El supermercado “chino” del country: un mercadito cool en un container y una idea que no para de crecer

The Food Box, fundada por tres hermanos, busca resolver problemas de aprovisionamiento en barrios cerrados. Gastronomía y modelo de negocios circular

Miguel, Nicolás y Joaquín Ayerza

La idea surgió de un “no” y en poco tiempo se convirtió en un negocio familiar que no para de crecer. The Food Box es el abanderado de un concepto de retail muy poco desarrollado como tal, pero que no hace otra cosa que llevar el almacén de cercanía –de ramos generales si se va más atrás en la historia– a un lugar poco frecuente hasta el momento: los barrios privados. En resumen, un mercadito –o market– para countries montado sobre un container.

“Somos un food market en el que se puede encontrar los productos que se necesitan a diario: carnes, frutas y verduras, bebidas, congelados, limpieza, higiene y también otros especiales, desde pizzas congeladas hasta la de íconos del sector, como Angelín y La Mezzetta, postres de Valu Ramallo, pescados y pastas frescas congelada de Rochino”, aseguró en charla con Infobae Miguel Ayerza, fundador de proyecto junto a sus hermanos Nicolás y Joaquín.

Los mercados se hace en contenedores marítimos reciclados

En 2019 Ayerza tenía una agencia de marketing digital con la que trabajaba para marcas como American Express, Pepsico, Nestlé, Consultatio, Burger King y Starbucks. Antes había armado una plataforma de gestión integral para colegios y es cofundador de Miiii, una plataforma fintech de gestión de servicios para barrios privados y edificios que tuvo una inversión de 1.000 millones de pesos del Banco Itaú. Estudió marketing en la UCES, tiene un EMBA Regional en la Universidad Austral y realizó un programa ejecutivo en Singularity University.

Trabajando para un proyecto de real estate en Escobar, le propusieron operar un paseo comercial armado con contenedores. Estaban avanzados, pero quedaron fuera del proyecto de un día para el otro. “Averiguamos mucho de containers e, incluso, habíamos pensado en armar una carnicería boutique. Ahí había algo, lugar para hacer un emprendimiento full. Lo presentamos en el barrio San Sebastián (partido de Pilar) y el desarrollador nos sugirió que el container tuviera todo tipo de alimentos. Así empezó todo”, destacó el emprendedor.

Con un primer préstamo armaron el Food Box inicial: un mini supermercado con una línea de 8 metros de góndolas, otra de 12 metros de heladeras y freezers y más de 350 productos.

Desde entonces no paran de crecer y este año planean facturar unos 200 millones de pesos. Ya tienen boxes en San Sebastián, Lagoon Pilar, Santa Guadalupe, San Matías y este mes abrirán en Ayres Plaza, San Carlos y La Comarca. Luego, San Jorge y Mayling. Sumaron gastronomía, de la mano del chef ejecutivo Alejandro Alcoba, y tiene un equipo de 40 personas, entre las oficinas y los barrios.

El interior de uno de los mercados

Las tiendas se arman en 60 días con contenedores marítimos reciclados. Cada box tiene una particularidad que lo hace único: en Lagoon armaron un roof top, bar en la terraza con deck y jardín, que puede ser reservado por los vecinos para eventos, y en San Sebastián dejaron en el medio de la tienda un cubo de vidrio, del piso al techo, para mantener un árbol del lugar. Los proyectos son codiseñados por la empresa y cada barrio. Tiene un mix de más de 1200 productos.

¿Cuál es el modelo de negocio?

Miguel Ayerza: Comenzamos como una cadena de supermercados similar a un “chino”, pero más canchero. Luego, una vez que comenzamos a presentar nuestro proyecto en las comunidades nos dimos cuenta que la gran falencia era el concesionario de gastronomía, en general operados con prácticas precarias. Personal sin registrar, cocinas hechas con maderas (algo muy peligroso por la contaminación de bacterias) y cartas aburridas o pasadas de moda. Ya nadie pide una suprema Maryland, fideos con salsa Caruso o salpicón de ave. Así combinamos ambos negocios, el gastronómico, más fuerte los fines de semana, y el de market.

¿Cuál de los dos rubros tiene más éxito?

— El negocio del market es nuestro ícono, nuestro negocio principal, sin dudas. Gastronomía es también un vertical interesante. Vamos hacer una plataforma digital, estilo marketplace, que nos permitirá que los vecinos puedan comprar online y retirar los productos por el local. A medida que comenzábamos a operar en los barrios se nos acercaron muchos emprendedores como nosotros que querían vender sus productos. Algunos se chocaban con acuerdos comerciales ya establecidos, pero muchos otros nos ampliaron categorías. La idea es fomentar productos de los vecinos de nuestras comunidades, una suerte de business-to-community.

Cada proyecto es codiseñado por la empresa y el barrio y tiene un mix de más de 1200 productos

¿Cómo sería?

— El B2Y o Business-to-community es algo que pensamos desde el primer día. Primero nos pareció divertido poder “inventar” este concepto que no existía. Por ejemplo, el llamado “network effect”, un fenómeno en el que la mayor cantidad de usuarios mejora la performance general de un producto o servicio. Así, tomó mucha relevancia pensar en formas de potenciar a los diferentes actores de las comunidades donde entrábamos.

¿Cómo van a seguir creciendo?

-— Es algo que nos desvelaba. Pensamos en franquicias, pero en un barrio en Canning sugirió un modelo que nos dejó pensando: la economía circular. Consiste en dar una licencia del servicio llave en mano al barrio. Les otorgamos el financiamiento de la obra a través de fondos propios o bancos y capacitamos a los empleados. Licenciamos el software de gestión y los abastecemos todas las semanas con más de 1.200 productos a un precio justo. En lugar de poner un franquiciado le ofrecemos ese ingreso para al barrio. De esta manera los vecinos reducen sus expensas. Cuanto más consumen los vecinos, más vuelve a la comunidad y pagan menos. ¿Para qué vas a pedir delivery de una pizza afuera del barrio que sabés que te va a llegar fría, si podés pedir una pizza más rica que además de llegar caliente genera un ingreso para la comunidad? Este modelo es el que vamos a impulsar en todos los barrios. Es como poner paneles solares y que la energía que sobra se vende a la red.

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