El Gobierno se quedó corto en $14.000 millones para cubrir los vencimientos de deuda en pesos de esta semana, tras la última licitación de bonos que hizo este miércoles en el mercado local, en medio de un leve despegue de las cotizaciones paralelas del dólar en los últimos días. La lectura que hacen en un sector del Poder Ejecutivo, de todas formas, es que el despertar de tipo de cambio está más vinculado con el comportamiento de las monedas principales en el mercado global que con factores domésticos.
El tipo de cambio despertó esta semana luego de varias semanas de tranquilidad. El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional sosegó parte de la volatilidad cambiaria que atravesó los últimos meses en que hubo dudas sobre el alcance del programa económico que se negociaba con el organismo. El dólar blue arrancó la semana con un avance hasta los 212 pesos desde los $203 con los que finalizó el viernes pasado. Este miércoles, de todas formas, desanduvo parte de ese camino y cerró a $206.
Según el análisis que hacían este miércoles desde un despacho oficial, el dólar frente al resto de las monedas principales del mundo estaba en su nivel más alto desde mayo de 2020, lo que pudo haber disparado, en el ecosistema financiero local, alguna sensación de que el peso estaba muy apreciado. “Los dólares paralelos siguen a la lógica mundial”, consideraban.
La lectura que hacen en un sector del Poder Ejecutivo es que el despertar de tipo de cambio está más vinculado con el comportamiento de las monedas principales en el mercado global que con factores domésticos
Por otro lado, admiten fuentes oficiales que otro ingrediente estuvo puesto por el propio Gobierno con el anuncio de las medidas de urgencia por la aceleración inflacionaria, principalmente los bonos de ayuda para empleados informales, monotributistas y trabajadoras de casas particulares y para jubilados, que le insumirá al Estado un costo fiscal que se estima superior a los $200.000 millones.
La lectura en el mercado es que estas erogaciones provendrán de una mayor emisión monetaria porque su financiamiento no podrá ser afrontado, al menos por el momento, con la recaudación del impuesto a la “renta inesperada”, anunciado hace diez días pero aún sin avances concretos.
En el Gobierno también creen que parte de la demanda adicional de divisas en el mercado paralelo responde a un dato que estuvo presente en distintos informes de consultoras privadas: el bajo monto de compras de dólares que pudo hacer el Banco Central en el mercado para alimentar las reservas durante la primera parte del año. La acumulación de divisas es uno de los objetivos previstos en el acuerdo con el FMI.
En el Poder Ejecutivo admiten esa situación pero aseguran que eso responde, parcialmente, a que hubo en marzo un número récord de importaciones (USD 7.073 millones según el Indec). “En abril la tendencia de importaciones va a ser igual, es lógico que haya más dificultades para comprar divisas”, analizaban en un despacho oficial.
La sospecha de una posible mayor emisión monetaria, incluso a pesar de las restricciones que impone el acuerdo con el Fondo Monetario, puede estar alimentada por el resultado de la licitación de deuda en pesos que realizó este miércoles el Ministerio de Economía, y en la que le faltaron $14.000 millones para poder cubrir los vencimientos de esta semana.
Por otro lado, admiten fuentes oficiales que otro ingrediente estuvo puesto por el propio Gobierno con el anuncio de las medidas de urgencia por la aceleración inflacionaria, que le insumirán al Estado un costo fiscal que se estima superior a los $200.000 millones
Según información que dio a conocer la Secretaría de Finanzas, para esta última operación del mes, el Gobierno buscaba un fondeo que le permita afrontar los $386.000 millones que aparecían en el calendario de obligaciones financieras. Finalmente en la colocación consiguió unos $372.000 millones. No implica, de todas formas, que ese faltante necesariamente se traduzca en un pedido de asistencia automática al Banco Central.
Por lo pronto, este jueves acudirá nuevamente al mercado doméstico para ofrecer lo que Finanzas llama la “segunda vuelta”, es decir una nueva ronda de licitación con un puñado de bancos y fondos de inversión que participan del programa Creadores de Mercado y que tienen prioridad para hacerse nuevamente de este tipo de activos. Pero además, Economía ya contaba con un colchón extra de cerca de $20.000 millones que había obtenido en la primera operación del mes.
Los bonos atados a la inflación volvieron a ser protagonistas de la licitación de este miércoles, un tipo de activo que gana cada vez más peso en el mapa de financiamiento del Tesoro. Los títulos indexados aparecieron en varias formas: Finanzas reabrió el bono CER con vencimiento el 30 de abril de 2024 y el que finaliza el 9 de noviembre de 2026. Además puso sobre la mesa una canasta de títulos compuesta en un 60% por una nueva Lecer con vencimiento el 19 de mayo de 2023 y en un 40% por el Boncer con vencimiento el 26 de julio de 2024.
También hubo al alcance de los inversores un título dollar linked, una opción que no había explorado en lo que va del año, con vencimiento en abril de 2024. “El 43% del monto adjudicado fue en instrumentos ajustables por CER, el 38% en instrumentos a tasa fija, el 17% en el instrumento dólar linked y, el 2% restante, a tasa variable”, explicaron desde el Ministerio de Economía. En números: $63.000 millones atados al dólar y $160.000 millones indexados.
Tal como informó Infobae, en marzo creció un 10% el stock de bonos atados al índice CER, por lo que alcanzó en total los 7,7 billones de pesos. Este tipo de títulos que siguen la evolución de los precios, además, representan el 82% del total de deuda que circula en moneda local.
En marzo, mes de inflación récord con el 6,7% que marcó el Indec, el Tesoro afrontó vencimientos por $637.317 millones y colocó instrumentos por un valor efectivo de $954.848 millones, informó la Secretaría de Finanzas en su reporte mensual sobre el mercado de deuda en pesos. De ese total, un 77% correspondieron a instrumentos ajustables por CER, un 22% a instrumentos a tasa fija y el restante 1% a instrumentos a tasa variable.
Mientras en marzo 77 de cada 100 pesos emitidos fueron indexados, en febrero esa proporción era de 55 pesos por cada 100 y en enero de 43 por cada 100. Según los datos de Finanzas, el stock de deuda en pesos ascendió a marzo a 9,3 billones de pesos, un incremento de 9% en términos mensuales. De ese total 7,7 billones corresponden a bonos CER, con una suba del monto en circulación de 10% en un mes, es decir un 82% del total.
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