muchas otras empresas de vanguardia, posee otras tres aeronaves: una Gulfstream G650ER (N628TS) y dos Gulfstream G550 (N272BG y N502SX), siendo la primera la que más utiliza en estos momentos.
En una conferencia TED que mantuvo con Chris Anderson, Musk dijo no ser propietario de una casa, ni de un yate, y también contó que no se toma vacaciones. “Quiero decir, la única excepción es el avión, pero si no uso el avión, tengo menos horas para trabajar”, dijo refiriéndose al Gulfstream G650ER, en el que voló más de 241.401 kilómetros solo en 2018, según los registros de vuelo obtenidos por The Washington Post.
Sin embargo, y a pesar de que el Falcon 900B es más antiguo que los jets comerciales modernos, como los Gulfstream antes mencionados, su diseño ha sido descrito como muy avanzado para su época. De hecho, son una gran opción de lujo en el mercado de jets de segunda mano, ya que son más fáciles de mantener que otros modelos de su tiempo, requieren de USD 2 millones para operar si se lo emplea durante 450 horas al año.
Con un diseño de cabina tradicional, tiene una cocina, cuatro butacas ejecutivas grandes y cuatro butacas más angostas. Si bien el Dassault Falcon 900B ya no se fabrica, sí se sigue produciendo su sucesor, el 900XL. En el sitio de la empresa, se puede realizar un recorrido virtual por su interior, donde se aprecian detalles en madera y metal, y se contabilizan un total de 24 ventanillas para disfrutar de la vista de los cielos.
Las mesas, también de madera, se pueden guardar a los costados de la cabina, tiene asientos enfrentados, pantallas ajustables, además de múltiples compartimientos de almacenamiento al lado de casa butaca. Del mismo modo, es ajustable para configurar 4 asientos uno en frente del otro, para mantener charlas o reuniones en pleno vuelo de una forma cómoda.
Pero esto no es todo, el Falcon 900B permite personalizar su parte trasera para convertirla en una cabina privada con una cama para dos personas. La misma puede convertirse en sofá estilo diván, y cuenta con una pantalla de televisión. Además, hacia la cola del avión, el camarote cuenta con un maletero calefaccionado para el máximo confort de quienes dormirán allí.
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